Las ventajas de ser un marginado
El sencillo y cómodo mundo de la infancia se transforma en un remolino de
dudas, decepciones y miedos. Nadie te ve como un adulto, y sin embargo tú te
sientes un anciano, como si no pertenecieras a este mundo, como si todos lo que
te rodeasen fueran extraños. Eres el protagonista de La invasión de los ultracuerpos y todos te señalan con el dedo por
ser el extraño. Algo así siente el adolescente Charlie cuando empieza su nuevo
curso en el instituto. Le acompaña un bagaje vital doloroso que siente que le
aleja de todo, de sus padres, de sus compañeros, de la vida que parecen
disfrutar los demás. Pero un día Charlie conoce a Sam y a Patrick…
of Being a Wallflower», adaptación hecha por supuesto por él mismo que ya
guionizó la versión cinematográfica de Rent y la serie Jericó.
obra de Salinger «El guardian entre el
centeno», y el propio Chbosky reconoce la influencia. Sin embargo Charlie,
interpretado por Logan Lerman (Percy Jackson y el ladrón del rayo), carece de
la profundidad de Holden Caulfield y, a diferencia de este último, consigue que
simpaticemos con él en todo momento. Y tal vez ese sea el gran fallo del guión,
porque uno no termina de entender porque este chico tan guapo, encantador e
inteligente es el pardillo rarito del instituto.
Aun así todos recordamos
nuestros diecisiete años y no es difícil entrar en la historia, revivir ciertos
sentimientos y, en definitiva, disfrutar de hora y media de tribulaciones adolescentes,
si bien este no es ni de lejos el mejor retrato que se puede hacer del paso por
el instituto. Aquí los pardillos son gente guay, intelectual y compleja que se
reúne en casas a fumar porros y beber vino, mientras que los populares son
descerebrados violentos, no hay termino medio, y al final tenemos otra historia
de instituto americano con, eso sí, un par de escenas muy tiernas (reconozco
que se me ha escapado la lagrimilla) y algunas interpretaciones dignas de mención
como la de Ezra Miller (Tenemos que
hablar de Kevin) que sencillamente eclipsa a Lerman y una sosísima Emma
Watson (Harry Potter) que, aunque con más encanto que en las últimas entregas
del famoso mago, no puede superar a Mae Whitman (Scott Pilgrim contra el mundo)
que aquí interpreta a Mary Elizabeth, la intelectual y flipada de The Rocky
Horror Picture Show, que a pesar de ser una secundaria en la vida del
protagonista, logra hacerse con las escenas en las que aparece.
Sonic Youth, New Order o Crowded House. Pero esta misma banda sonora la que
pone en juicio toda la película, porque si hay un error estratosférico es el
hacernos creer que unos chicos con tan buen gusto musical sean incapaces de
reconocer la voz de David Bowie cantando «Heroes». ¡Vamos hombre, a otra con ese
cuento!
entrada e incluso la compra del DVD si sale
a precio razonable, pero no, no es el nuevo «El guardian entre el centeno», ni se
acerca a serlo.