viernes, abril 26, 2024

Centenario Fernando Fernán Gómez: Crítica de ‘Pesadilla para un rico‘ (1996)

Las críticas de José F. Pérez Pertejo:
Pesadilla para un rico

Por segunda vez consecutiva, tras Siete mil días juntos, volvió Fernando Fernán Gómez a acometer un guion previo de Luis Alcoriza (guionista de Luis Buñuel en su etapa mexicana) a propuesta de la productora Rosa García, y, por segunda vez consecutiva, filmó una película irregular e impersonal con la que, como él mismo reconocería en varias entrevistas, no consiguió sentirse identificado. El metraje de Pesadilla para un rico discurre a caballo entre el thriller y la comedia negra, pero se ve lastrado por un casting discutible y algunas decisiones narrativas que, sin duda, tenían mejores intenciones en la mente de Fernán Gómez que resultados en la pantalla.

En relación con el casting, nada que objetar a Carlos Larrañaga que encarna un prototipo de galán maduro que le iba como anillo al dedo y del que sale más que airoso, como tampoco hay ningún pero que poner a Carmen Elías, Álvaro de Luna, Manuel Alexandre o Tina Sainz por más que sus papeles no den para grandes lucimientos. Fernán Gómez se reserva un pequeño papel para sí mismo, el del patriarca del holding empresarial al borde de la retirada que ha de delegar en alguno de sus pupilos para heredar su imperio. El problema radica en la poca adecuación de Beatriz Rico (ojo, hablo de adecuación, no de que no sea buena actriz) para un papel de chica barriobajera, drogadicta, de bajo nivel cultural y rodeada de quinquis para el que no resulta creíble. Tampoco le ayuda un guion en el que Fernán Gómez no acierta con el lenguaje que usaría un personaje así y sus frases, a menudo, suenan impostadas y faltas de naturalidad.

Pesadilla para un rico nos cuenta exactamente lo que dice su título, las funestas horas que atraviesa Álvaro de la Garza (Larrañaga), un hombre enormemente rico y a punto de consagrarse empresarialmente tras mantener un encuentro sexual con una jovencita quinqui (Rico) que desfallece tras un exceso con la cocaína. A partir de ese momento, Fernán Gómez hace un excesivo uso de la voz en off como recurso narrativo para subrayar lo que las imágenes ya nos están mostrando: el pánico de un hombre ante el inminente desmoronamiento de su vida empresarial y familiar como se descubra que tiene el cuerpo de una chica en el maletero del coche.

Fernán Gómez interrumpe la narración lineal con varios saltos en el tiempo, de hecho, comienza la película casi por el final en una secuencia en la que Larrañaga dispara a dos quinquis en un descampado a las afueras de Madrid que no invita mucho al optimismo dado lo malos que son los dos actores que interpretan a los quinquis. Volverá a dar algún que otro salto narrativo más adelante, lo cual, saca a la película de la planicie narrativa y da cierto brío a un guion que naufraga víctima de su propia incoherencia. La exigencia con el espectador para suspender la incredulidad es excesiva para un drama pretendidamente realista y hay demasiadas imperfecciones en la puesta en escena (errores de raccord incluidos) para ser pasadas por alto.

Tampoco ayuda una producción un tanto descuidada con una torpe dirección de fotografía de Javier Salmones, con escenas nocturnas en las que apenas se ve nada, una banda sonora de Alexander Lubomirov Kandov poco adecuada para la película y un montaje que insiste en algunos planos reiterativos con los que uno tiene la sensación de que tanto el director como el montador dudaban de que el espectador medio fuera a entender la película.

Haciendo un derroche de generosidad, podrían atribuírsele a la cinta algunas virtudes que no parecen pretendidas por la producción, como una crítica a los nuevos ricos o un retrato social de cierto entorno marginal, pero todo está tan lleno de clichés y lugares comunes que resulta artificioso e inverosímil.

En fin, esta Pesadilla para un rico, obra menor de su filmografía, sería la última película que Fernando Fernán Gómez dirigiría en solitario puesto que su obra postrera, Lázaro de Tormes (2000), la tuvo que codirigir junto a José Luis García Sánchez por problemas de salud.


Pesadilla para un rico no está disponible actualmente en ninguna plataforma aunque ha sido emitida varias veces por TVE. En cuanto a formato físico, existe una edición en DVD con una pésima calidad de imagen y de sonido a cargo de Suevia Films con el sello de TVE.

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