La extensa iconografía del cine fantástico de hoy en día, esa que está insertada en el imaginario común de todos los amantes del cine, tiene su origen en gran cantidad de fuentes de diversa índole que a veces permanecen olvidadas entre la maraña de estudios que se dedican a desbrozar esos antecedentes escondidos. Para saldar una deuda con una de las publicaciones más influyentes en todo el mundo en ese imaginario colectivo del cine fantástico, nace ese Métal Hurlant y el cine fantástico, que saca a la luz la gran y determinante influencia que la revista publicada desde 1975 a 1987 ha tenido y sigue teniendo en la representación final del cine fantástico en la gran pantalla.
Se trata de un libro multidisciplinar, ya que no sólo se habla de cine, sino que se profundiza en las raíces de las viñetas publicadas y las ilustraciones que marcaron la forma de entender el futuro, y que influyeron de forma determinante en películas tan emblemáticas como Alien, el octavo pasajero, Blade Runner y El quinto elemento, además de otras influencias menos evidentes, pero no por ello menos importantes como en La guerra de las galaxias, Heavy metal ó Delicatessen.
El libro se estructura en dos partes bien diferenciadas, en los primeros artículos se nos habla de temas generales, como la historia de la revista, su papel en el mundo del cine, su influencia sobre el diseño de producción cinematográfico y su relación con el cine de animación, para pasar posteriormente a indagar en la trayectoria y trabajos de varios de los colaboradores más representativos de la publicación y cuya obra, ya fuera por su propia mano o por medio de otros, se ha visto reflejada en el cine.
En esa última parte se profundiza en la trayectoria de varios dibujantes que trabajaron en producciones cinematográficas como Jean Giraud (Moebius) y sus trabajos en el diseño de los trajes de superficie de la tripulación del Nostromo en Alien, el octavo pasajero, ó sus diseños para películas como Masters del universo, Willow ó Abyss. También se profundiza en el trabajo del dibujante yugoslavo Enki Bilal, que formó parte de los cuatro dibujantes llamados por Jean-Jacques Annaud para bosquejar diseños y atmósferas en El nombre de la rosa. Especial atención merece Alejandro Jodorowsky, transgresor, sobrecargado, extraño, con elementos esotéricos y con una atmósfera llena de simbolismos y surrealismo, en unas películas tildadas de inentendibles, pero que tienen un lugar preferencial en el llamado «cine de culto», cómo su western El topo con el que consiguió reconocimiento internacional instantáneo. No se olvida el libro de H.R. Giger, y su famosa criatura protagonista de Alien, el octavo pasajero y de todos sus desencuentros con el mundo del cine, especialmente llamativos con la saga del personaje que le dio nombre en el mundo cinematográfico. Y finalmente la filmografía negra de Marc Caro con su oscuras obras Delicatessen, La ciudad de los niños perdidos y Dante 01.
Un libro esencial para conocer los orígenes del cine fantástico actual y que será igual de interesante para cinéfilos, aficionados al cómic, artistas, y amantes de las buenas obras en general.
Fuente: Metropolis Libros