El domingo 15 ha sido un día triste para el mundo del cine y en especial de la ciencia ficción. Muchos no recordarán su nombre, pero si las criaturas que salieron de sus manos. Con su estudio y de forma artesanal, sin los efectos por ordenador como se hace actualmente, han salido seres fantásticos como Depredador, Aliens o Terminator, entre muchos otros. Hablamos de Stan Winston, leyenda del cine, creador de personajes de leyenda. El hombre que se hizo a si mismo un «dios» por méritos propios, que esculpía figuras y de ellas surgían seres increíbles que durante décadas nos han sorprendido y quedaran en nuestras retinas y nuestros recuerdos para siempre.
La década de los 80 y 90 perteneció a este entrañable creador de efectos especiales, dado que la mayoría de las producciones contaban con sus productos: Terminator, Jurassic Park, Predator, La cosa, Eduardo Manostijeras, Congo, Constantine, Terminator 2, Big Fish… ¿que hubiera sido de ellas sin el realismo de sus criaturas?
A sus 62 años de edad, y con 4 Oscar en su haber, ha tenido que ser un mieloma múltiple el causante de esta gran perdida. Hemos perdido a la persona que ha creado sueños, pesadillas, ilusión y ha traído a la vida seres inimaginables para muchos de nosotros. Hemos perdido a un referente de la ciencia ficción y que transformó la forma de crear el cine. Se lleva con él la artesanía del Hollywood de antaño, ese Hollywood que tenía la esencia de gente como Ray Harryhausen, que nos permitió disfrutar del cine y sus seres imaginarios desde otra perspectiva.
Aunque durante años sus criaturas no nos dejaran dormir, desde aquí le deseamos que descanse en paz.