Corre la Segunda Guerra Mundial, y las peliculas de propaganda, realizadas por artistas de Hollywood, con guiones apresurados, están a la orden del día. En 1942, la Warner adapta el guión de una obra de teatro nunca estrenada: Todos conocen el café de Rick. Adaptada al cine, rodada en menos de 6 meses, y estrenada para hacerla coincidir con los desembarcos en la homónima ciudad, Casablanca es una de las películas más famosas de la historia del cine.
Con deliciosos secundarios, tales como Peter Lorre en el papel de Ugarte, un pequeño criminal, o el inteligente y corrupto capitán Louis Renault (Claude Rains), la película buscaba transmitir unos mensajes muy claros en la época: El capitán representaba a los policías y soldados de la Francia de Vichy: Gente que había colaborado con los alemanes, y a la que se le proponía el volver a sentirse patriotas franceses libres y luchar en el bando aliado. Ese era uno de los mensajes «subliminales» de la película. El otro, era inspirar a la lucha y el sacrificio, por encima de egoismos menores, representado en el conflicto interior de Rick por volver a tener a Ilsa en sus brazos.
El film rodado bajo la dirección de Michael Curtiz, fue rodado en apenas un par de decorados, con algunas imágenes superpuestas de París. Sin embargo, a pesar de la improvisación, y la rapidez con la que se hizo, se ha convertido en una de las obras más conocidas del cine.
Su gran éxito ha sido debido posiblemente a que en ella se encuentran dos de las frases más cinéfilas, y, por tanto, más repetidas: «Siempre nos quedará París», «Creo que este es el inicio de una gran amistad», y otra tercera, la más famosa, que, paradojicamente, nunca se dice, que es «Tócala otra vez, Sam». También ha pasado a la historia por la canción que identifica a Casablanca: As the time goes by, magistralmente interpretada por Dooley Wilson. También muchas de sus escenas se han convertido en símbolos: El plano final, de Rick y el capitán Renault, alejándose entre la niebla, Ilsa pidiendo a Sam que vuelva a tocar «su canción», el flashback de Paris, o el inolvidable Victor Laszlo haciendo que la orquesta del café toque la Marsellesa mientras los alemanes intentaban cantar Watch am Rheim, himno extraoficial nazi…
Es una soberbia película, sin lugar a dudas, e invito a todo el mundo a verla siempre que pueda. Además, si os interesa la historia, documentaros sobre la Francia de Vichy, y la Segunda Guerra Mundial en 1942, y descubriréis muchos símbolos que a día de hoy nos pasan desapercibidos, pero que, en aquella época, suponían la diferencia entre la vida y la muerte para muchas personas.
El DVD que he utilizado para la crítica es la edición especial en estuche metálico, remasterizada , y similar a la edición del 60 aniversario, en el que destacan los siguientes extras:
DISCO 1:
Introducción de Lauren Bacall.
Comentario del crítico cinematográfico Roger Ebert.
Comentario del historiador cinematográfico Rudy Behlmer.
DISCO 2:
La siguiente generación recuerda.
Escenas eliminadas.
Tomas falsas.
Seciones de música en el escenario.
Bacall habla de Bogar.
You must remember this: Un homenaje a Casablanca.
Screen Guild theatre radio show.
Adaptación para la televisión del clásico de 1956 «Who holds tomorrow».
Carrotblanca.
Fotogramas de material de producción.
De entre todos estos especiales, los mejores son sin duda la banda sonora, y los comentarios del crítico e historiador, respectivamente. Las tomas falsas y escenas añadidas son muy breves, sin sonido, y no se explica nada al espectador. Quizás deberían haberse trabajado un poco más ese aspecto. La introducción de Lauren Bacall hablando de H.Bogart es un detalle excelente.
Que aproveche