Las críticas de Daniel Farriol:
Ciclo-Retrospectiva – Espejo de pasiones. El cine alemán, los años 70 y el siglo XXI: Moderno/contemporáneo.
Fantasmas (Ghosts / Gespenster) (2005)
Fantasmas (Ghosts / Gespenster) es un drama alemán que está dirigido por Christian Petzold (El cielo rojo, Phoenix), quien también escribe el guion junto a Harun Farocki. La historia sigue a un hombre que viaja de París a Berlín para buscar a su mujer. Cuando la encuentra en un sanatorio, la lleva consigo nuevamente a París. Su esposa va a Berlín cada año porque está buscando desesperadamente a su hija, que fue secuestrada cuando tenía tres años. Un día, descubre a Nina, una vagabunda que deambula con otra muchacha llamada Toni. La mujer cree que Nina es su hija.
Está protagonizada por Julia Hummer, Sabine Timoteo, Marianne Basler, Aurélien Recoing, Benno Fürmann, Anna Schudt y Annika Blendl. La película ha podido verse en Seminci 2024 dentro de la Retrospectiva de Cine Alemán.
Espectros cotidianos
Fantasmas (Ghosts / Gespenster) es la segunda entrega de una trilogía de igual nombre que Christian Petzold comenzó con Die Innere Sicherheit (The State I Am In) (2000) y finalizó con Yella (2007), tres películas en las que describe el proceso de búsqueda interior ante la ausencia de pertenencia a un lugar. En esta ocasión, propone dos historias distintas que se entremezclan en paralelo hasta confluir en un encuentro que tampoco resuelve la ecuación.
Por un lado, tenemos a Françoise (Marianne Basler), una mujer que vive atormentada por el secuestro de su hija cuando era pequeña y que ahora la busca en los ojos de cualquier chica con la que se cruza por la calle. Por otro lado, dos adolescentes en estado de desarraigo, Nina (Julia Hummer) y Toni (Sabine Timoteo), inician una relación de amistad y algo más mientras sobreviven a base de pequeños hurtos. Françoise cree que Nina es su hija desaparecida, pero a Petzold no le importa tanto descubrirnos cuál es la verdad como el enfocarse en explorar las pequeñas transformaciones emocionales que sufren los personajes. Sin embargo, tampoco acomete una metamorfosis completa, el proceso de reconstrucción en sus películas nunca es completo.
El nombre de Petzold ha quedado enmarcado dentro de la «Berliner Schule» («Escuela de Berlín»), junto a Angela Schanelec, Maren Ade o Thomas Arslan, a los que se considera como un relevo generacional para los cineastas que integraron el «nuevo cine alemán» y, por tanto, un cambio estilístico y temático respecto a sus predecesores. Los integrantes de este movimiento habitualmente abordan el descontento existencial de la juventud contemporánea a través de un realismo naturalista y una puesta en escena minimalista, tratando de indagar en los mecanismos de la memoria desde una óptica íntima o familiar.
La fabulación como única salida al dolor
Sin embargo, las etiquetas para los cineastas de la «Berliner Schule» pueden resultar equívocas, ya que no se trata de una corriente cinematográfica tan definida como otros movimientos artísticos que operan bajo estrictos manifiestos de estilo. Centrándonos en el cine de Christian Petzold, desde mi punto de vista, diría que tiene predilección por (re)tratar temas como la identidad, la memoria, la fabulación como relato de vida, la carnalidad sensorial o la alineación social.
Fantasmas (Ghosts / Gespenster) es uno de sus primeros trabajos y algunas de estas cuestiones se encuentran aún en estado embrionario, pero en obras posteriores tan notables como Phoenix (2014), En tránsito (2018) u Ondina. Un amor para siempre (2020), se observa la evolución de uno de los directores europeos más interesantes en el panorama actual.
Fantasmas (Ghosts / Gespenster) es una historia de mujeres, todo el cine de Petzold lo es, incluso cuando los protagonistas de algunas películas son personajes masculinos. Son mujeres de identidad fragmentada que buscan completar las piezas de su memoria. Françoise es una madre «huérfila» (término todavía no aceptado por la RAE) cuyo sentimiento de culpa le mantiene en un estado emocional catatónico del que solo logra escapar a través de la esperanza y la fabulación. Nina es una adolescente que ha crecido en casas de acogida, cuya personalidad retraída y problemática se debe a la ausencia del cariño familiar, pero que también utiliza la imaginación para expresar sus anhelos internos.
Mujeres, vacío y rechazo
Al mismo tiempo, ambas mujeres se complementan y se repelen (sus dos breves encuentros finalizan de manera abrupta), una joven sin madre y una madre sin hija que provienen de clases sociales y generaciones distintas (la música que les acompaña también subraya estas diferencias). Como buen admirador del cine de género, Petzold suele incorporar elementos de suspense a sus melodramas. En Fantasmas (Ghosts / Gespenster), más allá del título que hace referencia a esas almas errantes, juega con la ambigüedad acerca del parentesco entre Françoise y Nina, ¿son realmente madre e hija o solo proyectan la una en la otra esa posibilidad como forma de supervivencia temporal para superar sus respectivos traumas? Las fotografías que aparecen en la última secuencia dejarán el enigma abierto para que sea el espectador quién decida cuál es la respuesta.
El director es un maestro de la puesta en escena que no necesita de grandes florituras para describir el vacío existencial de los personajes. A través del encuadre, el cromatismo y el uso del espacio conforma un discurso coherente donde explora las emociones sin tener que verbalizarlas (un ejemplo evidente es el rojo pasión en la fiesta).
En ese sentido, la protagonista absoluta es Nina y su trayecto iniciático que le llevará a conocer a Toni. La relación concentra gran parte del metraje. A simple vista podría parecernos que Toni es el personaje dominante y Nina la que se deja arrastrar, sin embargo, la segunda se sirve de esa relación para materializar sus fantasías sexuales y sus necesidades afectivas. En la secuencia del cásting se evidencia de forma ejemplar cómo su capacidad de fabulación trasciende a la propia relación que mantienen. Cuando Toni la abandone no caerá en la depresión porque, en realidad, está acostumbrada a sobrevivir en el rechazo.
La aflicción y la fábula
Bajo una historia de apariencia sencilla y una narrativa apegada a la frialdad escénica, Fantasmas (Ghosts / Gespenster) es una película magnífica que concentra la habitual sensibilidad y sutileza de un autor con mayúsculas que acabará recibiendo el verdadero reconocimiento que merece con el paso de los años. La complejidad de los personajes reside en que resultan esquivos y están incompletos, solo muestran una pequeña porción de sí mismos al igual que las personas conservamos nuestro propio rincón en la vida real.
Christian Petzold es un observador de la soledad y la alienación social que a menudo persigue a los fantasmas que habitan en sus películas hasta convertirlos en símbolos de la sociedad contemporánea para hacernos reflexionar acerca del pasado y el presente a través de sus contradicciones y las nuestras propias. En Fantasmas (Ghosts / Gespenster) hay muchas cosas interesantes en el subtexto, pero donde la película brilla esencialmente es en la configuración que hace de la fábula, la de Nina para reescribir una vida anodina y la de la propia narración del filme como transcripción poética del cuento de los Hermanos Grimm «La camisita del muerto». Es un relato muy breve que habla sobre la necesidad de superar la aflicción que nos atenaza para poder seguir adelante. ¿Qué serían el cine y la vida sin el poder de la fabulación?
¿Qué te ha parecido la película?
Descubre más desde No es cine todo lo que reluce
Suscríbete y recibe las últimas entradas en tu correo electrónico.