Cobertura realizada por Daniel Farriol:
72 Festival de San Sebastián
No es cine todo lo que reluce se ha desplazado hasta el 72 Festival de San Sebastián, y os iremos contando nuestras primeras impresiones de todas las películas que tengamos la oportunidad de ver, así como otras cosas interesantes que sucedan en estos días tan señalados y dedicados al mejor cine nacional e internacional que se estrenará en los próximos meses. Hoy os hablamos de las películas: Modi, Three Days on the Wing of Madness, Anora y Bound in Heaven.
MODI, THREE DAYS ON THE WING OF MADNESS
Dirigida por: Johnny Depp
Intérpretes: Riccardo Scamarcio, Stephen Graham, Al Pacino, Antonia Desplat
País: Estados Unidos – Hungría – Italia
Sección Oficial – Fuera de Concurso
Sinopsis: Un torbellino de 72 horas en la vida del artista bohemio Amedeo Modigliani, conocido como Modi por sus amigos, sigue una caótica serie de acontecimientos en las calles del París desgarrado por la guerra en 1916. En su huida de la policía, sus compañeros Maurice Utrillo, Chaim Soutine y la musa de Modi, Beatrice Hastings, le hacen replantearse su deseo de poner fin a su carrera y abandonar la ciudad. Modi pide consejo a su amigo y marchante de arte, Leopold Zborowski. Sin embargo, tras una noche de alucinaciones, el caos en la mente de Modi alcanza su punto álgido cuando se enfrenta a un coleccionista americano, Maurice Gangnat, que tiene el poder de cambiar su vida.
Nuestra opinión: Johnny Depp, actor y pirata a tiempo parcial, vuelve a ponerse tras las cámaras 27 años después de The Brave (1997) para narrar la tempestuosa vida del pintor y escultor italiano Amedeo Modigliani en Modi, Three Days on the Wing of Madness. La película es caótica y histérica hasta decir basta, supongo que eso es lo que también pensarían las decenas de espectadores que abandonaron la proyección en el Kursaal cuando aun no habíamos llegado ni a la mitad de los eternos 114 minutos de metraje.
Tal y como indica el título, el filme se concentra en 3 días de absoluta locura que, más o menos, están inspirados en la vida real del pintor. Junto a él aparecen dos de sus amigos más cercanos, el pintor francés Maurice Utrillo y el pintor bielorruso Chaim Soutine, además de la escritora inglesa Beatrice Hastings con la que mantuvo una tempestuosa relación pasional. Desde el principio, la película adopta un tono forzado que transita entre el slapstick (hay escenas en blanco y negro imitando el cine mudo) y la picaresca, con una tendencia constante hacia la exageración y el humor escatológico que ridiculiza algunos rasgos de la personalidad de los artistas hasta convertirlos en meros sketches de tebeo. Solo salva de la quema a Beatrice Hastings, por su halo romántico de musa, alguien quien en sí misma merecería su propio biopic por la vida que tuvo.
Modi, Three Days on the Wing of Madness juega al exceso verbal y visual, como haría el Terry Gilliam de los años 80, pero finalmente ni resulta transgresora ni innovadora, solo aburrida. Los bandazos que da el guion parecen concebidos como set pieces independientes que buscan el impacto fácil inicial para luego ir serenándose en la parte final donde el filme se pone serio buscando un paralelismo entre el universo creativo y de rebeldía artística que caracterizaba al pintor italiano con la propia carrera cinematográfica de Depp. Pero entre tanto alboroto y ampulosidad destaca la escena en un restaurante con la aparición estelar de Al Pacino como marchante de arte que repudia la obra de Modi.
ANORA
Dirigida por: Sean Baker
Intérpretes: Mikey Madison, Mark Eydelshteyn, Yura Borisov, Karren Karagulian
País: Estados Unidos
Perlas
Sinopsis: Anora, una joven trabajadora sexual de Brooklyn, tiene la oportunidad de hacer realidad el cuento de Cenicienta al conocer y casarse impulsivamente con el hijo de un oligarca. Pero cuando la noticia llega a Rusia, su cuento de hadas amenaza con derrumbarse, ya que los padres se desplazan a Nueva York con la intención de anular el matrimonio.
