jueves, diciembre 5, 2024

70 SSIFF. Crónica 10. ‘Los renglones torcidos de Dios’, ‘Blonde’ y ‘Marlowe’.

Cobertura realizada por Daniel Farriol:
70 Festival de San Sebastián 2022
No es cine todo lo que reluce se ha desplazado hasta el 70 Festival de San Sebastián 2022. Cada día os contaremos nuestras primeras impresiones sobre todas las películas que tengamos la oportunidad de ver, así como todas otras cosas interesantes que sucedan en estos días tan señalados y dedicados al mejor cine nacional e internacional que se estrenará en los próximos meses. Hoy os hablamos de las películas: Los renglones torcidos de Dios, Blonde y Marlowe.

Los renglones torcidos de Dios
LOS RENGLONES TORCIDOS DE DIOS

Dirigida por: Oriol Paulo
Intérpretes: Bárbara Lennie, Federico Aguado, Loreto Mauleón, Eduard Fernández, Pablo Derqui
País: España
Perlak

Sinopsis: Alice, investigadora privada, ingresa en un hospital psiquiátrico simulando una paranoia para recabar pruebas del caso en el que trabaja: la muerte de un interno en circunstancias poco claras. Sin embargo, la realidad a la que se enfrentará en su encierro superará sus expectativas y pondrá en duda su propia cordura.

Nuestra opinión: Los renglones torcidos de Dios es una de las películas españolas más esperadas de la temporada, ya que la novela de Torcuato Luca de Tena en que se basa es una de las lecturas favoritas de mucha gente, entre ellos yo mismo. El reto para Oriol Paulo para contentar a todos era mayúsculo y, aunque la recepción crítica en San Sebastián la ha vapuleado bastante, hay que considerar que el director sale bastante airoso del entuerto consiguiendo un thriller dinámico que pone en imágenes las peripecias detectivescas del maravilloso personaje Alice Gould con el rostro de Bárbara Lennie. No se me ocurre mejor elección para interpretar a alguien que deba aglutinar elegancia y distinción, ser capaz de fascinar con un sola mirada a hombres y mujeres, y finalmente mostrar resquicios que hagan dudar de su propia cordura.

Porque para quien no conozca la historia original, hay que comentar que la trama nos sitúa en un centro psiquiátrico donde están ubicados enfermos mentales de todas las categorías, algunos muy peligrosos, lugar al que llega voluntariamente una mujer que padece paranoia pero que, al parecer, guarda muchos secretos y en realidad se trata de una investigadora privada que decide ingresar en el hospital haciéndose pasar por loca para descubrir si la muerte de uno de los internos fue un asesinato encubierto por los propios dirigentes del centro. El director catalán Oriol Paulo realiza una adaptación pulcra centrándose en los aspectos más lúdicos de su enrevesada trama llena de giros imposibles y dejando de lado una aproximación más psicológica o realista. De hecho, la novela es un poco así, un carrusel constante que, contado en primera persona, nos hace duda como lector/espectador de todos los acontecimientos que suceden y de cuando Alice está diciendo la verdad o cuando está mintiendo.

Si algo me molesta en el cine de género actual, ya sean thrillers o terror, es esa necesidad de querer sorprender al público con triquiñuelas que modifican la actitud de los personajes o dejan agujeros de guion para justificar esos sucesos inesperados, pero eso es algo que no pasa aquí porque precisamente lo que caracteriza la novela que adaptada por Oriol Paulo y Guillem Clua es que consigue atar a la perfección cada uno de los giros que, ya os adelanto, son infinitos. No será la película del año, pero Los renglones torcidos de Dios es un disfrute para los amantes del thriller tipo Shutter Island (Martin Scorsese, 2010) que, pese a su larga duración y no logar una atmósfera lo suficientemente inquietante, te mantiene atento a la pantalla mediante ese juego de cajas sorpresas constante que seguro será un auténtico pelotazo del director en China y el mercado asiático donde su cine siempre funciona y tienen menos prejuicios hacia sus trabajos que aquí.

Blonde - 70 Festival de San Sebastián
BLONDE

Dirigida por: Andrew Dominik
Intérpretes: Ana de Armas, Adrien Brody, Bobby Cannavale, Caspar Phillipson, Julianne Nicholson
País: Estados Unidos
Película sorpresa

Sinopsis: Desde su inestable infancia como Norma Jeane, pasando por su ascenso al estrellato y sus enredos amorosos como Marilyn Monroe, explora la creciente división entre su yo público y su yo privado.

Nuestra opinión: Blonde es una propuesta radical que confrontará al público entre detractores y admiradores de forma irreconciliable. Me posiciono claramente entre el primer grupo e intentaré explicar los motivos. Fueron muchos los que abandonaron la sala durante la proyección en el pase de prensa nocturno, de hecho, toda la gente sentada en mi fila fue desapareciendo paulatinamente y yo quise hacer lo mismo muchas veces ante la majadería que estaba viendo, pero aguanté para poder argumentar mejor una opinión en estas líneas (que no deberías leer si aún no la has visto).

En uno de los planos de la película Norma Jeane (Ana de Armas) vomita encima del espectador mediante el uso de un plano subjetivo de cámara. Es la metáfora perfecta que define a Blonde, un paseo sin filtro que vomita todas las miserias por las que pasa una mujer herida en un mundo del espectáculo liderado por hombres misóginos. Que nadie espere una deconstrucción del mito ni una reflexión sobre el lado oscuro del estrellato, ni siquiera hay espacio para descubrir quién era de verdad la Norma Jeane que había detrás de Marilyn Monroe. La adaptación de la novela escrita por Joyce Carol Oates se centra exclusivamente en mostrar el sufrimiento y dolor por el que pasa el personaje sin querer abordar ningún otro aspecto del mismo, algo que convierte a Norma Jeane en una muñeca rota unidimensional y tremendamente sexualizada que pasa de unas manos a otras sin solución de continuidad y sin tomar una sola decisión por sí misma en toda su vida, es decir, el coeficiente intelectual de 165 que tenía la actriz aquí se reduce a la mitad.

