Las críticas de Daniel Farriol:
Infinite Storm
Infinite Storm es un drama de supervivencia australiano dirigido por Malgorzata Szumowska (Nunca volverá a nevar, The Other Lamb). El guion está basado en hechos reales y corre a cargo de Joshua Rollins, adaptando un artículo de Ty Gagne que versaba sobre la vida de Pam Bales. La historia nos habla de una mujer en plena etapa de autodescubrimiento en su vida que, durante un trayecto haciendo trekking por las montañas de New Hampshire, se encontró con un montañero a punto de morir congelado justo al iniciarse una gran tormenta de nieve que dificultaba el descenso. Está protagonizada por Naomi Watts (Lakewood, La familia Bloom), Billy Howle (La serpiente, MotherFatherSon), Sophie Okonedo, Denis O’Hare, Eliot Sumner, Parker Sawyers, Joshua Rollins y Alja Gacnik. La película se ha estrenado en Movistar+ el día 6 de Junio de 2022.
Una dramática historia real contada con poca veracidad
Infinite Storm es un drama de supervivencia inspirado en la vida de la excursionista Pam Bales (Naomi Watts) y, más concretamente, en los hechos que ocurrieron el día 17 de octubre de 2010, cuando la mujer decidió emprender sola una caminata por las peligrosas montañas de New Hampshire sabiendo que la previsión meteorológica anunciaba una fuerte tormenta de nieve. Durante la ascensión descubrió unas huellas que parecían indicar la presencia de otro montañero, algo que corroboraría el coche que había visto aparcado en la falda de la montaña. Aunque la tormenta de nieve complica las condiciones de la subida, la mujer es una experimentada voluntaria de «búsqueda y rescate» que conoce bien los riesgos, así que finalmente encontró a un hombre sin el material adecuado (zapatillas deportivas y bermudas) que se hallaba en principio de hipotermia y al que apodó con el nombre de John (Billy Howle). Se inició entonces una lucha por la supervivencia de los dos que iba mucho más allá del descenso por la montaña en condiciones extremas.
Y es que ambos se enfrentaban a la montaña como una forma de superación del trauma por la pérdida que asolaba sus vidas. El torpe guion de Joshua Rollins no quiere revelar de inicio nada de sus personajes y lo reserva todo para una media hora final de corte melodramático que bien podría formar parte de cualquier sesión de sobremesa telefilmera. Resulta bastante previsible lo que carcome el pasado de los dos, pero el obviar toda descripción de los personajes hasta esa parte final acaba siendo un grave problema narrativo para las escenas de supervivencia en las que, más allá de entender las dificultades físicas que supone enfrentarse a una montaña en plena tempestad, nos impide poder empatizar emocionalmente con algunas de las acciones que realizan, en especial las de un errático John que dan ganas de dejarlo a su suerte en la montaña.
Lograr descender para alcanzar la cima
La cineasta polaca Malgorzata Szumowska vuelve a demostrar la capacidad visual que tiene para generar atmósferas. Los paisajes de New Hampshire (en realidad la película fue rodada en Krvavec, en la parte eslovena de los Alpes), lucen espectaculares captados por la cámara de Michal Englert, sin duda, las mejores secuencias del filme son aquellas que implican la lucha del hombre contra la fuerza salvaje de la naturaleza. La escasa trama recuerda mucho a la reciente película española La cima (Ibon Cormenzana, 2022) en la que una escaladora experimentada y en plena crisis existencial debía salvar la vida de otro montañero cuyas heridas eran tanto físicas como emocionales. Ambas películas comparten bastante virtudes y defectos.
En Infinite Storm nos quedamos con la entregada interpretación de Naomi Watts, coproductora del filme, una actriz que parece estar enfocada últimamente en afrontar retos individuales sin tener demasiado en cuenta las virtudes globales de los trabajos en los que participa. Hay escenas angustiosas como aquella en que la escaladora se cae a un agujero en la nieve, pero también tenemos otras tan sonrojantes como insertar un videoclip en medio del sufrimiento mientras suena la empalagosa canción «Angel» de Eliot Sumner. Es una pena. Szumowska es una directora suficientemente capaz de construir imágenes potentes como demuestra ese plano en el que Pam está en el interior de su coche y vemos el reflejo de la montaña sobre el cristal de la ventanilla, la imagen de la mujer exhausta es entonces acogida en el interior de la montaña como en un útero protector, como si ella también formara parte indisoluble del paisaje. Son apenas unos destellos de lucidez en una obra plana que se estrella entre bellas imágenes naturales y traumas del pasado que chirrían en personajes tan poco desarrollados.
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