La maldición de la soga. Parte 1.
La película de 2018 es un compendio bastante tópico del subgénero de posesiones demoníacas. La maldición de la soga sigue a unos youtubers que quieren forrarse grabando en directo para su canal un ritual de purificación. Según la leyenda, cuando alguien se suicida ahorcándose la cuerda utilizada queda maldita si no se le prende fuego en un ritual. Como es lógico, la ceremonia no saldrá del todo bien y la maldición se expandirá entre algunos de los asistentes. Esta primera parte maneja con bastante desigualdad sus escenas de terror con otras donde incluso se introduce un humor escatológico. Toda la historia de la maldición se vincula a un drama del pasado donde una chica sufría bullying en la escuela. En su estética y manejo de los códigos visuales hay mucha influencia del J-Horror japonés y del Thai-Horror tailandés, pero nunca logra definirse como un producto original o innovador.
El metraje es excesivo y hubiera necesitado un buen recorte de 15-20 minutos para comprimir una acción que se vuelve repetitiva y cansina. Aparte de generar tensión en un par de secuencias bien elaboradas, lo más interesante es ver el concepto cultural y tradicional que existe en Taiwán al acercarse a temas esotéricos y sobrenaturales. Están llenos de ritos y supersticiones para combatir sus miedos a los fantasmas y espíritus malignos. Es curioso comprobar como convive esa dependencia ancestral con la cotidianidad de un presente mucho más tecnológico.
La maldición de la soga. Parte 2.
La continuación de la saga tiene elementos en común con la primera, el director vuelve a ser Shih-Han Liao, pero cuenta una historia distinta. Aquí se obvia al fantasma vengativo de la chica maltratada en la escuela y se cambia por un demonio maligno tailandés al que un grupo de narcotraficantes ha invocado. La protagonista de esta segunda es una médium bastante pusilánime y un monje taoísta con sentimiento de culpabilidad. Se pueden ver los dos filmes de forma independiente, aunque comparten algunos personajes, así que también se complementan. La estructura de ambas películas es tremendamente similar, poseen las mismas virtudes y defectos.
En La maldición de la soga 2 hay menos humor, pero se mantiene el contraste entre lo tradicional y lo actual. Vuelve a aparecer la figura del youtuber como alguien irrespetuoso y egoísta al acercarse a temas espirituales. La cuerda que transmite la maldición aquí pierde presencia, casi parece una excusa inicial para aprovechar el éxito y los seguidores que obtuviese la primera entrega. Las distintas subtramas se presentan de manera poco armónica entre ellas, la película vuelve a hacerse pesada y demasiado larga. En el apartado estético son tan parecidas que es como repetir la misma fórmula, además el desenlace deja abierta una posible continuación (con escena post-créditos incluida)… Yo me bajo en esta segunda entrega.
Lo único interesante que tiene la película vuelve a ser la importancia que se le da a los rituales. La continua aparición de amuletos (con los que alguno busca hacer negocio) y la veneración a la deidad Zhong Kui, nos descubre parte del folklore taiwanés y de la filosofía taoísta, un mundo muy alejado de nuestras costumbres. Últimamente Netflix está estrenando muchas ficciones llegadas desde Taiwán, así que si te interesa profundizar y descubrir el cine que se hace allí, tienes en la plataforma cosas mucho más interesantes como la serie de terror Detention o el drama romántico Llevo tu nombre grabado.
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La maldición de la soga 1 y 2
