Las críticas de Laura Zurita:
La piel del tambor
Ciudad del Vaticano, 1995. Un hacker informático irrumpe en el ordenador personal del Papa dejándole un mensaje en el que asegura que la Iglesia de Nuestra Señora de las Lágrimas mata para defenderse. Intrigado, el Santo Padre ordena que se investigue el asunto. Monseñor Spada (Paul Guilfoyle) asignará la misión a su mejor agente, el sacerdote Quart (Richard Armitage), poseedor de una larga experiencia en los asuntos oscuros de la Santa Sede. Entre tanto, en Sevilla, la aristócrata Macarena Bruner (Amaia Salamanca), una hermosa divorciada que es dueña de los derechos sobre el terreno donde se alza Nuestra Señora de las Lágrimas, escandaliza a la ciudad con sus amores inapropiados con un bailaor flamenco, mientras coquetea por Sevilla y hace parte principal de un grupo que se resiste a dejar demoler la Iglesia.
La piel del tambor está dirigida por Sergio Dow e interpretada por Richard Armitage, Amaia Salamanca, Fionnula Flanagan, Paul Guilfoyle, Rodolfo Sancho, Paul Freeman, Unax Ugalde y Alicia Borrachero. La película se estrena en España el 21 de octubre de 2022 de la mano de F&P Media.
Película ambiciosa y muy bien hecha
La piel del tambor es la nueva adaptación de la novel homónima de Pérez-Reverte, que ya tuvo una miniserie en 2007 liderada por Roberto Enríquez en el rol principal titulada Quart: el hombre de Roma.
Se trata de un proyecto ambicioso. Ambicioso por su envergadura, pues es una producción entre España, Colombia e Italia, con un presupuesto importante y un amplio y destacado reparto internacional. Ambicioso también porque la novela de Pérez-Reverte es extensa, con muchos personajes y tramas entrecruzadas. Y, ciertamente, la película ha salido muy bien parada.
La piel del tambor es un largometraje de acción y misterio, en la que un sacerdote muy particular resuelve un caso que implica a personajes poderosos, transacciones inmobiliarias, falsificaciones y hasta intrigas en el Vaticano. En la ciudad vaticana, precisamente, empieza la acción, con un pirata informático que entra en la intranet, fuertemente protegida, del estado papal. Es muy atractiva la presentación del equipo informático vaticano, con una mezcla de arquitectura renacentista, informáticos expertos con sotana y crucifijo y tecnología punta, que capta inmediatamente la atención del espectador. Y esto nos introduce en uno de los puntos fuertes de la película, que los sacerdotes son hombres de carne y hueso con trabajos comprensibles y mentes modernas, lejos de las figuras tópicas, hieráticas y blandengues que vemos a veces en las pantallas.
El Papa es informado de una serie de extrañas muertes que están teniendo lugar en una iglesia en Sevilla, amenazada de demolición para dar lugar a una rutilante proyecto urbanístico. Y para investigar el caso envían al padre Quart, piadoso, veterano y hombre de acción, que se encarga de temas difíciles que exigen una intervención especial.
Una vez en Sevilla, el padre Quart va revelando capa tras capa de encubrimientos, disimulos y mentiras, con la ayuda (o la obstrucción) de una serie de personajes curiosos, interesantes o fatídicos.
El Vaticano y Sevilla están bellamente fotografiados, y dan ganas de (re)visitarlos, sin que estas imágenes de las ciudades distraiga de la acción. La película es muy entretenida: el ritmo es rápido, la fotografía cuidada, y la factura técnica excelente, con lo que se mantiene en todo momento el interés del espectador. Si hay que poner un pero, es la forma un tanto apresurado de resolver el desenlace, seguramente para mantener un metraje contenido, de poco más de hora y media. Es de destacar que Pérez-Reverte dice reconocer su obra y sus personajes en la pantalla, aunque no se ha involucrado personalmente en el rodaje.
Excelente reparto
El reparto, como ya se ha comentado, es excelente, y cuenta con estupendos actores hasta para los personajes secundarios. Destaca Macarena (Amaia Salamanca) como una divorciada que lucha con uñas u dientes por mantener la tradición familiar. Y, sobre todo, el protagonista absoluto de la película, el padre Quart, encarnado por Richard Armitage. El apuesto actor, de gran presencia escénica, encarna con solvencia a un personaje exigente, en el que descansa el peso de la acción.
La piel del tambor se ha rodado en inglés, para facilitar su difusión internacional. Esto, que resulta natural en ambientes internacionales, como las conversaciones entre sacerdotes en el Vaticano, queda un poco raro cuando personajes españoles hablan entre ellos, en un inglés bastante bueno, por cierto.
En resumen, La piel del tambor es una película de acción bien rodada e interpretada, un producto de calidad que interesa y entretiene, en el bello marco de las ciudades del Vaticano y Sevilla.
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La piel del tambor
Un verdadero batiburrillo de tramas y situaciones que despista al espectador sobre la verdadera trama. Los personajes aparecen sin fuerza y fragmentados en sus diversos papeles. El del sacerdote guaperas Bond y su joven ayudante informático, sin comentarios.