domingo, octubre 26, 2025

70 SEMINCI. Memoria y Utopía. Crítica de ‘Beatriz (Beata)’ (1965)

Las críticas de Daniel Farriol en la 70 Seminci:
Memoria y Utopía
Beatriz (Beata) (1965)

Beatriz (Beata) es un drama psicológico polaco que está dirigido por Anna Sokolowska (Julia, Anna, Genowefa / Inna), con guión de Michal Tonecki. Polonia, años 60. Beatriz no está de acuerdo con la hipocresía y la falsedad que rodean al mundo de los adultos, así que decide abandonar su tranquilo hogar y su escuela de forma repentina sin que nadie a su alrededor entienda muy bien por qué.

Está protagonizada por Pola Raksa, Marian Opania, Antonina Gordon-Górecka, Renata Kossobudzka, Anna Ciepielewska, Piotr Pawlowski, Wieslaw Golas y Wojciech Duryasz. La película ha podido verse en Seminci 2025 dentro de la sección Memoria y Utopía. Fue la ganadora del Premio Especial del Jurado en la 11ª Seminci en 1965.

Un filme desconocido de la «nueva ola polaca»

Beatriz (Beata) es una película a descubrir de la «nueva ola polaca» de los años 60, dirigida por Anna Sokolowska, a la que el paso del tiempo dejó a la sombra de cineastas más reconocidos como Andrzej Wajda, Roman Polanski, Jerzy Skolimowski o Andrzej Munk. Ese movimiento cinematográfico emergió en una época de aperturismo político tras la muerte de Stalin y tuvo su mayor ímpetu entre los años 1956 y 1965. Las películas estaban influenciadas por otros movimientos europeos como el neorrealismo italiano y, principalmente, la nouvelle vague francesa, de hecho, la película que nos ocupa tiene algunas similitudes estilísticas con Cleo de 5 a 7 (Agnès Varda, 1962).

La historia de Beatriz (Beata) nos presenta a la joven del título (Pola Raksa) que un buen día desaparece del mapa sin dejar rastro. Todo parece indicar que ha sido una decisión personal para alejarse de la rutina diaria aunque nadie entiende porqué lo ha hecho, ya que aparentemente no había mostrado nunca síntomas de hastío o malestar. Esa inesperada ausencia provoca el desorden emocional en su familia, amigos, compañeros de clase y todos los que la conocen. La película comienza cuando Beatriz ya no está y la iremos conociendo, poco a poco, a través de los testimonios y recuerdos fragmentados, a modo de flashbacks, de todos aquellos que compartieron momentos con ella. Ese puzzle colectivo nos dará las pistas definitivas para comprender la decisión que ha tomado la chica.

La crisis existencial de una chica para representar la de toda una generación

Beatriz (Beata) es un retrato generacional que apunta directamente a la hipocresía de la sociedad polaca de la época y a las diferencias de pensamiento entre los jóvenes y sus mayores. Los años 60 estuvieron marcados en Polonia por una crisis económica y por la desafección política por parte de la juventud. Todo ello culminó en 1968 con protestas contra el gobierno comunista por parte de estudiantes e intelectuales. Por eso, la actitud de rebeldía que muestra Beatriz en la película contra el conservadurismo educativo de padres y maestros es un símil a pequeña escala del levantamiento social que acabó produciéndose en el país.

Rodada en un elegante blanco y negro (el fotógrafo Jacek Korcelli era el marido de Sokolowska), el filme ofrece un interesante despliegue de recursos narrativos en su puesta en escena que contrasta con el naturalismo con que la directora retrata a los personajes. Nos regala suaves movimientos de cámara de naturaleza descriptiva, encuadres que juegan con la profundidad de campo o hace uso de un montaje ágil para proponer distintas perspectivas sobre un mismo hecho. Sin llegar a la experimentación con la imagen que tenía la nouvelle vague francesa, Sokolowska sí denota aquí su influencia, al igual que lo hace el uso de una banda sonora «afrancesada» compuesta por Jerzy Matuszkiewicz, uno de los pioneros del jazz polaco de principios de los años 50.

Beatriz (Beata) es un curioso coming of age donde el aprendizaje vital se muestra fuera de cuadro a través de la percepción que tienen de ella los personajes que rodean a la protagonista. El filme critica duramente a los preceptos conservadores, la deslealtad en las relaciones o la intransigencia educativa, por ejemplo, cuando una chica se queda embarazada es «trasladada» a otro centro para evitar el contagio de su amoralidad al resto de estudiantes. Es cierto que la película peca de un exceso de verborrea pseudofilosófica, pero también contiene imágenes sugerentes, metáforas sobre la búsqueda identitaria (ese faro que nos guía y nos ciega) o la presencia magnética de Pola Raksa, todos ellos son motivos suficientes por sí solos para descubrir esta rareza escondida del cine polaco.


¿Qué te ha parecido la película ‘Beatriz (Beata)’

Beatriz (Beata)

6.8

Puntuación

6.8/10

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