Las críticas de Laura Zurita:
Tierra de nadie
En Tierra de nadie, tres viejos amigos en Cádiz, Mateo El Gallego (guardia civil), Juan El Antxale (pescador convertido en narco) y Benito El Yeye (depositario judicial), ven poner su amistad al límite debido al auge del narcotráfico y al descontento social. El rutinario traslado de un yate incautado se convierte en una peligrosa aventura entre la vida y la muerte.
Tierra de nadie está dirigida por Albert Pintó, sobre un guion de Fernando Navarro. Está interpretada por Luis Zahera, Karra Elejalde, Jesús Carroza, Damián Alcázar, Antonio Gil, Vicente Romero, Mona Martínez, Jero Medina, Emilio Palacios, Tamara Casellas, Antonio Gómiz, Paco Mora, Mila Fernández, Amaya Gonzalez y Paula Díaz. La película se estrena en España el 28 de marzo de 2025 de la mano de Sony Pictures.
Putrefacción en las marismas
Tierra de nadie nos presenta una Cádiz convulsa, donde el narcotráfico y la tensión social crean un caldo de cultivo muy peligroso. La película tiene como base el género thriller, pero es también un drama sobre la amistad que nos muestra a una generación que ve desaparecer el mundo tal y como lo conocían. El filme se sostiene principalmente en un trío protagonista en estado de gracia, unos estupendos actores secundarios y la belleza que siempre ofrece el paisaje andaluz.
Las magníficas imágenes de las marismas con las que comienza Tierra de nadie, establecen ya de entrada un tono de misterio, y muestran que algo turbio se cuece bajo la superficie, tanto real como figuradamente. La presentación de los tres personajes centrales – Mateo, El Gallego; Juan, El Antxale; y Benito, El Yeye – se realiza con cariño y buen estilo, permitiéndonos comprender las complejas dinámicas de su amistad, un lazo que se ha mantenido con el paso de los años, cruzando incluso las fronteras de la legalidad.
Los personajes de Tierra de nadie sufren la creciente tensión en la región, marcada por la llegada de nuevos actores en el mundo del crimen que buscan imponer sus propias reglas, amenazando con desestabilizar el frágil equilibrio existente entre los delincuentes de poca monta que habían traficado siempre en la zona y, también, afectando a la sociedad con la que conviven.
Un thriller con elementos de crítica social
La presentación de personajes y la exposición del conflicto en Tierra de nadie tienen un tempo lento, pero esta calma inicial da paso en su tramo final a secuencias de acción bien resueltas, donde la tensión se construye de forma gradual. Destaca especialmente la secuencia en un puente, punto de inflexión donde los personajes comprenden la magnitud del peligro que enfrentan. El desenlace, con ecos de wéstern crepuscular, se desarrolla en un escenario tan hermoso como cargado de fatalidad.
Tierra de nadie funciona bastante bien, a pesar de que su guion requiere cierta suspensión de incredulidad. En ocasiones, las interacciones de los personajes pueden sentirse un tanto expositivas, como si estuvieran más preocupados por informar al espectador que por mantener una conversación natural. Sin embargo, el título de la película muestra su fuerte sentido simbólico dentro del conflicto de la película, adquiriendo múltiples significados.
La película tiene, también, dimensiones de crítica social. Tierra de nadie subraya la precariedad de las fuerzas del orden en la zona, su evidente inferioridad de recursos frente al poder del narcotráfico y la sensación de abandono institucional. En este contexto hostil, la corrupción se insinúa con formas sutiles y las sorpresas pueden llegar desde los rincones más inesperados.
Gran elenco en ‘Tierra de nadie’
Tierra de nadie, en su puesta en escena, aprovecha con acierto los paisajes andaluces, como ya hizo en su día uno de sus referentes, La isla mínima (Alberto Rodríguez, 2014). Las marismas se erigen como un escenario protagonista, ofreciendo una dualidad fascinante: su belleza natural y su rica paleta de colores contrastan con la corrupción y el hedor moral que subyacen en la trama, una podredumbre que parece contaminar muchos de los problemas que la película aborda.
El guion, a pesar de sus momentos ingenuos, está construido con la intención de que el espectador conecte gradualmente con los personajes y se preocupe por su destino. En el lado negativo, resulta un tanto frustrante la dificultad para entender en algunos momentos los diálogos, no por los acentos, sino por un problema de sonido que empaña la experiencia.
Finalmente, el trío protagonista, de Tierra de nadie compuesto por actores de gran talento y registros muy diferentes, funciona a la perfección. Luis Zahera, Karra Elejalde y Jesús Carroza se complementan de manera excelente, arropados por un sólido elenco de secundarios. En definitiva, Tierra de nadie es un thriller que, a pesar de sus imperfecciones, consigue mantener el interés gracias a las interpretaciones de los protagonistas y al talento del director para rodar secuencias de acción.
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