Crítica de ‘Blue Jasmine’: El molde perfecto para el busto de los culpables pasivos de la crisis se llama Cate Blanchett
La neurosis de Woody Allen también busca puentes para llegar al público, se transfiere al interior del cuerpo de Jasmine y Cate Blanchett con su bárbara actuación nos la entrega transfigurada con diferentes e insospechados matices de desesperación, incomprensión, aturdimiento y degeneración alcohólica. Su personaje nunca quiso ver que su marido (Alec Baldwin) mantenía su nivel de vida a base de chanchullos inmorales que arruinaron a muchas familias, entre ellas a su hermana; no tuvo el valor suficiente de admitir que su matrimonio era una mentira porque él era un infiel compulsivo. Años y años de negación acumulados tenían que explotar por alguna parte. Los delitos de su esposo le llevaron a él a la cárcel y al suicidio y a ella a la insolvencia y la locura.
El director se vale hábilmente de la mente inestable de la protagonista para justificar un montaje basado en saltos atrás y adelante en el tiempo, entre el pasado de la abundancia y el presente en el que Jasmine tiene que recurrir a su hermana y buscar un trabajo. El contraste entre la supuesta distinción de la hermana rica y la palurda pero resuelta mundanidad de la hermana pobre (Sally Hawkins) es el colmo de la evidencia pero funciona al dibujar el mapa de esa fractura entre la clase trabajadora y la élite social, gracias a una admirable colección de sobresalientes diálogos.
No me parece que Blue Jasmine sea la obra maestra que anunciaban algunos pero sí la considero una excelente y entretenida historia sobre el coste de la ignorancia; también sobre personas de origen humilde a los que el azar y el destino puso el lujo a su alcance y se olvidaron de lo duro que es no tener y empezaron a creer que la clase media era una casta de súbditos a los que conviene mirar de reojo y con desconfianza.
En este territorio dislocado de conflictos personales (donde la estabilidad económica y las relaciones afectivas y sexuales se vuelven parte de una misma cosa) Jasmine es la referencia de todas las cosas. Su periplo de regreso al mundo de la carestía es divertido para el espectador por la sucesión de situaciones que a duras penas es capaz de afrontar, pero también es triste y vergonzoso. Para cada situación Cate Blanchett revela una capacidad de realismo portentosa con una interpretación como he visto pocas. El personaje casi rompe la celosía infranqueable que le convertiría en persona. Jasmine es, gracias a ella, el vivo reflejo de las otras víctimas de la crisis económica global: Los culpables pasivos.
No puedo estar más de acuerdo con la crítica en lo que respecta a la interpretación de Cate Blanchett, por lo que sólo me resta añadir una recomendación. Por favor, no os perdáis el 50% de esta inmensa interpretación viendo la película en versión doblada. Me parece un crímen a la altura de "Match Point" no ver esta película en v.o.s. mfferreras@yahoo.es