domingo, diciembre 7, 2025

AWFF 2025. Crítica de ‘The End of the Internet (El fin de internet)’

Las críticas de Laura Zurita
en Another Way Film Festival 2025:
The End of the Internet

El festival de cine sobre progreso sostenible Another Way Film Festival se celebra en la ciudad de Madrid de forma presencial, y en España en formato online, desde el martes 14 de octubre hasta el domingo 19 de octubre.

Durante toda la semana se puede disfrutar de 39 títulos que sacuden el estatus quo para imaginar futuros irresistibles desde la fuerza de la unión y la comunidad. Respiramos valentía y compromiso entre documentales y cortometrajes sobre la crisis climática, energética y migratoria, la lucha indígena, el activismo, la moda sostenible, el ecofeminismo, la ecoansiedad o la fragilidad de los fondos marinos.

En un momento histórico marcado por la disrupción tecnológica y la crisis de los grandes poderes digitales, The End of the Internet (dirigido por Dylan Reibling) emerge como un documento urgente y provocador que explora el paisaje en tensión entre centralización y descentralización. Es una invitación a mirar más allá de la “nube” para descubrir el sistema operativo invisible que sostiene el mundo moderno. Desde sus orígenes militares en la Guerra Fría hasta el presente dominado por gigantes tecnológicos, el documental recorre espacios tan dispares como una casa okupa en Berlín, una iglesia en Cataluña o una aldea brasileña. No se complace en respuestas simples; invita al espectador a cuestionar qué significa la conectividad cuando está sometida a estructuras de poder invisibles.

The End of the Internet

Lo impensable

The End of the Internet inicia su recorrido en Berlín, pasa por una montaña remota en Taiwán, recorre una iglesia transformada en centro de innovación tecnológica en Cataluña y desemboca en un pueblo aislado de Brasil. En esos sitios convergen disidentes digitales, activistas tecnológicos y comunidades autoconvocadas que promueven formas alternativas de interconexión y resistencia frente al monopolio del “internet institucional”.

El director rescata las voces pequeñas, las iniciativas locales, las comunidades que buscan devolver a la red algo de su promesa inicial: la conexión como acto de confianza, no de vigilancia. The End of the Internet logra construir un ensayo visual sobre la ambigüedad del progreso: sobre cómo los mismos instrumentos que prometieron libertad se han convertido en formas sofisticadas de control. La crítica es discreta y modulada, tanto que pierde gran parte de su filo.

The End of the Internet logra despertar preguntas que muchas veces damos por naturales: ¿a quién pertenece “internet”? ¿Quién define cómo lo usamos. Es importante que muestre que hay alternativas reales. no meras utopías digitales, mostrando experimentos concretos de red comunitaria e infraestructura técnica autogestionada. Su tono es de acompañamiento de procesos y conflictos tecnológicos sin mostrar un camino único para todos, reconociendo la complejidad del problema. El resultado es un filme más emocional que teórico, más observacional que argumentativo. No ofrece recetas para la “liberación digital”, sino que expone —con honestidad— la complejidad del problema.

La estructura del documental alterna testimonios directos con fragmentos de la vida cotidiana: comunidades que construyen redes descentralizadas, laboratorios improvisados, antenas y cables que crecen entre los árboles. Ese montaje, ágil y fluido, aporta ritmo, pero no ayuda a que el espectador se concentre.

The End of the Internet parece saber que no puede ni debe competir con los discursos ideológicos de los gigantes a los que alude. Su logro es plantear grandes preguntas: ¿A quién pertenece realmente la red? ¿Quién define cómo la usamos? ¿Hasta qué punto lo que llamamos “libertad digital” no es otra forma de dependencia?

El documental acierta al mostrar alternativas reales: proyectos de redes comunitarias, infraestructuras autogestionadas, colectivos que experimentan con nuevos modos de conexión y autonomía técnica. En ese sentido, evita el moralismo y el dogmatismo.

The End of the Internet

Un espejo de lo contemporáneo

Pero también es cierto que, en su voluntad de ser inclusivo, elude tomar una posición política contundente. Su neutralidad deliberada puede interpretarse como debilidad. Lo que en un punto se entiende como contención, en otro se percibe como falta de fuerza argumental: la crítica se insinúa, pero rara vez se articula con toda su potencia.

La dispersión conceptual del documental forma parte de su sentido. El propio objeto de estudio, internet, es un entramado múltiple, inconexo y contradictorio. The End of the Internet parece asumir esa condición caótica y reproducirla en la forma de su obra. Así, lo que podría parecer un desorden estructural se convierte, en última instancia, en una metáfora del propio mundo digital, donde todo está conectado, pero nada está realmente unido.

En conclusión, The End of the Internet es un documental sobrio y desafiante, que exige atención y paciencia. No pretende convencer, sino hacer pensar. Su mirada no es complaciente ni apocalíptica; es inquieta, inquisitiva, consciente de que lo tecnológico ya no es un paisaje neutral, sino un campo de batalla. El fin de internet nos recuerda que la libertad digital, como toda libertad, solo existe si la disputamos.


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The End of the Internet (El fin de internet)

6

Puntuación

6.0/10

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