Oriol Paulo, el mago del thriller
El universo común de Harlan Coben y Oriol Paulo
El enrevesado guion de la miniserie El inocente adapta con audacia y buen tino la novela homónima de Harlan Coben. El escritor estadounidense es un gran experto en el misterio y comparte muchas cosas con el cine de Oriol Paulo. A ambos les apasionan los constantes giros en la trama, la relación traumática entre pasado y presente, así como la confrontación ética de los personajes en relación a homicidios o muertes que provocan un sismo en sus vidas.
Todo eso vuelve a estar presente en El inocente. Muchas novelas de Harlan Coben se han adaptado con anterioridad, especialmente en los últimos años, aunque pocas han logrado encontrar una verdadera simbiosis en la escenificación de sus imágenes, algo que sí se logra aquí. Entre las adaptaciones más destacadas puedes encontrar la película No se lo digas a nadie (Guillaume Canet, 2006) o series de Netflix como Safe (2018) y, mi favorita, Bosque adentro (2020). Para que El inocente mantenga la coherencia con el material original, el propio Coben estuvo plenamente implicado en la adaptación de su novela. Era el primero en leer los guiones para aportar algunas acotaciones o ideas, aunque dejó plena libertad a los guionistas de la serie. Uno de los detalles más acertados de la adaptación es incorporar distintas mochilas emocionales a cada uno de los personajes. No solo el protagonista debe lidiar con sus traumas.
Que adivinemos algunos detalles no es un contratiempo
Es curioso comprobar las diferencias de estilo al comparar algunas de estas propuestas. Por ejemplo, si en la serie polaca Bosque adentro el universo de Coben se nos presenta bajo un oscuro y opresivo noir nórdico que avanza con ritmo pausado, en El inocente su vertiginosa apuesta estilística la acerca a los thrillers de acción coreanos. Paulo tiene tanta seguridad en su forma de contar las historias que apenas le importa que el espectador pueda adelantarse a algunos de los giros propuestos. Tampoco la inverosimilitud de algunos hechos planteados.
En su película Contratiempo todo basculaba en torno a un obvio plot twist relacionado con el cambio en la apariencia física de un personaje. Todos sabíamos de antemano, menos el protagonista, quién era y aún así el filme mantenía de forma casi inexplicable nuestra atención en el suspense del relato. En El inocente vuelve a suceder algo parecido y enseguida descubriremos la vinculación de algunos personajes con lo que está sucediendo. En concreto, uno de ellos se nos muestra tras una máscara que no impide que sepamos quién es. Poco importará, la serie tiene suficientes sorpresas para que nunca nos aburramos.
Los distintos puntos de vista
Una de las particularidades narrativas de El inocente que más llama la atención es que cada uno de los ocho capítulos empieza desde el punto de vista de un personaje distinto. Con voz en off en primera persona (un recurso del que, tal vez, se abusa en algunos momentos) cada personaje cuenta su historia. Es la parte de su vida que le ha llevado hasta a formar parte del rompecabezas en que se convierte la serie.
Para los que aún no sepan de que trata, el argumento gira en torno a Mateo Vidal, un joven que es encarcelado tras matar accidentalmente a otro joven durante una pelea en un local nocturno. Cuando sale de la cárcel conoce a Olivia Costa con la que empieza una nueva vida, pero el pasado de la chica parece vinculado con algunos asuntos turbios que él desconoce y que volverán a inculparle en nuevos delitos que no ha cometido. Eso es solo la punta del iceberg y se nos cuenta en los tres primeros minutos. El resto de la historia es mejor que lo vayas descubriendo por ti mismo, contado resultaría mucho menos original que la forma en qué se hace.
A partir de ahí, iremos descubriendo el pasado y el presente de cada uno de los personajes. Algunos de apariencia inicial inconexa, pero que acaban confluyendo y uniendo todas las piezas en una trama compleja gobernada por la rabia y el rencor que se transmite de unos a otros como una enfermedad contagiosa. En algunos momentos puedes sentirte un poco perdido, pero no te preocupes, todo es más sencillo de lo que aparenta y se dan las explicaciones oportunas a lo largo de la serie para qué todo se comprenda. No se dejan cabos sueltos.
Mario Casas es ‘El inocente’ en un reparto coral
El inocente tiene un acabado técnico impecable. El fotógrafo Bernat Bosch realiza un trabajo espléndido en la conjugación de la neutralidad globalizada necesaria para una serie de plataformas con recursos estéticos propios para asignar distintas tonalidades y colores vinculados al estado emocional de cada uno de los personajes. Se desprende cierta influencia del cine de David Fincher de Perdida (2014) o Zodiac (2007), con Hitchcock siempre en la recámara. El diseño de producción y la escenografía también se cuidan con esmero y se nota que estamos ante una producción de nivel que saca partido al presupuesto. Además, Oriol Paulo, cuenta a sus órdenes con un plantel de actores espléndido.
Mario Casas es El inocente. El actor coruñés sigue la estela de sus estupendos últimos trabajos en No matarás (David Victori, 2020), El practicante (Carles Torras, 2020), Bajo la piel de lobo (Samu Fuentes, 2018) o El fotógrafo de Mauthausen (Mar Targarona, 2018), por citar algunas de sus mejores interpretaciones recientes. Poco queda ya de aquel jovenzuelo ídolo de adolescentes al que, aún conservando una buena legión de haters, hay que reconocerle que se ha convertido en uno de los mejores actores españoles de su generación culminado por su reciente Goya a Mejor Actor. Junto a él, hay un reparto coral con nombres de la talla de José Coronado, Aura Garrido, Juana Costa, Ana Wagener o Martina Gusman, entre muchos otros.
Hay que destacar la presencia de Alexandra Jiménez como Lorena Ortiz, una obsesiva inspectora de policía que simboliza la verdadera justicia en un mundo en el que la ley sirve como moneda de cambio para distintos intereses particulares y sociales. Me ha parecido muy curioso el tratamiento que se hace de su personaje y cómo se utiliza su presencia dentro del encuadre. Ya lo veréis. Entre los distintos homenajes al género, encontraremos un divertido guiño a la escena del ascensor de Jodie Foster en El silencio de los corderos (Jonathan Demme, 1991). En definitiva, El inocente es una serie apasionante que se convertirá en tu nueva adicción. Si te gusta la intriga, ya estás tardando en darle al Play. No te arrepentirás.
Listado de episodios de ‘El inocente’
La miniserie española El inocente está compuesta por 8 episodios de entre 50 y 71 minutos cada uno. Es la adaptación de la novela homónima de Harlan Coben.
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