Las críticas de Daniel Farriol:
El mediador (Blacklight)
El mediador (Blacklight) es un thriller estadounidense dirigido por Mark Williams (Un ladrón honesto, Un hombre de familia), el cual también coescribe el guion junto a Nick May, adaptando una historia de este último ideada con Brandon Reavis. La sinopsis nos presenta a un agente del FBI que trabaja en la sombra y está especializado en recuperar o eliminar a otros agentes cuyas coberturas han sido expuestas. Justo cuando se quiere retirar de su estresante trabajo, descubre una peligrosa conspiración dentro de sus propias filas que alcanza los niveles más altos del poder.
Está protagonizada por Liam Neeson (Ice Road, La memoria de un asesino), Aidan Quinn (Stay, Elementary), Taylor John Smith (Heridas abiertas, Pasajero oculto), Emmy Raver-Lampman (Gatlopp), Claire van der Boom (American Exit, Kidnapped), Tim Draxl, Yael Stone y Georgia Flood. Se ha estrenado en cines de España de la mano de YouPlanet Pictures el día 26 de Agosto de 2022.
Un agente del FBI honesto
El mediador (Blacklight) es un thriller terriblemente genérico que podríamos adscribir dentro de ese subgénero imaginario de películas protagonizadas por Liam Neeson que en los últimos tiempos de su carrera contienen tramas y personajes intercambiables entre sí. En esta nueva colaboración del actor irlandés con el director Mark Williams, con el que ya coincidió en la superior (sin tirar cohetes) Un ladrón honesto (2020), el protagonista es Travis Block, un agente del FBI al borde del retiro que se encarga de solucionar los problemas que surgen en los operativos federales y que afectan a la integridad física o psicológica de los agentes infiltrados en operaciones de riesgo.
Como suele suceder en este tipo de personajes solitarios y en riesgo constante, la carrera profesional del agente ha afectado seriamente a la conciliación familiar, en este caso en concreto, la esposa le abandonó hace tiempo y tiene una relación conflictiva con su hija debido a un control obsesivo-compulsivo referente a la seguridad o por sus habituales incumplimientos relativos a la educación de su nieta (falsas promesas, ausencias prolongadas, etc). Estando ya en el ocaso de su vida se propone a recuperar el contacto familiar, pero su último caso se complica más de lo previsto cuando descubre que hay una conspiración dentro de la propia agencia que podría haber causado y encubierto muertes de civiles en beneficio al control sociopolítico que ejercen las altas esferas del poder sobre la población.
Amartillando el revólver de la justicia
La trama de El mediador (Blacklight) pretende seguir la estela de algunos thrillers conspiranoicos realizados en los años 60-70, incluyendo también reminiscencias de la acción moderna protagonizada por Bourne y otros agentes gubernamentales que acaban en el ojo del huracán tras rebelarse contra sus superiores, sin embargo, las peripecias de este Travis Block no tienen la imaginación ni la capacidad de sorpresa necesarias para que nos interese nada de lo que sucede.
Todo resulta perezoso y previsible durante el desarrollo de El mediador (Blacklight), más allá de un par de secuencias de persecución bien rodadas y del carisma habitual que aporta el actor interpretándose (casi) a sí mismo. El guion está repleto de lugares comunes y giros de guion que hemos visto antes millones de veces, con el añadido aquí de la poca verosimilitud de muchas escenas. Ni siquiera la investigación periodística que lleva a cabo en paralelo la perspicaz Mira Jones (Emmy Raver-Lampman), aporta nada que sea apasionante a la trama, así que tras la desaparición del personaje de Dusty Crane (Taylor John Smith), el agente que revela lo que está sucediendo, la consistencia de la película cae en picado durante la segunda mitad del metraje y pierde la poca tensión dramática acumulada en el inicio.
Curiosamente funcionan algo mejor las estampas familiares del viejuno agente con su nieta Natalie (Gabriella Sengos) y con su hija Amanda (Claire van der Boom), sin que por ello se logre eludir los tópicos más manidos en las relaciones paterno-filiales más telefilmeras. El mediador (Blacklight) es un pasatiempo ligero y olvidable que tan solo es recomendable para los fans más acérrimos de Liam Neeson que no se cansen de escuchar su voz profunda recitando diálogos como quién lee una receta gastronómica o verlo repetir, película tras película, un mismo rol de hombre honesto que utiliza su revólver como si fuera el mazo de un juez para impartir la necesaria justicia.
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