El punto de vista de Andrew Dominik me parece directamente inescrutable, no sé si pretendía hacer un melodrama pasado de rosca o una comedia negra de mal gusto. En su discurso narrativo juega con diversos formatos de pantalla, combina escenas de blanco y negro con color, muestra momentos oníricos con otros más realistas y recrea escenas de películas o fotografías míticas para darle un contexto diferente al conocer el infierno por el que pasa la actriz tras las bambalinas. Como idea sobre el papel me parece genial, pero en manos del director australiano todo se siente gratuito y en busca del impacto fácil donde acaba sucumbiendo a todo aquello que (se supone) pretende criticar como es la sexualización del cuerpo de Marilyn/Ana de Armas, él hace exactamente lo mismo para conseguir los resultados que busca.

El cénit de esa torpe manera de actuar es la execrable secuencia en la que muestra en primer plano a la actriz realizando una felación forzada al mismísimo presidente de los Estados Unidos. La violación se produce en medio de chascarrillos cómicos y unos gags visuales que van describiendo el momento mediante escenas de una película de ciencia-ficción de Serie B que se suceden en el televisor que hay en la habitación. Es de admirar el esfuerzo y dedicación de Ana de Armas en darle dimensión a un personaje plano que el director se empeña en mostrar en un solo registro y que convierte en un mero monigote para la recreación visual de una pesadilla, es decir, Norma Jeane/Ana de Armas convertidas en muñecas sexuales para el ejercicio onanista de un pornógrafo emocional.

Andrew Dominik se cree muy listo y lo único que hace es intentar copiar la visión del otro lado del espejo que ya hizo David Lynch hace 30 años con su personaje de Laura Palmer en la incomprendida Twin Peaks: Fuego camina conmigo (1992), hay imágenes copiadas directamente de su cine (la aparición del rostro del padre en el cielo) e incluso la banda sonora anacrónica compuesta por Warren Ellis y Nick Cave imita los sonidos envolventes creados por Angelo Badalamenti, pero lo siento, Lynch solo hay uno. Blonde me parece un esperpento y un horror, su mirada me crea mucha incomodidad porque ratifica lo peor de todo aquello que pretende exponer como reflexión, pero es que además es muy aburrida y reiterativa durante ese descenso a los infiernos de la fama.

Marlowe
MARLOWE

Dirigida por: Neil Jordan
Intérpretes: Liam Neeson, Diane Kruger, Jessica Lange, Alan Cumming, Daniela Melchior
País: España – Irlanda – Francia
Sección Oficial (Clausura)

Sinopsis: A finales de los años 30, en los bajos fondos de Los Ángeles, una rica y bella heredera encarga a Marlowe que busque a su antiguo amante, que ha desaparecido. Pronto descubre que tras la desaparición de ese hombre hay una red corrupta que le pone en el punto de mira de algunos de los mandatarios más acomodados y peligrosos de la ciudad.

Nuestra opinión: La película de clausura de esta edición del Festival de San Sebastián ha sido Marlowe de Neil Jordan, un homenaje al cine clásico y, en especial, al cine negro de los años 40, que no termina de encontrar su lugar en el panorama del cine actual. La película resucita al detective creado por Raymond Chandler utilizando como base la novela de John Banville «La rubia de ojos negros» editada en 2014 donde el escritor irlandés se apropiaba de la figura del mítico personaje para dar continuidad a sus aventuras.

A Jordan le pareció que la trama planteada en el primer borrador del guion no tenía la suficiente complejidad, así que decidió adornarla con más elementos que, a la postre, terminan por abarrotar de manera confusa su película con demasiados personajes sin tiempo para desarrollarlos por completo y muchas escenas de diálogo que ralentizan la acción y la intriga que debe tener cualquier relato policíaco. Rodada parcialmente en Barcelona y alrededores, lo que cada vez importa menos dada la manipulación de escenarios con CGI que se realiza posteriormente en la sala de montaje (yo mismo fui incapaz de reconocer Terrassa, mi ciudad, lugar donde se grabaron varias secuencias), la película ejecuta la reconstrucción de un tipo de cine negro ya extinguido con diversas referencias a películas como El sueño eterno (Howard Hawks, 1946) o El halcón maltés (John Huston, 1941).

Liam Neeson encarna a un Philip Marlowe desganado, pese a que era un sueño para él, sin conseguir hacernos olvidar a Bogart y cuya interpretación recuerda en demasía a otros proyectos suyos recientes en los que debe enfundar una pistola. Con 70 años el actor ya no está para muchos trotes y las dos únicas secuencias de acción que debe desempañar se sienten más falsas que un gato de yeso. Aún así, su porte siempre queda bien en pantalla y aquí está rodeado de un buen puñados de secundarios con una bellísima Diane Kruger como la femme fatale que le contrata (inicio habitual en las pesquisas detectivescas de este tipo de relatos) y una recuperada Jessica Lange en un rol ambiguo que daba aún más juego del que tiene. Marlowe es una película para nostálgicos que funciona como entretenimiento ligero que lastimosamente no está a la altura del cine que pretende homenajear.


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