Ayer pude acudir a la rueda de prensa de Jean-Pierre Améris con motivo de la presentación de su película Marie Heurtin, de la que ya os he dejado mi crítica aquí. El director francés nos explicó un poco con más detalle la parte de desarrollo y creación, así como el casting de esta historia de una adolescente sorda y ciega en el siglo XIX, incapaz de entrar en contacto con el mundo, solo pudiendo expresarse mediante la agresividad hasta que una monja se implica en su educación y le enseña la lengua de signos permitiéndola descubrir el mundo.
Améris ha comentado que su intención desde el principio era narrar una historia sobre personas sordas y ciegas para mostrar a la gente la realidad de esta comunidad y cómo sus integrantes pueden superar sus dificultades y vivir con cierta normalidad pues, como él mismo declaró «Para mí el sentido del cine es poner en el centro de la pantalla a las personas que la sociedad pone a los lados». Además ha confesado que sus complejos de adolescencia por ser demasiado alto le han ayudado a poner el foco en los grupos más aislados, «las películas que me gustaban eran sobre personas diferentes».
Cuando se encontró hace 7 años con la historia de Marie quedó fascinado y decidió que debía sacarla del olvido por ser «una historia positiva, la historia de un éxito, de un logro de la comunicación», aunque luego tuvo problemas para hacerse con los derechos pues eran adquiridos con frecuencia para la realización de adaptaciones televisivas, aunque finalmente lo logró.
Otro de los propósitos desde el inicio era hacer «una pequeña contribución para mejorar la accesibilidad de los sordos y ciegos al cine», porque «hay 6000 sordo-ciegos solo en Francia y quieren ir al cine».
Cuando comenzó a preparar la película, comenta que «para el papel de la monja escribí el guión pensando en Isabelle Carré. Había hecho con ella ya 2 películas, y es una actriz con la que tengo muchos puntos en común. Es una especie de alter ego». En el caso del papel de Marie, «quise trabajar con una chica ciega y sorda, pues no me planteo nunca la dificultad. Lo importante es que sean buenos actores», aclara el cineasta. Añade también que «necesitaba una chica sorda por la importancia de la comunicación con el lenguaje de signos. Buscamos por toda Francia chicas sordas. Un día en una escuela de Chamberí vi chicas toda la mañana. El casting no es ver quien interpreta mejor, es esperar la chispa. Vi a Ariana Rivoire a 4 sitios de donde estaba yo comiendo, y me fijé. La pregunté que por qué no había hecho el casting y me dijo que se le había olvidado», y finalmente «hizo el casting, hablamos un rato y me dí cuenta que era Marie Heurtin».
Foto: Seminci