Crítica de ‘Llenos de gracia’: Una obra amable basada en valores

Las críticas de Laura Zurita:
Llenos de gracia

La hermana Marina es enviada a principios de los años noventa a El Parral, un orfanato amenazado de cierre. A su llegada al colegio, los niños están fuera de control, pero Marina capta su atención con su carisma y desparpajo. Los chicos comienzan a mirar con curiosidad a esta nueva monja inmune a sus gamberradas. Sobre todo Valdo, con el que Marina conecta de una manera especial. Cuando Marina descubre las escapadas nocturnas de los chavales, algo prohibido, da con la idea que cambiará para siempre El Parral: formar un equipo de fútbol. Con la ayuda de dos monjas: Angelines, inocente y frágil, y Tatiana, bruta y bondadosa, creará algo parecido a una familia de verdad. Años más tarde, Valdo, uno de los chicos, debutará en el primer equipo del Real Madrid.

Llenos de gracia está dirigida por Roberto Bueso y protagonizada por Anis Doroftei, Carmen Machi, Dairon Tallon, Manolo Solo, Nuria González, Pablo Chiapella, Paula Usero. La película se estrena en España el 24 de junio de 2022 de la mano de Paramount Pictures. 

Historia real bien contada

Lo más sorprendente de Llenos de gracia es que está basada en hechos reales. La historia que se nos cuenta es, nunca mejor dicho, de película, tan llena de optimismo y días soleados que parece creada para hacernos sentir bien. Y, sin embargo, existió esa hermana Marina, una monja que seguramente tenía tantos redaños como elocuencia y tesón (o, según se mire, testarudez). Que su vida no había sido necesariamente fácil ni pacata se sugiere con prudencia, y, realmente, nos gustaría saber más de ella. Pero no trata de eso esta película. 

No es un empleo fácil hacerse cargo de unos huérfanos en las vacaciones de verano. Llenos de gracia se inscribe en el género de clases difíciles, pero con un tono muy personal. Estos chicos son difíciles solo porque están aburridos y sin perspectivas, y Marina tiene la sabiduría de verlo y poder gestionarlo.

Una película llena de luz

Llenos de gracia está bien rodada, tiene un montaje ágil y rápido. Y, como se ha mencionado, está llena de luz, pues todo transcurre en verano, uno de esos largos veranos de la infancia. Nos podemos imaginar lo difícil que era en realidad era manejar la clase, los obstáculos a los que se enfrentaron, sobre todo la monja, para hacer que las cosas sucedieran. Pero Llenos de gracia cuenta la historia como la vivirían los chicos, esforzada pero alegre, lo que le da un tono un poso simplista e ingenuo, lo que parece ser la intención del director.

La historia es positiva, sin dar las grandes soluciones felices para todos, pero abriendo un hueco a la esperanza, y en el último minuto conocemos fugazmente a la Marisa real, y uno de sus triunfos. A veces las cosas salen bien, y el espectador se lleva ese sentimiento a casa. 

El trío de monjas protagonistas nos gana de inmediato. Carmen Machi, competente como siempre, compone una Marisa inteligente, trabajadora y protectora. Tiene aristas, como el sacerdote nos da a entender, y un carácter independiente, pero sabe crear equipo. Paula Usero es Angelines, la novicia joven, con una inteligencia privilegiada pero poco conocimiento de la vida. Y por último, una Tatiana (Anis Doroftei) pacífica y esforzada, que nos llena de buen humor cada vez que aparece.  La química entre ellas recuerda a la gran pareja de monjas formada por Belén Cuesta y Gracia Olayo en La llamada (Javier Ambrossi y Javier Calvo, 2017)),  pura vis cómica con toca.

En resumen, Llenos de gracia es una película amable y con mensaje, para salir del cine creyendo un poco más en lo bueno de la vida.

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Llenos de gracia

6.5

Puntuación

6.5/10