domingo, junio 22, 2025

Crítica de ‘Si yo pudiera hibernar (Hasta que todo pase)’: Una película que deja huella

Las críticas de Laura Zurita:
Si yo pudiera hibernar (Hasta que todo pase)

Ulzii, un adolescente pobre pero orgulloso, está decidido a ganar un concurso de Física para conseguir una beca. Pero su madre, analfabeta, encuentra un trabajo en el campo y le deja con sus hermanos en pleno invierno.

Si yo pudiera hibernar (Hasta que todo pase) está escrita y dirigida por Zoljargal Purevdash. En su reparto encontramos a Battsooj Uurtsaikh, Nominjiguur Tsend, Tuguldur Batsaikhan, Batmandakh Batchuluun, Ganchimeg Sandagdorj, Batsaikhan Battulga, Urnukhbayar Battogtokh y Purevdulam Natsagbadam. La película se estrena en España el 30 de mayo de 2025 de la mano de Surtsey Films.

Una yurta en la ciudad

La ópera prima de la directora mongola Zoljargal Purevdash, Si yo pudiera hibernar (Hasta que todo pase), transcurre en pleno invierno. No un invierno simbólico o poético, sino uno físico, áspero, brutal, que cala en los huesos y en el alma. En ese entorno helado, la película narra la historia de Ulzii, un adolescente que vive junto a sus hermanos en los márgenes de Ulán Bator, capital de Mongolia, con una existencia marcada por la pobreza estructural y la ausencia de una madre debilitada por el alcoholismo.

Si yo pudiera hibernar (Hasta que todo pase) nos abre una ventana hacia una realidad poco conocida por estos lares: los barrios marginales que rodean la capital mongola, poblados por familias desplazadas desde zonas rurales. Muchas de ellas habitan sus yurtas (hermosas en el desierto, fuera de lugar en el asfalto) o viviendas precarias. En medio de ese contexto, Ulzii intenta compatibilizar su agudo sentido de la responsabilidad con sus sueños. Su aspiración pasa por conseguir una beca para estudiar matemáticas, pero su vida es cuidar de su familia. El dilema es construirse un futuro con dignidad, sin traicionar su presente.

El guion de Si yo pudiera hibernar (Hasta que todo pase), firmado por la propia directora, entrelaza con naturalidad las escenas domésticas y escolares, poniendo en primer plano esas tensiones entre la urgencia del presente y las expectativas del porvenir. Los personajes secundarios —vecinos, maestros, amigos— están construidos con honestidad y cuidado, aunque tengan pocas líneas. La madre y los hermanos, personajes clave, son retratados con humanidad y se transmite la ternura, aunque rota, en el seno de la familia.

El mayor logro de la película es su capacidad para convertir una historia local en una experiencia universal. Habla de personas en situación de pobreza, casi arrollados por ella, con una mirada respetuosa y empática, que observa, escucha y deja espacio a su capacidad de acción.

Si yo pudiera hibernar (Hasta que todo pase)

Precisión formal

Si yo pudiera hibernar (Hasta que todo pase) opta por una estética sobria, de impronta casi documental, con exteriores dominados por un blanco gélido e interiores recargados, donde la humanidad se expresa en gestos mínimos. Los encuadres fijos y cuidadosamente compuestos transmiten una sensación de quietud densa, como si el entorno mismo se resistiera al cambio. Esta precisión formal eleva la película de ser únicamente cine social y realista para convertirse en una pequeña obra de arte, poética y vibrante. Es una historia sobre lo que significa crecer bajo condiciones extremas y lo que se precisa para poder tener la posibilidad de elegir.

Algo apreciable en nuestros tiempos es que Si yo pudiera hibernar (Hasta que todo pase) domina, además, el arte de la concisión. En apenas hora y media, la película logra contar una historia intensa, dolorosa, pero también vital. Al salir de la sala de cine, uno no solo siente que ha visto una buena película, es una para recordar.

La interpretación de Battsooj Uurtsaikh como Ulzii es uno de los puntos más altos de la película. Su actuación, contenida y precisa, logra transmitir la complejidad emocional de un joven abrumado por responsabilidades demasiado tempranas, pero que no ha perdido su capacidad de soñar.

En conclusión, con Si yo pudiera hibernar (Hasta que todo pase), entramos de lleno en un crudo invierno mongol, donde Ulzii lucha por un futuro digno. La película retrata con sensibilidad un mundo que nos es poco conocido: la pobreza y los sueños de un adolescente en los márgenes de Ulán Bator. Con una estética sobria y actuaciones potentes, la película es una experiencia válida universalmente, un visionado hermoso y reconfortante.


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Si yo pudiera hibernar (Hasta que todo pase)

7.2

Puntuación

7.2/10

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