NO OTHER CHOICE
(Eojjeolsuga eobsda)
Dirigida por: Park Chan-wook
Intérpretes: Lee Byung-hun, Son Ye-jin, Park Hee-soon
País: Corea del Sur
Oficial Fantàstic Competición
Sinopsis: Después de estar desempleado durante varios años, un hombre diseña un plan único para conseguir un nuevo trabajo: eliminar a su competencia.
Nuestra opinión: No Other Choice es una nueva adaptación de la novela «The Ax» de Donald E. Westlake, que ya fue llevada a la pantalla en 2005 por Costa-Gavras con Arcadia. El coreano Park Chan-wook sorprende con esta comedia negra con elementos de thriller y crítica social que se aleja extrañamente de su estilo habitual para mimetizarse en una suerte de Parásitos (Bong Joon-ho, 2019), como si la intención del director fuera ampliar el espectro de su público con un producto más comercial, accesible y oscarizable.
Eso no quiere decir que estemos ante una mala película, el director demuestra su solidez narrativa mezclando drama y comedia, sin solución de continuidad, en un retrato mordaz sobre la competitividad y precariedad laboral en nuestros tiempos, poniendo el foco en la exigencia asfixiante inherente a la sociedad coreana (y otras muchas de esencia capitalista) donde la realización personal y el éxito social se miden a través de los ceros de nuestra cuenta bancaria. Diversión con trasfondo amargo, se pasa de frenada con algunos momentos de comedia burda y le pesan los 139 minutos de metraje, pero es algo que Park Chan-wook solventa con una puesta en escena elegante y un reparto de campanillas donde destaca la presencia de Lee Byung-hun y Lee Sung-min.
Por otro lado, No Other Choice reflexiona también sobre el factor humano que se está perdiendo en pos de las nuevas tecnologías, algo que se evidencia con la sustitución de puestos de trabajos por robots mecanizados. Su entrañable retrato de los «papeleros», esos hombres en paro que han dedicado toda su vida a trabajar en la industria del papel y que ahora se sienten desplazados, es una desgarradora a la par que nostálgica metáfora sobre el declive del mundo actual y la deshumanización en distintos aspectos de la vida. Así que, siendo uno de los trabajos menos interesantes de su director aún conserva suficientes elementos de interés si se rasca bajo la superficie lúdica.
HONEY BUNCH
Dirigida por: Madeleine Sims-Fewer y Dusty Mancinelli
Intérpretes: Grace Glowicki, Ben Petrie, Jason Isaacs
País: Canadá
Oficial Fantàstic Competición
Sinopsis: Tras un accidente, el devoto marido de Diana lleva a su mujer a un centro de traumatología experimental en lo profundo del desierto, pero ella no recuerda por qué… A medida que sus recuerdos comienzan a regresar, también lo hacen, en forma de inquietantes visiones, algunas verdades siniestras y no deseadas sobre su matrimonio.
Nuestra opinión: Honey Bunch es una de las joyitas ocultas de esta edición de Sitges 2025. El tándem canadiense formado por Madeleine Sims-Fewer y Dusty Mancinelli, autores de la polémica y desesperante Violation (2020), regresan con otro homenaje al cine de los años 70 donde se muestran más acertados en sus elecciones aunque igualmente controvertidos en su punto de vista. Honey Bunch es una historia de amor llevada hasta el límite de lo ético, pero también es una reflexión sobre la identidad a través del proceso del duelo y el trauma. Lo primero que llama la atención de la película es su tratamiento estético.
Las texturas, encuadres o la utilización de la banda sonora, parecen extraídas de una película de género de los 70, con una gama cromática y un grano que nos remiten a las estanterías de videoclub y a las proyecciones de medianoche. También encontraremos referencias evidentes a La cura del bienestar (Gore Verbinski, 2016) o la seductora aproximación de Peter Strickland al giallo, siendo deudora igualmente de una ambientación gótica clásica, de los thrillers de psicoanálisis y de la ciencia-ficción de mad doctors y hospitales. Todo ese batiburrillo de referencias y estilos encuentran una uniformidad en el estilo propio de los directores, con descaro y mala leche, sin miedo a arriesgar con situaciones muy pasadas de vueltas que provocarán el distanciamiento de algunos espectadores.