Nuestra opinión: Anora es una comedia dramática de ritmo frenético, diálogos vivaces y una protagonista encantadora donde, de alguna forma, se actualiza la fábula romántica de Pretty Woman, con la prostituta de buen corazón y el ricachón ególatra, aderezándola con el cinismo y la mala baba propia de nuestros días. Es un material idóneo para que el estadounidense Sean Baker redunde en su habitual discurso sobre el lado oscuro del sueño americano que ya retrató a través de su peculiar estilo en Tangerine (2015), The Florida Project (2017) o Red Rocket (2021).
Su cine espasmódico y visceral tiene elementos de Spike Lee, Jim Jarmusch, John Cassavetes o Hal Ashby, combinando con inteligencia las oportunas dosis de comedia, drama y thriller en tramas alocadas que suelen estar protagonizadas por personajes que viven en los márgenes rodeados de prostitución, drogas y criminalidad. En este caso se trata de una chica de Brooklyn que trabaja en un club nocturno ofreciendo bailes eróticos, su «sueño americano» comenzará tras conocer a un cliente que se encapricha con ella, un joven ruso que vive del dinero de sus padres en una lujosa mansión. Entre partida y partida en la consola, el infantil heredero y la ingenua prostituta follan a todas horas hasta que la relación se pone seria y en un arrebato absurdo deciden casarse en Las Vegas en contra de la opinión familiar.
Anora es una screwball comedy que obtuvo la Palma de Oro en Cannes, poniendo de acuerdo a crítica y público, gracias a su dinamismo e histrionismo (a veces la película se pasa de chillona). El filme contiene un divertido desfile de personajes secundarios absolutamente impagable y se nutre del magnetismo escénico de Mikey Madison en el papel principal, sin embargo, el guion está demasiado preocupado en contentar al público con sus gags y resulta menos incisivo que el de otras obras del director.
BOUND IN HEAVEN
Dirigida por: Xin Huo
Intérpretes: Ni Ni, You Zhou
País: China
Sección Oficial
Sinopsis: Bound in Heaven narra la conmovedora historia de un enfermo terminal y una mujer atrapada por la violencia, que se entreteje a través de su huida tras un incidente imprevisto. Es la historia de un amor que sobrevive a los estragos de la muerte y un fugaz destello de vida entre sus sombras.
Nuestra opinión: Bound in Heaven obtuvo el Premio a la Mejor Fotografía y el Premio Fipresci de la crítica, no en vano fue una de las propuestas más interesantes que vimos en esta edición del Festival.
La cineasta china Xin Huo nos regala un melodrama romántico atravesado por un halo trágico y con trasfondo de cine negro que resulta visualmente absorbente y, por momentos, imprevisible. La pareja protagonista de Bound in Heaven es atípica, una femme fatale atrapada en una relación tóxica conoce a un buscavidas que padece una enfermedad terminal. Ambos tienen personalidades muy distintas y provienen de entornos sociales opuestos, pero juntos encontrarán el cobijo emocional que necesitaban en sus vidas incompletas e iniciarán una relación tempestuosa con un amor sincero que demostrarán con acciones más que con palabras.
En Bound in Heaven podemos hallar reminiscencias estéticas de cineastas chinos como Diao Yinan o Bi Gan, incluso de Jia Zhangke en lo social/criminal de algunos pasajes, pero también encuentro conexiones con el Jishu Eiga (nuevo cine japonés) o con la nouvelle vague francesa. La directora aborda una estructura narrativa compleja que sortea la confusión y queda salpicada por afilados fogonazos de noir puro (la primera secuencia en la comisaría, la escena de las cuchilladas…) que dotan de inusitada fuerza expresiva a su calculado control del tempo y el espacio. La fotografía corre a cargo de Piao Songri y la planificación visual que propone junto a la directora resulta absolutamente arrebatadora mediante el uso de encuadres sorprendentes e imágenes que desprenden un lirismo de belleza mortecina. En ese sentido la secuencia del teleférico es una maravilla que merecía el premio por sí sola.
La habitual tendencia melodramática que existe en el cine asiático llevada al extremo aquí tiene un sentido dramático que encaja a la perfección, esta «Love Story/Death Story» evita los lugares comunes en su retrato de la enfermedad y del amor incondicional, para reflexionar sobre la toxicidad y la solidaridad en las relaciones humanas desde una perspectiva poética repleta de metáforas visuales. Bound in Heaven, sin duda, es una joya que no merece pasar desapercibida.