Las críticas de David P. Davicine en el AMFF 2025:
The People’s Joker
En Gotham City, donde la comedia ha sido prohibida, una aspirante a payasa sin gracia llamada «Joker the Harlequin» lucha por encontrar su identidad de género mientras intenta formar parte del único programa humorístico que queda en la ciudad. Pero su camino la llevará a enfrentarse a un oscuro y trastornado vigilante encapotado que mantiene el control sobre Gotham.
The People’s Joker es una genuina parodia de los personajes de DC Comics que cuenta la historia de una Joker trans que trata de abrirse camino en la escena de la comedia stand-up. Toda una experiencia, una explosiva comedia queer coescrita, dirigida y protagonizada por Vera Drew y que cuenta también en su reparto con Lynn Downey, Kane Distler, Nathan Faustyn, David Liebe Hart, Phil Braun, Griffin Kramer, Christian Calloway, Trevor Drinkwater y Ruin Carroll, un reparto coral de figuras destacadas de la comedia estadounidense, incluyendo cameos de Tim Heidecker, Bob Odenkirk y la cómica Maria Bamford. Tras su premier mundial en el Festival de Toronto donde ganó el Premio a la Mejor Dirección Novel en los Gotham Independent Film Awards, se ha incluido como parte de la Sección Noirs & Fantastiques de la programación del Atlàntida Film Festival, y ha llegado el 15 de agosto al catálogo de Filmin.
El origen de esta peculiar película
Vera Drew es una directora, montadora y guionista estadounidense con casi una década de experiencia en televisión y cine en USA. Su salto al largometraje llega con The People’s Joker, una película profundamente autobiográfica que surgió a raíz de un polémico comentario del director Todd Phillips, director de Joker (2019), quien criticó en Vanity Fair cómo la cultura woke estaba limitando las posibilidades de la comedia.
Ante esto, la guionista Bri LeRose respondió en X: “Solo veré la película de este cobarde si Vera Drew la vuelve a montar”. Drew aceptó el reto y lo que empezó casi como una broma se transformó en una exploración personal y colectiva de la identidad trans y la vivencia queer. Ambas transformaron la idea inicial en un guion escrito a cuatro manos, mezclando humor absurdo con el dolor real de transicionar en una sociedad hostil.
El universo DC como nunca se ha visto (y casi ni llega a verse)
Esta comedia negra autobiográfica está ambientada en el universo de Batman, en Gotham City. Allí, el humor ha sido prohibido y una aspirante a payasa llamada «Joker the Harlequin» lucha por encontrar su identidad de género mientras trata de abrirse camino en la escena del stand-up. Formando un equipo improvisado de marginados, crea una compañía ilegal de anti-comedia que la pone en el punto de mira del misterioso justiciero enmascarado que gobierna la ciudad.
Implicar en su historia a Joker, Batman… hizo que la película no comenzase con buen pie, dado que al tratarse de una sátira al universo Batman, Warner Bros., propietaria de los derechos de los personajes de DC Comics, envió una carta a Drew y al festival de Toronto apenas unas horas antes de la premiere mundial de la película, expresando “preocupaciones por derechos” e instando a que el film fuera retirado de futuras proyecciones hasta aclarar la situación. Ante la complicada tarea de enfrentarse en una larga batalla judicial contra un gigante multimillonario, decidieron retirar la película del circuito de festivales y detener su distribución durante varios meses, mientras la controversia crecía en redes bajo el hashtag #FreeThePeoplesJoker. Finalmente, tras una negociación y reafirmación como obra paródica legalmente protegida consiguieron retomar su recorrido y distribuirla en streaming y cines independientes a nivel mundial, llegando a España a través de Filmin.
Una historia importante bajo una llamativa puesta en escena
The People’s Joker mezcla humor absurdo con el dolor real de transicionar en una sociedad hostil, siendo una obra interesante de ver para las nuevas generaciones LGTBIQ+, pero que no destaca por su calidad si la analizamos de forma global, a pesar de tener un universo visual tan disruptivo como su guion.
Si bien es cierto que esta historia podría haberse contado fuera del universo de Batman, no habría tenido la misma repercusión, habiendo quedado como una película Queer con interpretaciones un tanto pobres y un montaje de bajo coste, dado que cuenta con un presupuesto de apenas 100.000 dólares. De lo que no hay duda es del trabajo que ha supuesto reunir a más de 150 artistas, entre animadores, músicos y creadores visuales, para lograr una frenética mezcla de estilos que resulta llamativa pero no atractiva.
Rodada en cinco días sobre fondos de croma, las interpretaciones fueron luego insertadas en fondos de matte painting, con miniaturas, animación 2D y 3D, secuencias de stop-motion, collages digitales,.. incorporando incluso números musicales con marionetas. En la época en la que parece que todo debe lucir perfecto, y quizás es lo que esperamos de una película muchos de nosotros, The People’s Joker quiere llamar la atención con esta fusión de propuestas estéticas repletas de fallos, que si bien es atrevida y revolucionaria, y eso es merecedor de su visionado, no es lo suficientemente aceptable y bien acabada como para aguantar su visionado sin dudar en ocasiones parar la reproducción, aunque finalmente hay algo que nos lo impide.
Fallida película según las expectativas
Uno de los objetivos principales de la película se cumple, y es reflejar la complicada vida de una persona trans en una sociedad como la actual, pero el problema quizás venga por la forma en la que venden la película, que parece buscar más a quienes quieran ver una película con comedia y acción vinculada al mundo de DC.
En el apartado de comedia defrauda por todos los lados, a pesar de estar Drew al frente del reparto y los cameos que aparecen a lo largo de la película, pues los cómicos que hacen acto de presencia o no se han esforzado o los diálogos que tenían no daban para más. Vergüenza ajena se siente en algunos momentos en los que estamos frente a cómics de Stand-Up y no funcionan sus chistes, en ocasiones por exigencias de guion, y en otras por su mal guion.
Por otro lado, es completamente insatisfactoria la vinculación con la acción de los cómics, pues a pesar del esfuerzo por unir a tanto artista visual, la sensación de sentirse estafado por la pésima animación 2D en una época con animación mucho más económica que hace años, e incluso por la vergonzosa animación 3D que ni queriendo se logra sea tan mala, pasando por un stop-motion de mercadillo, hace que muchos de nosotros estemos fuera de lo que nos quieran contar.
En resumen, The People’s Joker destaca como una original apuesta para contar una historia sobre la identidad trans, pero no funciona en su intento de dar una imagen de producción de bajo coste (aún siéndolo). Tener poco dinero no debe frenar a los artistas a la hora de dar rienda suelta a su imaginación, pero si juntamos la ausencia de presupuesto con una mala dirección, una carencia total de intención por hacer un película de calidad, y unos efectos visuales dignos de los peores estudios de los años 70, cuesta evaluar esta película como tal. Una buena idea ejecutada de la peor manera imaginable.
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