Las críticas de Óscar M.:
Halloween: El final
En Halloween: El final han pasado cuatro años desde Halloween kills, Laurie vive con su nieta Allyson, está a punto de terminar de escribir sus memorias, y nadie ha vuelto a ver a Michael Myers desde entonces. Laurie ha dejado atrás el miedo y la rabia para dedicarse a vivir, pero cuando acusan a un adolescente de matar al niño al que cuidaba, se desencadena una cascada de violencia que obligará a Laurie a enfrentarse de una vez por todas con una maldad que no puede controlar.
La secuela está dirigida por David Gordon Green (al igual que dos las entregas anteriores), escrita por Paul Brad Logan, Chris Bernier, Danny McBride y el propio director, y protagonizada por Jamie Lee Curtis (como Laurie Strode, el personaje con el que la actriz comenzó su carrera cinematográfica y que le ha acompañado durante 44 años), Andi Matichak, James Jude Courtney, Will Patton, Rohan Campbell y Kyle Richards. John Carpenter (creador de la saga original) continúa como productor ejecutivo. Halloween: El final se estrena el viernes 14 de octubre de 2022 de la mano de Universal Pictures.
La superviviente por excelencia
La saga de películas de Halloween es de las pocas franquicias de terror que tiene un doble protagonismo: Laurie Strode (a la que vuelve a poner cara una Jamie Lee Curtis cada vez más comprometida) es un pilar tan fundamental de la historia como lo es el asesino Michael Mayer, lo que quedó demostrado en la recuperación de su personaje en Halloween: H20 y lo vuelve a hacer en esta nueva trilogía. Myers no es nada sin Laurie, simplemente es un asesino en serie más que se lleva por delante a víctimas anónimas, pero la presencia de Laurie le aporta un componente personal y familiar a la carnicería.
Jamie Lee Curtis tiene el honor de haber aparecido en siete películas de la saga a lo largo de más de cuarenta años: la original Halloween, Halloween II: Sanguinario, Halloween: H20, Halloween: Resurrección, La noche de Halloween, Halloween kills y Halloween: El final. Pocas actrices pueden decir lo mismo de su vinculación con una franquicia de terror. En Pesadilla en Elm Street, Freddy tuvo a Nancy sólo en tres películas, la saga Viernes 13 no tiene un personaje destacado que sea antagónico al asesino protagonista, Alien abandonó a Ripley hace dos entregas (aunque el personaje estuvo presente en cuatro películas) y lo más similar que podríamos tener actualmente son los personajes de Sidney y Gale en la saga Scream, donde han aparecido en cinco ocasiones, aunque la identidad del asesino haya ido cambiando.
Este necesario protagonismo de la superviviente (denominada «final girl» en inglés) queda patente durante toda esta tercera parte, a pesar de la desconexión con los acontecimientos vistos en las dos partes previas y el hecho de que el asesino aún esté libre. Curtis interpreta a una Laurie mucho más estable, menos histriónica, con un proyecto de vida basado en el futuro y alejándose del trauma del pasado, pero no por ello menos despistada, despreocupada o despiadada, como demuestra a medida que la historia avanza hasta su tramo final.
Un argumento soporífero y excesivamente alargado
Esta tercera parte intenta alejarse de los lugares comunes del género y de los propios tópicos de la saga, pero termina convirtiéndose irremediablemente en una copia aburrida de anteriores secuelas donde utilizan el origen del mal como excusa para resucitar al icónico asesino. El guion invita a echarse una siesta (una vez superada la presentación inicial) en su tramo central por estancarse demasiado en la subtrama del nuevo asesino para despertar al espectador en la escalada final de asesinatos (justificados, aunque poco sangrientos) y tener un final medianamente digno.
David Gordon Green no consigue mantener ni el interés ni la consciencia del espectador durante las casi dos horas de duración, repite demasiado las escenas de acoso para justificar los actos posteriores del nuevo asesino, mientras intercala escenas de la nueva e idílica vida de los supervivientes. Pero este forzado realismo y justificación se pierde completamente cuando Myers vuelve a aparecer en escena y se recupera el componente místico y fantástico de las secuelas de los años ochenta que tanto se habían esforzado en eliminar en las dos películas anteriores.
Si querían terminar de manera digna esta trilogía, la sanación de las heridas o la recuperación inexplicable de los golpes, caídas, apuñalamientos y disparos deberían tener una explicación realista y no haber recurrido a la solución fácil. Los guionistas se habían esforzado en demostrar que la creación de un monstruo no debe basarse en la magia y la fantasía, para que en esta última parte lo tiren todo por tierra y vuelvan a basarse en lo sobrenatural, provocando que el resultado final sea insatisfactorio para los seguidores de las aventuras de Michael y Laurie.
El merecido descanso eterno
A pesar del aburrimiento al que nos someten los cuatro guionistas (entre los que se incluye el director), hay algunos aciertos que hacen que esta tercera parte complazca al seguidor del asesino enmascarado, como el cierre coherente que se le da a la mayoría de personajes o que Andi Matichak haya aprendido a estar menos sobreactuada (aunque su personaje siga siendo igual de insufrible que en la segunda entrega).
El cierre de la trilogía se convierte en un necesario punto de no retorno para la historia de Halloween, provocando que Michael Myers sólo pueda volver a las pantallas en forma de un reinicio de la saga o como un fantasma resucitado por arte de la magia, si el estudio decide finalmente que aún no se ha explotado bastante al personaje durante más de cuarenta años, obviando plenamente el título de la película.
Halloween: El final no consigue aportar demasiado al género de terror, a pesar de su cacareada planificación. Esta última entrega cierra una trilogía desequilibrada donde había muchos puntos a favor, pero que ha tenido un desarrollo desfavorable una vez que se puede ve el conjunto global, provocando sentimientos encontrados en el espectador, que puede quedar satisfecho con la resolución del duelo final entre el asesino y la víctima a pesar de que el camino que nos haya llevado hasta la tumba cinematográfica de Michael Myers haya estado lleno de secundarios forzadamente importantes y obstáculos prescindibles.
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Halloween: El final
