Las críticas de Daniel Farriol en el 72 SSIFF
Sección Oficial
Tardes de soledad
Tardes de soledad es un documental español que está escrito y dirigido por Albert Serra (Pacifiction, La muerte de Luis XIV). Es un retrato de cómo es la vida del torero Andrés Roca Rey durante un día de corrida, desde que se viste de luces hasta que se desviste.
Cuenta con las intervenciones de Andrés Roca Rey y Pablo Aguado. La película ha podido verse en el Festival de San Sebastián 2024 dentro de la Sección Oficial, donde obtuvo el reconocimiento del jurado otorgándole el máximo galardón de la Concha de Oro. La película será distribuida en salas comerciales por A Contracorriente Films.
De la censura a la Concha de Oro
La gran polémica de la 72ª edición del Festival de Cine de San Sebastián fue la inclusión del documental taurino Tardes de soledad de Albert Serra en su Sección Oficial. Enseguida, los ofendiditos de turno, en este caso encarnados por PACMA (Partido Animalista Con el Medio Ambiente), salió a la palestra antes de su proyección solicitando la retirada del filme de la programación entendiendo que se «humanizaba una práctica violenta» y que no era entendible el apoyo financiero con fondos públicos a la realización de una película que «romantizaba la tauromaquia» y estaba en contra de los «valores de la sociedad actual donde la violencia hacia los animales vestida de cultura está cada vez más arrinconada». Todas estas palabras pronunciadas, como suele ser habitual, sin haber visto antes la película para formarse una opinión más allá de las conjeturas genéricas.
En mi caso, aunque no debería ser necesaria la aclaración, mi posicionamiento inicial era no ver la película, pero no como una forma de censura hacia una obra artística, sino debido a mi poco interés hacia el toreo y mi poca empatía hacia su autor. Que la presentación del filme coincidiese en el tiempo con la supresión por parte del Ministerio de Cultura del Premio Nacional de Tauromaquia parecía más un acto de provocación del enfant terrible del cine español que un acercamiento sincero que reflejase el «arte de lidiar toros». Sin embargo, el entusiasmo con el que fue recibido el documental por parte de otros compañeros en su primera proyección me llevó a cambiar mi plan inicial y, finalmente, decidí comprobar por mi mismo qué tenía de interesante.
El resto de semana del festival el debate en los corrillos de prensa consistió en si el jurado tendría la valentía de premiarla o no, pero a Jaione Camborda, Leila Guerriero, Fran Kranz, Christos Nikou, Carole Scotta y Ulrich Seidl, no les tembló el pulso y decidieron otorgarle a Tardes de soledad la Concha de Oro a la Mejor película de la Sección Oficial, que además se adjudicaría el Premio Feroz y el Premio Ateneo Guipuzcoano. Así pues, la película pasó de la posible censura a la gloria.
Una coreografía de sangre y oro
Tardes de soledad es un documental sin posicionamiento ideológico. Su acercamiento a la tauromaquia se realiza esencialmente desde lo estético al igual que antes hicieron pintores clásicos como Picasso, Goya o Dalí. Lo que busca el director Albert Serra durante los 125 minutos de metraje del documental es alternar sin solución de continuidad escenas en las que muestra su fascinación hacia la liturgia religiosa que envuelve a la figura del torero con otras donde se detiene a capturar el sufrimiento de los animales torturados en el ruedo hasta la muerte sin ningún tipo de piedad. Es un contraste extraño que provocará sensaciones encontradas en el espectador y que, efectivamente, no es apto para todas las sensibilidades.
Y es que Tardes de soledad ofrece imágenes de las corridas de toros como no las habíamos visto nunca antes. De hecho, creo que es una obra que puede interesar más a cinéfilos no afines a la tauromaquia que a los que solo buscan ver una lidia en pantalla grande. A Serra no le interesa eso, en su coreografía de sangre y oro prefiere centrarse en el rostro del torero convertido en guerrero y en la majestuosidad feroz de un animal de casi 500 Kg. luchando por su supervivencia. Por eso, la cámara prioriza los primeros planos y los planos de detalle por encima de los planos medios o generales que mostrarían más adecuadamente los lances del capeo, es decir, como si en una obra de ballet solo viéramos los rostros de las bailarinas y sus gestos en detalle, pero no el baile en sí mismo.
Vida y muerte
El peruano Andrés Roca Rey es el torero protagonista de Tardes de soledad y el documental nos propone un viaje inmersivo junto a él y su cuadrilla para descubrir algunas interioridades de la preparación de las corridas a las que tendremos el lujo de asistir al proceso íntegro, desde el ritual de vestirse con el traje de luces cuál cantante folclórica antes de una gran actuación hasta el viaje de vuelta a casa en un coche donde se comparten las emociones vividas esa tarde en el ruedo. Entremedias, persiste una iconografía religiosa y casi mitológica que venera la figura del torero como si fuese un Dios romano enfrentándose a una bestia del averno.
A nivel visual la pantalla se transforma en un lienzo que salpica de colores y sangre a un espectador que asiste enmudecido ante un espectáculo salvaje no exento de belleza, por contradictorio que parezca. El combate a muerte en el ruedo sirve al director como metáfora de la propia vida, el miedo, el sufrimiento, la búsqueda de la superación ante las adversidades, las críticas ante una mala faena, la agonía del toro reflejada en sus ojos como si tomara consciencia de su finitud mientras es apuntillado…
Más que una película, podría decirse que Tardes de soledad es una experiencia avasalladora que te cautiva y horroriza a partes iguales aunque probablemente pierda mucha intensidad si no se ve en una pantalla de cine. Resulta también agotadora en su ciclo de corridas que puede terminar siendo reiterativo e incompleto ante la renuncia del director a transmitir ninguna reflexión final ni tampoco ideológica sobre lo que acabamos de contemplar, todo queda al libre albedrío y a la percepción emocional que sienta cada espectador. En definitiva, Tardes de soledad es un documental apabullante sobre el mundo del toreo con imágenes hiperrealistas que resaltan la beldad tras la crueldad, así como esa energía adrenalínica provocada por el coraje irracional de un hombre que escoge mirar a la muerte de frente.
¿Qué te ha parecido la película?