The Berlin File de Ryoo Seung-wan (The Unjust) está protagonizada por Ha Jung-woo (The Yellow Sea, Nameless Gangster), Gianna Jun (El Gran Golpe), Han Suk-kyu (Shiri) y Ryoo Seung-bum (The Unjust), es decir, un espectacular reparto coreano al frente de una macroproducción que planta cara a los mejores thriller norteamericanos.
De hecho, The Berlin File podríamos decir que es la respuesta surcoreana a El Caso Bourne, siendo la película de acción más taquillera del año en Corea del Sur, tras haber recaudado casi 50 millones de dólares y ser vista por 7 millones de espectadores, superando a otros grandes éxitos internacionales de Hollywood como El Hombre de Acero, Guerra Mundial Z, o Pacific Rim.
La trama es muy complicado y llena de tensión y suspense, lo que provoca que a veces pueda ser un poco confusa, y dado que la película avanza rápidamente, hay pocas oportunidades para recapitular sobre lo que podríamos habernos perdido.
Aunque la película es planteada de forma convencional, pues contiene misiones, asesinatos y conspiraciones, que forman parte de la receta habitual del director, la idea es bastante interesante, pues nos trasladan a un thriller de espionaje contemporáneo que parece llevarnos a la década de los 70, con Berlín como un nido de agencias de inteligencia en plena competencia, donde nos presentan las rivalidades políticas coreanas en un entorno internacional y sustituye el comercio mundial de armas y el lavado de dinero por un conflicto general posterior a la Guerra Fría.
Los temas subyacentes esenciales de la historia se reducen a subtramas turbulentas y borrosas entre los roles profesionales y los sentimientos personales. La lealtad es también un tema clave, especialmente en relación con el matrimonio entre Pyo y su esposa. Puede que esté tan sobrecargada la narrativa con personajes secundarios de apoyo a las subtramas que se cruzan, que a veces la trama principal de la película queda en segundo plano.
Uno de los puntos fuertes de la película son sin duda sus jugadas a balón parado, aunque no son nada que no hayamos visto antes. El sonido es impecable y está por encima de todo lo visto en el cine coreano. Por si fuera poco, las escenas de combate cuerpo a cuerpo son excepcionales. Intensas y físicas son las secuencias de lucha que hábilmente hacen uso del espacio y son tremendamente emocionantes, en contraste con todos los muros, barreras y tablas presentes en los apartamentos y estrechas escaleras que nos generan una visión claustrofóbica.
El espectacular reparto incluye actores coreanos de gran fama y reputación en Asia, y que han saltado las fronteras llegando a Occidente gracias a las grandes producciones en las que han participado. Todos los papeles principales tienen a una gran estrella detrás, incluyendo el hermano de Ryoo y colaborador habitual Ryoo Seung-bum, y cuenta con el regreso de Han Suk-kyu, vista en Shiri, junto con la estrella internacional Gianna Jun.
Ryoo y el director de fotografía Choi Yeong-hwan optan por plantear la mayoría de las escenas con iluminación de color gris azulado muy típica de las películas de espionaje, pero aportan tensión y acción gracias a frecuentes tiroteos y persecuciones con las que ofrecen giros complementarios a la forma de plantear la tensión. Es verdaderamente magistral el contraste entre los tonos fríos de los edificios de acero y hormigón, y los tonos cálidos de los interiores. Por otro lado, destacar la interesante puesta en escena de los rótulos con los nombres y descripciones de personajes, así como las pausas que se realizan en algunos planos para generar mayor tensión, mientras que el diseño de producción de Chun Soo-a resalta los aspectos menos glamorosos de las operaciones clandestinas. Y en lo que respecta a la banda sonora, un tema palpitante y amenazador acompaña algunas escenas y une la película, combinando perfectamente con la puesta en escena, aunque menos convincentes son los temas de percusión que resuenan a lo largo de gran parte de la banda sonora.
Es la película perfecta para iniciar a los novatos en el cine en versión original, pues tiene muchas partes en Coreano, pero también tiene bastante de Inglés y Alemán y un toque de Árabe. Esta mezcla de idiomas es una buena manera de iniciar a alguien en la «lectura» de una película, ya que nos permite detectar diferencias en acentos y lenguas. Además, a pesar de que la película dura dos horas, hay relativamente poco diálogo.
The Berlin File es el ejemplo del cine coreano contemporáneo que combina elementos de suspense, acción, violencia y amor que conviven en una gran película que gustará tanto a los amantes del cine asiático como de los buenos thrillers internacionales.
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