En mi caso, Honey Bunch es un sí rotundo, pese a su exceso de metraje (un mal arraigado al cine contemporáneo) y una parte final donde se roza lo esperpéntico. El resto resulta inquietante, sugerente, ambiguo y, también, provocador, porque ofrece una visión del amor a priori bastante enfermiza que, sin embargo, nos obliga a replantear nuestro punto de vista a medida que vamos descubriendo los distintos recovecos de la historia al tiempo que la protagonista reconstruye su memoria maltrecha. Por otro lado, la actriz Grace Glowicki vuelve a demostrar aquí que se ha convertido en una de las musas del cine indie ligado al fantástico como ya pudimos comprobar en Booger (Mary Dauterman, 2023), su rol múltiple es uno de los puntos fuertes de la película.
Al pase del Auditori han venido a presentar la película Honey Bunch sus directores Madeleine Sims-Fewer y Dusty Mancinelli, este último cumplía años y el público le ha cantado el «Cumpleaños Feliz».
DRACULA: A LOVE TALE
Dirigida por: Luc Besson
Intérpretes: Caleb Landry Jones, Zoë Bleu, Christoph Waltz
País: Francia
Sitges Collection
Sinopsis: En el siglo XV, el príncipe Vladimir reniega de Dios tras la repentina pérdida de su esposa y hereda una maldición eterna: se convierte en Drácula. Condenado a vagar por los siglos, desafía al destino y a la propia muerte, guiado por una única esperanza: reunirse con su amor perdido.
Nuestra opinión: Dracula: A Love Tale de Luc Besson propone una nueva versión de la novela de Bram Stoker que, en realidad, se convierte es un remake apócrifo de la adaptación cinematográfica realizada en 1992 por Coppola, desde detalles de vestuario y atrezzo hasta el mismo compositor Danny Elfman que utiliza irónicamente algún acorde que recuerda a la mítica banda sonora compuesta por Wojciech Kilar. El director francés se centra en la historia de amor entre Vlad y Mina, dejando de lado el terror gótico, incorporando de manera arbitraria elementos de su propia cosecha (las gárgolas-niño del castillo, el perfume del Conde, el cambio de Londres por París, etc) y saltándose partes importantes del libro (las novias-vampiras, el viaje del Demeter, Renfield, etc). Los cambios respecto al original siempre son a peor y su dependencia romántica y estilística de la Obra Maestra de Coppola también le acaba pasando factura.
Caleb Landry Jones es un buen Drácula, exacerbado y apasionado, pero poco aterrador. Su romance con Zoë Bleu no traspasa los océanos del tiempo como sucedía con el de Gary Oldman y Winona Ryder. Y es que la pareja no tiene suficiente química, hay cierto ardor sexual en sus encuentros, pero la pasión se debilita y se agrava en un desenlace precipitado que no se corresponde para nada con 400 años de búsqueda. En ese sentido, la presencia de Matilda De Angelis en pantalla, en el rol de Maria (la Lucy de la novela con algunos cambios), resulta mucho más fogosa y recordable, mientras que Christoph Walz se interpreta a sí mismo para divertir al personal como Van Helsing (aquí un sacerdote, pues vale).
Otro de los aspectos que resaltan de esta adaptación de Besson respecto a otras, es un caprichoso y desconcertante sentido del humor que, por momentos, la convierte en una recreación paródica del mito de Drácula, no sé con que intención real de su autor, porque en otros momentos se pone excesivamente trascendente. Por suerte, el aspecto visual, la escenografía, y el tratamiento gótico de algunas escenas hacen que el visionado sea más entretenido. En definitiva, una decepción para todos los amantes del ilustre vampiro.
58 Festival de Sitges 2025
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