sábado, abril 27, 2024

Crítica de ‘Doctor Strange en el multiverso de la locura‘: Secuela desenfrenada en una carrera hacia el terror

Las críticas de Óscar M.:
Doctor Strange en el multiverso de la locura

En Doctor Strange en el multiverso de la locura, el Multiverso se desbloquea y amplía sus límites como nunca lo había hecho hasta ahora, un viaje a lo desconocido con el Doctor Strange, quien necesita la ayuda de aliados místicos tanto antiguos como nuevos, atraviesa las alucinantes y peligrosas realidades alternativas del Multiverso para enfrentarse a un nuevo y misterioso adversario.

La película está dirigida por Sam Raimi, con guion de Michael Waldron, protagonizada por Benedict Cumberbatch, Chiwetel Ejiofor, Elizabeth Olsen, Benedict Wong, Xochitl Gomez, Michael Stühlbarg y Rachel McAdams, y se estrena en cines el 6 de mayo de 2022 de la mano de Disney/Marvel.

Interconexión suprema

La segunda película en solitario protagonizada por Doctor Strange llega a las salas de cine seis años después de la primera entrega englobada dentro de una «Fase cuatro» de la que prácticamente no conocemos mucho en su conjunto, aunque ya nos ha aportado decepciones (el estreno limitado de Viuda negra o la decepcionante Shang-Chi y la leyenda de los diez anillos) pero también un multiverso lleno de posibilidades (Spider-Man: No way home) donde las películas y las series de televisión están entrelazadas (como se intentó en un primer momento con la serie Agentes de S.H.I.E.L.D.).

El límite que había entre el cine y la televisión hace mucho que ya está derribado y las barreras argumentales o técnicas prácticamente no existen y esta es la principal baza que está jugando Marvel y Disney con Doctor Strange en el multiverso de la locura, tejiendo una red de estrenos constantes en ambos medios para mantener al público enganchado a una gigantesca historia donde es necesario (pero no imprescindible) conocer los acontecimientos de las series para entender mejor qué sucede en el siguiente estreno en salas de cine.

En el caso concreto que nos ocupa, la secuela enlaza directamente con lo sucedido en Spider-Man: No way home (donde Doctor Strange prácticamente compartía protagonismo con el superhéroe arácnido) y sufre las consecuencias de la serie Bruja Escarlata y Visión (por extensión, comparte aspectos temáticos de Loki y Qué pasaría si…, pero no son imprescindibles), donde ya se ha explicado al espectador el concepto del multiverso y las opciones infinitas que existen en él. A pesar de la intención de las productoras, la película se toma su tiempo necesario para explicarlo en más de una ocasión y con ejemplos gráficos (para los que no hayan visto la serie).

Mirar hacia atrás para correr hacia delante

La segunda parte de Doctor Strange es la constante que necesitábamos sobre la que apoyarnos para continuar interesados en las películas de Marvel. El guionista Waldron (creador y guionista de la serie Loki) y el director Raimi (quien dirigió la primera trilogía de Spider-Man en Sony) lo saben, por eso deciden meter al espectador directamente en mitad de una persecución sin dar ningún tipo de explicación. Arrastrar al público a una carrera con un final satisfactorio utópico es la mejor opción para captar la atención, un ritmo sin descanso que se mantiene durante dos horas, otra constante que también necesitábamos para evitar el desinterés que están provocando las películas que rozan las tres horas de duración.

No deja de ser curioso que el estreno de Doctor Extraño en 2016 supusiera una parada en la saga Infinity (como se ha denominado al conjunto de películas que culminaron con Vengadores: Endgame, teniendo como epílogo Spider-Man: Lejos de casa) mientras que su secuela es imprescindible para entender el futuro argumental de las adaptaciones de Marvel. La arriesgada introducción de un personaje en mitad de una historia que ahora se ha convertido en un pilar fundamental sobre el que comenzar una nueva aventura.

Mejoras previas y terroríficas novedades

Los personajes cuentan con un objetivo muy claro desde las primeras escenas, el guion recurre a un concepto clásico y abstracto que se mantiene presente durante todo el argumento (la búsqueda de la felicidad y los sacrificios que realizamos para fingir dicho sentimiento de cara a la sociedad y adaptarnos a una realidad que nos hace infelices) y una merecida recuperación del personaje de Rachel McAdams con más protagonismo (y oportunamente vestida) son la principal baza de Doctor Strange en el multiverso de la locura, pero no todo en la secuela es una apuesta sobre seguro, tiene una presentación de personajes bastante inusual y una inédita incursión en el terreno del terror (la saga Posesión infernal fue dirigida por Sam Raimi y las influencias del director se notan visualmente y en el argumento, con referencias a su pasado en el cine), un riesgo controlado que da cierta personalidad propia dentro del conjunto global de adaptaciones.

El giro argumental hacia el terror permite tanto al director como al guionista hacer una película muy diferente de lo que Marvel nos tiene acostumbrados, compararla con Los Vengadores es casi como comparar a El exorcista con El guateque, a pesar de que ambas tienen a superhéroes como protagonistas. Esta particular libertad creativa permite al guionista reinterpretar a los personajes, al director incluir su punto de vista más colorista (similar al visto en Spider-Man) y pequeños sustos propios de las películas de terror, y al reparto la posibilidad de interpretar a los personajes con diferentes personalidades. Estos detalles no son sólo una complacencia para los espectadores más fieles, también añaden un toque de sorpresa inesperada para la audiencia en general.

El multiverso llega para quedarse

Las opciones múltiples que surgen a partir de este momento en el Universo Cinematográfico de Marvel son infinitas, la presencia y los actos de los personajes que aparecen (tanto personajes importantes como apariciones especiales) en El multiverso de la locura dan la capacidad y la facilidad cinematográfica a Marvel para reiniciar cualquier saga de superhéroes (incluso las realizadas cuando cedieron los derechos de adaptación), hasta la revelación de las diferentes realidades numeradas sólo es un formulismo de cara al espectador.

A pesar de que esta historia tiene un cierre correcto, las escenas finales dejan una sensación de estar viendo un falso final, un giro inesperado que mantiene la segunda aventura del Doctor Extraño inconclusa, detalle que queda confirmado con una de las escenas extra que aparecen durante los títulos de crédito finales.

Revisando el planteamiento de Marvel para el futuro queda claro que la burbuja continúa hinchándose y que la máquina de producción no para de girar, la inclusión de las múltiples realidades deja la puerta abierta para que en la próxima parada, que será Thor: Love & Thunder (previo pago de los aranceles de aduana por la serie Ms. Marvel) los guionistas tengan carta blanca para recuperar personajes y rehacer las historias hasta un nivel infinito.

Doctor Strange en el multiverso de la locura

8

Puntuación

8.0/10

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