Las críticas de Óscar M.:
Escape Room 2: Mueres por salir
Escape Room 2: Mueres por salir es la secuela de la exitosa película de suspense donde seis personas se encuentran encerradas de manera inesperada en una nueva serie de escape rooms, revelando aquello que tienen en común: todos ya habían jugado y sobrevivido al juego con anterioridad.
La secuela vuelve a estar dirigida por Adam Robitel (Escape Room, Insidious: La última llave) y protagonizada de nuevo por Taylor Russell y Logan Miller, acompañados de un nuevo (y reducido) reparto, donde están Thomas Cocquerel, Holland Roden e Indya Moore. Escape Room 2: Mueres por salir llegará a las salas de cine el próximo 13 de agosto de 2021, de la mano de Sony Pictures España.
La segunda parte de la primera parte
En el universo cinematográfico (en el general, no solo en el de las adaptaciones de superhéroes) hay ciertas reglas (escritas o no) para las secuelas (sobre todo en el género de terror o suspense), como aumentar el número de cadáveres o que las escenas de asesinatos sean más elaboradas y con más carnaza, pero, a veces, el estudio prefiere ir sobre seguro y repetir la fórmula que ha funcionado la primera vez para la continuación. A veces, funciona y otras no; en el caso de Escape Room 2, incumple ambas reglas y la segunda parte se vuelve un poco reiterativa con un argumento que no hace más que dar vueltas sin encontrar una vía de escape correcta.
Recordando aquella mítica y requeteusada frase de Grouxo Marx en Una noche en la ópera, Escape Room 2 es la segunda parte de la primera parte y funciona como tal para su audiencia. Partiendo de la base que Escape Room no era muy original y tomaba muchísimos elementos de Cube, La habitación de Fermat o la saga Saw (por citar algunos muy evidentes), pero los mezclaba para crear un producto que funcionaba perfectamente como entretenimiento pasajero, gracias a su corta duración (aunque tuviera más escenas finales que la versión extendida de El señor de los anillos: El retorno del rey).
Los cuatro guionistas de esta secuela (que han trabajado sobre una historia escrita por otras dos personas diferentes) no se han roto precisamente la cabeza y le dan al espectador lo que viene buscando: escenas truculentas en escenarios imposibles y derroche de adrenalina sin descanso, incluso podría decirse que el guión de Escape Room 2 vuelve a usar el mismo patrón casi esquemático de su predecesora, con pocas novedades, sin elevar el nivel ni ofrecernos más detalles sobre la gran mente maestra que está planificando el juego mortal.
Maria Melnik es la única que repite en la sala de guionistas de la película anterior, y viendo que participó en American Gods, es fácil deducir que continúe escribiendo en esta segunda parte, dada su habilidad para dar vueltas sobre la misma historia sin avanzar en el conjunto general, porque es prácticamente lo mismo que sucedía con la serie de Amazon.
Cómodamente continuista
Los nuevos escenarios donde transcurre la acción, parecen, en un primer momento, más atractivos, pero la historia los aprovecha poco y volvemos a caer en el bucle de entrar-descubrir-escapar que ya habían agotado en la anterior entrega. Quizá que Adam Robitel continúe en la silla del director haya tenido que ver con esa cierta comodidad y seguridad que da el hacer una secuela. Bryan Tyler y John Carey también repiten como compositores de la música, que repite acordes del tema principal de la anterior película y continúan con una composición electrónica y enérgica, que aporta más dinamismo a las escenas de las que ya tienen de por sí las propias carreras a contrarreloj de las habitaciones.
En las nuevas incorporaciones al reparto y, según el título original (y el propio diálogo), esta debería ser una «competición de ganadores», pero la mayoría de los enigmas los vuelve a resolver el mismo personaje y el resto se convierten en secundarios sacrificables con diálogo. Incluso, la bellísima Indya Moore está desaprovechada (cuya mayor implicación en la trama se reduce a un plano y medio), el resto es carnaza con frases.
La mayoría de los países que han traducido el título han optado por cambiar la «competición de ganadores», lamentablemente, esa competición se quedará sólo en el título, porque la referencia en la película es mínima. El carácter continuista de Escape Room 2: Mueres por salir con la anterior es su mayor defecto y virtud al mismo tiempo, puesto que entretiene sin el mayor esfuerzo y su duración es igual de breve que la anterior, pero prácticamente nos deja en el mismo punto de la trama. Tanto los guionistas como el director tienen que ponerse las pilas para la tercera parte, porque es más que evidente que habrá continuación.
¿Qué te ha parecido la película?