sábado, octubre 12, 2024

Ciclo Takeshi Kitano: Crítica de ’Boiling point (Punto de ebullición)’ (1990)

Las críticas de David Pérez «Davicine»:
Ciclo Takeshi Kitano

Boiling point (Punto de ebullición)

Impactante e irónica crónica sobre el mundo yakuza, una de las principales causantes de la proliferación de fans de Kitano. El cine criminal como pocas veces se había visto. Takeshi Kitano dirige Boiling point (Punto de ebullición), película que también escribe y protagoniza junto a Yûrei Yanagi, Yuriko Ishida y Gadarukanaru Taka.

Asentando el estilo Kitano

Tan sólo un año después del sonado debut que supuso Violent Cop, Takeshi Kitano certificó su sello de identidad –tanto delante como tras las cámaras– con esta implacable e irónica crónica sobre el mundo yakuza. Tras la poca influencia en el guion de su primera película, aunque sí que pudo modificar algunas cosas, su segundo trabajo si que tuvo aún mayor implicación tanto delante como detrás de las cámaras por parte de Takeshi Kitano.

Su primera película claramente estaba arraigada al género de suspenso policíaco, y a pesar de tener a la yakuza al frente de la trama de su segunda película, algo que se repetiría en sucesiones producciones dirigidas por el cineasta, bien es cierto que hay una cierta ambigüedad en el género en el que se puede asociar a Boiling point (Punto de ebullición), pues no somos pocos que la vemos más como un thriller que va más allá de las convenciones asociadas a él. Así, tras no estar contento con su falta de control creativo sobre Violent Cop, podríamos decir que Boiling point (Punto de ebullición) es su segundo debut como director.

Si con Violent Cop Kitano quiso alejarse de la fama de cómico que tenía por los programas y comedias en las que participaba, con su segunda trabajo dio un paso muy importante en su carrera, especialmente por la presencia de personajes que tienen patrones similares de comportamiento. A pesar de compartir la misma tendencia hacia la violencia gráfica, sus dos primeras películas son muy diferentes.

Una historia divertida para lo que cabría esperar

Aunque pueda parecer extraño, Boiling point (Punto de ebullición) comienza como una historia agradablemente divertida y bucólica sobre un equipo de béisbol que no ha anotado un solo punto en varios partidos. En ella, dos miembros de este equipo de béisbol junior se ven mezclados con la yakuza local. Después de que su entrenador sea herido por ellos, los dos chicos se van a Okinawa para hacerse con un arma y vengarse. Allí, los dos jóvenes se hacen amigos de un psicótico yakuza retirado llamado Uehara, que tiene una deuda pendiente con la yakuza, por lo que no duda en acompañar a los dos chicos a Tokio y enfrentarse con la mafia japonesa.

Uehara es el personaje que genera los momentos más sombríos de la película, debido especialmente al sentido de humor negro que se emplea para retratar el lado más oscuro del personaje de Kitano, aunque el verdadero motor es Masaki, personaje caracterizado por su pasividad e interpretado por Yûrei Yanagi (aquí como Masahiko Ono), que consigue irritar no sólo a quienes lo rodean, sino también al espectador, mostrándose apático e incluso ingenuo. Sus decisiones no son las más acertadas, y a pesar de su falta de interés por entrar en acción, todo parece desencadenar en problemas para el protagonista, con una serie de malentendidos y catástrofes que hacen que la película ronde la comedia.

Entre tiros y risas

Como es habitual en el cine de Takeshi Kitano, el cineasta ha sabido siempre combinar la violencia con detalles de comedia, o incluso más bien tragicomedia, y en Boiling point (Punto de ebullición) ni héroes ni villanos, si es que se pueden catalogar así a sus personajes, intentan evitar la violencia, pero la puesta en escena y la cierta impasibilidad de algunos personajes parece ir en contra de lo que se esperaría de una película de acción o thriller, rozando más la parodia.

Aquellas personas que se acercaran en su momento, o actualmente, a Boiling point (Punto de ebullición) pensando que es un thriller, puede que terminen defraudados, pues curiosamente la película se ha vendido desde su estreno como eso mismo, una especie de thriller, pero está muy alejada de lo que son las convenciones de ese género. Ahora bien, si nos adentramos a la película con la mente abierta disfrutaremos de su mezcla de géneros y su ruptura de las convenciones, con una muestra clara de búsqueda de un estilo personal que acabaría definiendo el cine de Takeshi Kitano.

El talento como director de Kitano a veces puede percibirse como poco interesante debido a una falta poco común de energía e incluso algo de somnolencia en su ritmo narrativo, pero esa falta de acción es la que permite que exista una interesante interacción entre los personajes que puede suplir con creces el valor de una escena más o menos de acción.

De esta forma, en su segunda película ya apreciamos las bases estilísticas de Kitano que tendríamos a lo largo de toda su carrera, desde momentos cómicos inesperados y poco convencionales a un enfoque excéntrico de la narración, con escenas parsimoniosas en medio de la violencia, personajes pasivos y una tendencia a ofrecer al espectador lo que no esperaba encontrarse.

Boiling Point (Punto de ebullición) es una película difícil de catalogar al romper muchas de las convenciones de los géneros que abarca pero dentro del personal estilo del director, tanto a nivel visual como narrativo. Su combinación de violencia y comedia hace que la película nos atrape y queramos seguir avanzando y profundizando en lo que pasaría posteriormente a llamarse el «estilo Kitano«.


¿Qué te ha parecido la película?

Boiling point (Punto de ebullición)

7

Puntuación

7.0/10

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