sábado, julio 27, 2024

Crítica de ‘The Innocents’: Niños con pensamientos mortales

Las críticas de Daniel Farriol:
The Innocents

The Innocents es un thriller noruego con elementos fantásticos que está escrito y dirigido por Eskil Vogt (Blind, Les étrangers). La historia nos sitúa durante el resplandeciente verano nórdico, donde un grupo de niños revela sus oscuros y misteriosos poderes mientras los adultos miran hacia otra parte. Está protagonizada por Rakel Lenora Fløttum, Sam Ashraf, Alva Brynsmo Ramstad, Kadra Yusuf, Mina Yasmin Bremseth Asheim, Ellen Dorrit Petersen, Morten Svartveit y Marius Kolbenstvedt. La película tuvo su presentación en España en el marco del Festival de Sitges 2021. Se ha estrenado comercialmente de la mano de Vértigo Films el día 30 de Septiembre de 2022.

El juego de los niños

The Innocents llegaba a Sitges 2021 con la vitola de ser una de las películas de género de la temporada tras su exitoso paso por el Festival de Cannes 2021, de hecho, fue una de las primeras de las que se agotaron las entradas tanto en la reserva de acreditados como de compra directa para el público en dicho certamen. Así que sorprende un poco que tras esa expectación levantada haya tardado casi un año en estrenarse en salas comerciales y es que se trata de una película estupenda que además puede tener su cuota de mercado entre un público ansioso por aventurarse en propuestas fantásticas que le resulten novedosas.

Eso sí, lo primero que habría que aclarar, para no crear falsas expectativas, es que The Innocents no es exactamente una película de terror, al menos no una al uso. Si tuviéramos que definirla a través de referencias cinematográficas transversales podríamos decir que es un cruce inesperado entre la frialdad nórdica del acercamiento al fantástico que hace la vampírica Déjame entrar (Tomas Alfredson, 2008) desde el realismo social, con el retrato naturalista de la crueldad infantil que hallamos en la polémica y poco vista Playground (Bartosz M. Kowalski, 2016).

Todo ello impregnado por la retórica festiva de las fantasías pulp ochenteras de aroma a videoclub de barrio y con la mítica Scanners (David Cronenberg, 1981) en el punto de mira principal, eso sí, aquí sin reventar cabezas y, más bien, siendo presentada como el reverso o la cara B de un filme de superhéroes con reminiscencias de Chronicle (Josh Trank, 2012), pero contando con protagonistas precoces que aún no controlan sus instintos más primarios en todo lo que hace referencia a la violencia y la empatía con sus semejantes. Dicho de sopetón puede parecer un mejunje referencial inconexo, pero que nadie se asuste, Eskil Vogt consigue aunar todas esas cosas de manera uniforme y elegante en un filme estéticamente absorbente que consigue atrapar desde el primer minuto.

El pueblo de los malditos

Para los que no les suene el nombre de Eskil Vogt decir que es un director y guionista noruego que sorprendió con Blind (2014), un drama psicológico desafiante acerca de una mujer ciega que utilizaba la imaginación para llenar los huecos dejados por su memoria, aunque aún es más reconocido en su tarea de colaborador habitual y guionistas del cineasta Joachim Trier con el que ha coescrito, entre otras, Thelma (2017) y La peor persona del mundo (2017).

The Innocents tiene algo de la aureola mística de Thelma y una forma parecida de acercarse al fantástico o al terror desde la psicología de los personajes partiendo de territorios más propios del cine social o el drama intimista. Su nuevo trabajo aborda la perversidad de la infancia como ya hicieran películas míticas en el género como ¿Quién puede matar a un niño? (Narciso Ibáñez Serrador, 1976) o El pueblo de los malditos (Wolf Rilla, 1960), con la salvedad que existe un debate moral interno dentro de la comunidad que hace que algunos deban enfrentarse entre ellos.

La película busca crear una atmósfera enrarecida a través de la dilatación temporal y centrando la mirada de la cámara a la altura de los ojos de los inquietantes infantes protagonistas. Es una manera de penetrar en un mundo de la fantasía realista asociada a la niñez en la que se crea un vínculo incorruptible entre esos locos bajitos al que no tienen acceso los mayores, con la debida ruptura generacional y familiar que eso supone.

Una batalla telepática entre el bien y el mal

Esa desconexión de la que hablamos entre adultos y niños en The Innocents se siente especialmente en que los primeros no perciben en ningún momento nada sobrenatural a su alrededor mientras que los pequeños es como si estuvieran en una dimensión paralela donde encuentran una forma distinta de comunicarse entre ellos a través de la mente. Ya lo decía Jim Morrison en «The End», una de las más icónicas canciones de la banda de rock angelina The Doors, «All the children are insane» (“Todos los niños son dementes”).

El filme relata muy bien ese descenso a la locura infantil combinada con la ingenuidad propia de la edad, proponiendo un fascinante duelo entre el bien y el mal como forma de mantener el equilibrio que sustenta el mundo. Pese a excederse con el metraje, destaca la belleza gélida que posee la fotografía de Sturla Brandth Grøvlen que, sin duda, nos deja secuencias visualmente apabullantes que pasarán directamente al imaginario colectivo del fantástico reciente, por ejemplo, esos duelos telepáticos de poder mental son oro, y, como es lógico, también es inevitable resaltar el espectacular trabajo interpretativo que hacen los niños, casi todos ellos sin experiencia previa delante de cámara.


¿Qué te ha parecido la película?

The Innocents

8

Puntuación

8.0/10

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