Las críticas de Laura Zurita:
Hammarskjöld. Lucha por la paz
Dag Hammarskjöld está finalizando su mandato como Secretario General de las Naciones Unidas, y ansía retirarse en Österlen (Suecia). La Guerra Fría está en su cénit y la recién formada República Democrática del Congo, agrava la situación. El diplomático asume la tarea de negociar la paz en el país liderando las tropas de la ONU en su primera operación. A la vez, su vida da un giro cuando un viejo amigo aparece inesperadamente en Nueva York, y es en ese momento cuando se da cuenta de que se ha perdido una parte importante de su vida y de que quizá sea demasiado tarde para recuperarla. Esto le lanza a una batalla entre su sentido del deber con las Naciones Unidas y una verdadera amistad. En el Congo, las fuerzas de paz de la ONU son masacradas por mercenarios pagados por la industria minera que conspira contra los planes de unidad nacional. Decidido a poner fin al conflicto, en septiembre de 1961 sube a un avión en un último y desesperado intento de conseguir la paz embarcándose sin saberlo en el viaje más peligroso de su vida.
Una inmensa figura histórica
Hjalmar Agne Carl Hammarskjöld fue un distinguido economista y diplomático sueco que se desempeñó como segundo Secretario General de las Naciones Unidas desde abril de 1953 hasta 1961. A los 47 años, se convirtió en la persona más joven en ocupar el cargo. Su mandato se caracterizó por los esfuerzos para fortalecer interna y externamente a la ONU, incluyendo iniciativas para mejorar la moral, la eficiencia organizativa y la capacidad de respuesta a los problemas globales. Hammarskjöld desempeñó un papel fundamental en el establecimiento de las primeras fuerzas de mantenimiento de la paz de la ONU en Egipto y el Congo, y personalmente intervino para resolver crisis diplomáticas.
Siguiendo un modelo que hemos visto en biopics en estos últimos años, Hammarskjöld. Lucha por la Paz no es una biografía completa del personaje, sino que se centra en un momento crucial de su vida: la crisis de Katanga durante el proceso de descolonización de África. Este evento representó un revés significativo para Hammarskjöld, quien se vio enfrentado a decisiones difíciles y a la fuerte oposición de potencias internacionales, no solo Bélgica, que perseguía al Congo, sino también el Reino Unido y los Estados Unidos.
Hammarskjöld. Lucha por la Paz es respetuosa con la vida privada de Hammarskjöld, en su vertiente más íntima. Hammarskjöld nunca se casó, ni tuvo ninguna relación conocida, lo que generó escrutinio en una época conservadora, en la que se exaltaba la normatividad sexual de los personajes públicos. Hammarskjöld parece haber llevado una vida asexual, en la que todo se subordinaba a su trabajo como diplomático y en su lucha por la paz y la justicia.
En su primer tramo, la película parece tener tintes casi hagiográficos, y Hammarskjöld se presenta como una figura idealizada: ecuánime, trabajador, idealista y reflexivo. Esta imagen, en efecto, coincide con la valoración que sus contemporáneos tenían de él. Sin embargo, a medida que avanza la historia, vemos un lado más humano y vulnerable del personaje. De hecho, la película sugiere que su muerte pudo haber sido consecuencia de un error de juicio por su parte.
A pesar de basarse en hechos históricos conocidos, Hammarskjöld. Lucha por la Paz mantiene la tensión y el misterio, manteniendo al espectador intrigado sobre el desenlace. La película presenta una versión sobre las causas de la muerte de Hammarskjöld con base en informes oficiales, y señala que aún quedan muchos documentos por desclasificar. La película combina información de dominio público con otros datos menos conocidos, como el papel jugado por el Reino Unido en los hechos y las estrechas relaciones de este país con la entonces llamada Rodesia.
Detalles sobre el hombre y su época
Hammarskjöld. Lucha por la Paz está impecablemente ambientada en la época, con vestuario, peinados, mobiliario y hasta el tono de las imágenes y los filtros elegidos que acercan a la realidad de la década de 1960. Esta atención al detalle histórico aporta veracidad y credibilidad al relato. Por citar solo algunos detalles, el personaje de Caspar Phillipson interpreta a Robert Kennedy, como ya hizo en Jackie y Blonde. consigue presentarlo con fidelidad en su apariencia física. Kennedy se presenta como un hombre de mediana edad, algo avejentado y cansado, con una postura envarada por los corsés que llevaba para proteger su espalda debido a sus problemas de salud. De igual modo, un gesto que solo lleva unos segundos es un comentario perfecto de la estricta política de segregación racial que se practicaba en la entonces Rhodesia, hoy Sudáfrica.
Mikael Persbrandt es excelente en su papel de Hammarskjöld, un personaje serio y reconcentrado. En Hammarskjöld. Lucha por la Paz a menudo se presenta a Hammarskjöld solo, o rodeado de un gran espacio vacío. Esto refleja la soledad que experimentó como diplomático, trabajando incansablemente por la paz en un mundo lleno de conflictos.
En varias escenas de Hammarskjöld.: Lucha por la Paz vemos a Hammarskjöld escribiendo poemas en la soledad de su casa. Estos poemas, junto con fragmentos de sus discursos y sus reflexiones filosóficas y espirituales publicados póstumamente en el libro «Marcas en el camino», revelan su lado más íntimo y humano.
Hammarskjöld. Lucha por la Paz es un retrato apasionante y respetuoso de un diplomático excepcional. La película ofrece una mirada profunda a un momento crucial en la vida de Hammarskjöld, explorando su complejidad como persona y su dedicación a la paz y la justicia. La meticulosa ambientación histórica, la interpretación sensible de Mikael Persbrandt y la exploración de la vida interior del personaje convierten a esta película en una obra valiosa para comprender la figura de Hjalmar Hammarskjöld y su legado.
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Hammarskjöld. Lucha por la paz
