The Empty Man: El Mensajero del Último Día es un thriller de terror estadounidense escrito y dirigido por David Prior (Habla Zodiac, ¿Cómo pudieron hacer una película sobre Facebook?). La historia se basa en la novela gráfica de igual título escrita por Cullen Bunn e ilustrada por Vanesa R. Del Rey. Un ex policía investiga la desaparición de unos adolescentes tras haber invocado en un juego a un ser sobrenatural. Lo que irá descubriendo después sobrepasa todo lo imaginable por la mente de un solo hombre.
Está protagonizada por James Badge Dale (Hightown, Shame), Marin Ireland (The Dark and the Wicked, The Man in the Woods), Stephen Root (Barry, Office Space), Robert Aramayo (Detrás de sus ojos, Antebellum), Samantha Logan, Owen Teague, Virginia Kull, Evan Jonigkeit, Joel Courtney, Jessica Matten y Sasha Frolova. La película no se ha estrenado en cines en España y nos llega directamente a través de plataformas como Movistar+, Rakuten TV o Google Play, desde el día 26 de Febrero de 2021.
Tres noches para morir
De hecho, uno de los defectos que se le puede achacar a The Empty Man es tener una narrativa peculiar que va pegando saltos, tanto argumentales como de estilo, evocando un completo repaso a los distintos subgéneros del terror. Eso la convierte en imprevisible, lo que siempre es de agradecer, pero también acaba dispersándose en exceso, perjudicando la compresión del relato. El inicio de la película es francamente magnífico. Se trata de un prólogo de 20 minutos que funciona a modo de cortometraje independiente y donde se nos presenta a dos parejas de montañeros durante una expedición por el Tibet. Uno de los chicos caerá en el interior de un gruta y a partir de ahí comenzará la pesadilla. Sus compañeros lo encuentran en estado catatónico mientras observa una especie de siniestro altar con un esqueleto humanoide en el centro. En esa imagen encontremos ecos del xenomorfo de Alien: el octavo pasajero (Ridley Scott, 1979) y de los cultos lovecraftianos.
El salto genérico
Tras el prólogo comienza otra película distinta. Veremos a unos adolescentes que juegan con la botella de marras antes citada y desde entonces serán perseguidos por un extraño ser de otro mundo. Bien podría ser el argumento para cualquier película de terror adolescente con gente estúpida haciendo cosas estúpidas. Pero The Empty Man es mucho más ambiciosa y no se conforma con estirar la persecución a los chavales para ver como mueren uno tras otro. Prefiere dar otro volantazo donde la apuesta se decanta por el thriller detectivesco con tintes sobrenaturales. No estamos ante una película de acción y sustos, es mucho más psicológica y reposada, sin que eso suponga que decaiga el ritmo en ningún momento.
El protagonista, un estupendo James Badge Dale, tiene sus propios traumas y demonios. Se podría decir que es el estereotipo habitual de anti-héroe que habita en el cine negro. Es un ser solitario, se medica y sufre pesadillas por un hecho doloroso del pasado. Durante sus pesquisas, en algunos momentos, puede recordarnos al Harry Angel de El Corazón del Ángel (Alan Parker, 1987). Aquí no encontraremos practicantes de vudú, pero sí una especie de secta religiosa que venera al Hombre Vacío. El detective se irá adentrando en un complejo laberinto sin salida que se tornará cada vez más oscuro e irreal. Podremos hallar, entonces, un breve apunte que la emparenta con el subgénero del folk horror, aunque acaba sirviéndose más de ciertos aspectos de la creepypasta como hacía The Slender Man (Sylvain White, 2018), para abordar después el llamado terror cósmico.
David Prior, un director a tener en cuenta
Tanta combinación de subgéneros podría sugerir un caos incontrolable, sin embargo, el documentalista David Prior encuentra la manera para hacer que su narración fluya con coherencia y sin estridencias. En realidad, hay que poner en valor el trabajo de este director recién llegado a la ficción. Se le pueden criticar muchas cosas como esa duración excesiva que tiene la película que se va hasta los 137 minutos, pero también es innegable que nos regala algunas de las mejores secuencias del terror reciente.
A las secuencias iniciales del Tibet, con mención aparte para la escena de la cueva, hay que sumar el espeluznante momento en que el investigador descubre unas grabaciones de vídeo, su encuentro con los miembros del culto en pleno ritual o algunas de las apariciones del propio Hombre Vacío. David Prior exhibe talento para la puesta en escena y demuestra tener las herramientas necesarias para generar verdadera angustia atmosférica.
Atención, también, a la extraordinaria banda sonora de Christopher Young (Sinister, Arrástrame al infierno). Más allá de la pretenciosidad que podemos encontrar en su envoltorio filosófico y nihilista donde se incorporan algunos conceptos de la mística budista y del cosmismo ruso, la película sabe como meternos el miedo en el cuerpo. Es lo que buscamos. Ese sonidito que recuerda al traqueteo de Kayako en la saga Ju-on, se te mete en el cerebro. The Empty Man es un estupendo filme de terror que cualquier amante del género debería proponerse a descubrir. Está muy por encima de la media de estrenos del género y no debería pasarte desapercibida.
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