martes, abril 22, 2025

Crítica de ‘Aun estoy aquí’: Una historia emotiva y dolorosa

Las críticas de Laura Zurita:
Aún estoy aquí

Basada en las memorias de Marcelo Rubens Paiva, en las que narra cómo su madre se vio obligada al activismo político cuando su marido, el exdiputado izquierdista Rubens Paiva, fue capturado por el régimen durante la Dictadura militar de Brasil, en 1971.

Aún estoy aquí está dirigida por Walter Salles, escrita por Murilo Hauser, Heitor Lorega y Marcelo Rubens Paiva (que escribió las memorias originales), e interpretada por Fernanda Torres, Fernanda Montenegro y Selton Mello. La película se estrena el 21 de febrero de 2025 de la mano de Vertigo Films.

Crítica de 'Aun estoy aquí': Una historia emotiva y dolorosa

Una madre formidable

Aún estoy aquí (Ainda Estou Aqui en el portugués original), dirigida por Walter Salles, es una película brasileña de 2024 que adapta las memorias de Marcelo Rubens Paiva. La obra cinematográfica entrelaza la historia personal de la familia Paiva con el contexto político de la dictadura militar en Brasil, ofreciendo una mirada íntima y desgarradora sobre la lucha por la justicia para las víctimas de la dictadura.

La película sigue el punto de vista de la novela, lo que va a definir tanto la historia  que cuenta como la narrativa y el retrato de los personajes. La película se centra en la figura de Eunice Paiva, madre de Marcelo, interpretada magistralmente por Fernanda Torres, quien asume el liderazgo de su familia tras la desaparición de su esposo, el ex-diputado Rubens Paiva, a manos del régimen militar en 1971.  La narrativa de Aún estoy aquí se construye desde la perspectiva de Marcelo, quien evoca los recuerdos de su infancia y adolescencia, marcadas por la incertidumbre y la búsqueda incansable de su padre. La desaparición de personas es un crimen que provoca heridas muy dolorosas, al unir la incertidumbre al miedo, y es una forma de tortura psicológica ampliamente usada en distintas dictaduras a lo largo del mundo.

Walter Salles logra plasmar en Aún estoy aquí la esencia del libro, capturando la atmósfera opresiva y claustrofóbica de la época. Las escenas de la vida familiar vienen del recuerdo de Marcelo, por lo que están impregnadas de los veranos interminables y los colores vibrantes de la infancia. Esos momentos iniciales de Aún estoy aquí contrastan con los momentos de angustia y dolor que sobrevendrán cuando el padre desaparece, y, de nuevo, están narrados desde la perspectiva de un niño que intenta comprender la tragedia que lo rodea. Para los hijos, la madre es la persona de referencia, por lo que ella se erige en una figura gigantesca, en el centro del hogar. Vemos a la madre llevando la tragedia con dignidad y entereza, y creando un escudo protector alrededor de los hijos. Por lo mismo, de las angustias y las soledades de la mujer cuando estaba a solas sabemos poco, salvo lo que se puede adivinar en los gestos y las miradas, todo un océano de incertidumbre y desesperanza.

En un cierto momento, Aún estoy aquí toma otro cariz cuando Eunice es llevada a la cárcel. En ese momento el relato es indirecto, basado en el relato de ella. Allí toma el cariz que hemos visto en películas como El beso de la mujer araña o El expreso de medianoche, con cárceles oscuras y sucias, en las que pueden sentir, permeando los muros y las personas, los fluidos y el dolor.

En estos pasajes, la película se vuelve algo convencional, una historia que ya nos han contado antes, y de una manera más directa e impactante. Eso puede tener una razón, en lo ya comentado, que es una versión de segunda mano de las vivencias de ella,  la película en este tramo pierde intensidad y cae en convencionalismos propios del género carcelario.

Asimismo, el extenso epílogo, que se extiende a lo largo de varios momentos de la vida de la familia, puede resultar redundante y alargar innecesariamente la duración de la película.

Crítica de 'Aun estoy aquí': Una historia emotiva y dolorosa

Testimonio innnegable

Aún estoy aquí aborda temas como la memoria histórica, la impunidad y la justicia para las víctimas. Salles no se limita a mostrar la brutalidad de la dictadura, sino que también explora las consecuencias psicológicas y emocionales de la represión en las víctimas y sus familias. No es un tema novedoso, ya que la cinematografía hispanoamericana nos ha entregado muchas obras relevantes sobre dictaduras igualmente sangrientas, pero el mensaje siendo o relevante y profundo.

A pesar de sus defectos, Aún estoy aquí se erige como un testimonio innegable de los crímenes de la dictadura en Brasil, especialmente relevante en el contexto político actual del país. La película invita a la reflexión sobre la importancia de la memoria y la justicia, y destaca la resiliencia del espíritu humano frente a la adversidad.

La puesta en escena y la dirección de arte contribuyen a esta recreación, y el espectador es invitado a conectar con la historia de ese momento, sobre todo los espectadores brasileños. Para todos, este documento ayudará a no olvidar la magnitud del impacto de la represión en la sociedad brasileña, lo que probablemente es oportuno, recordando el momento que está pasando en estos momentos la política del país.

La narrativa visual de Aún estoy aquí se caracteriza por su austeridad, centrándose en ser un testigo informado de la vida de la familia y lo que les ocurre. La fotografía retrata el estado de ánimo de la familia, desde las doradas tomas en los días del verano a los filtros grises de los momentos más duros. La banda sonora está en gran parte imbricada en la acción, y contribuyen a crear una atmósfera que refleja la época en la que transcurre la película.

Destaca por las interpretaciones de los actores del muy extenso reparto, en especial la de los niños, que dan una imagen cándida y natural. Pero sobre todo brilla la interpretación sobresaliente de Fernanda Torres, quien encarna a una mujer fuerte y resiliente, capaz de mantener la compostura frente a la adversidad. Su actuación transmite la complejidad de Eunice, una mujer que lucha por mantener en lo posible la normalidad en su hogar mientras enfrenta la incertidumbre y el miedo.

Aún estoy aquí, con una actuación magistral de Fernanda Torres, muestra el devastador impacto de las desapariciones en las familias y la sociedad. Salles recrea una atmósfera represora del momento y la impotencia del ciudadano frente a un estado dictatorial. La película aborda temas como la memoria histórica y la justicia, siendo un testimonio relevante en el contexto político actual de Brasil.


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Aun estoy aquí

6.3

Puntuación

6.3/10

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