Las críticas de Laura Zurita:
Sangre en los labios
Thriller de venganza que narra la electrizante historia de amor y crimen entre Lou (Kristen Stewart), una solitaria gerente de gimnasio, y Jackie (Katy O’Brian), una recién llegada a Las Vegas en busca de su sueño de ser culturista. Como una frenética reacción en cadena, su pasión las empujará hacia la violenta red criminal de la familia de Lou. Excesos, ambición y amor explosivo combinados con el drama de una familia.
Sangre en los labios es una película dirigida por Rose Glass con Kristen Stewart, Katy O’Brian, Ed Harris, Dave Franco, Jena Malone, y Anna Baryshnikov. La película se estrena en España el 12 de abril de 2024 de la mano de Avalon.
Oscura y violenta
Sangre en los labios, título que poco tiene que ver con el original, está, sin embargo, bien elegido, ya que nos introduce en dos elementos importantes de la película. La sangre nos advierte de la violencia que impregna la vida de los personajes. Desde el principio, se nos insinúa un trauma en la vida de Lou, un evento violento que ocurrió hace años. Poco a poco, también vemos que la violencia está presente en la vida de su hermana, lo que la afecta profundamente.
La película comienza en un gimnasio rural, un lugar austero hasta la decadencia, propio de la clase media baja. La ambientación en los años 80 aporta verosimilitud a los conflictos que viven los personajes. Las drogas, tanto el omnipresente tabaco como sustancias más duras, están muy presentes en varios aspectos de la vida, desde los anabolizantes hasta los hilarantes cursos para dejar la adicción a la nicotina. La actitud hacia la homosexualidad y la violencia doméstica también son aspectos relevantes en la trama de la película, y es bueno recordar no hacer presentismo cuando la vemos y valoramos, este es un mundo distinto del actual, aunque los personajes sean muy modernos.
Sangre en los labios es una película oscura, triste y violenta. Los personajes no son felices, todos tienen un pasado o un presente turbulento, y en los mejores momentos se teme que algo terrible va a ocurrir. La historia de amor en el centro de la película es pasional y sincera, pero alejada del romanticismo rosa. Está fuertemente arraigada en el cuerpo, en la tierra, y no necesariamente saca lo mejor de las personas. En torno a esta relación, los personajes se encuentran en una maraña de relaciones tóxicas, establecidas por el pasado, la dependencia emocional o el resentimiento. En Sangre en los labios nos encontramos en el ambiente de lo que en EEUU se llama la «basura blanca», de bares oscuros y hogares modestos, entre personas a las que el sueño americano no les ha funcionado.
El montaje de Sangre en los labios es rápido y lleno de sugerencias. A veces se introducen recuerdos del pasado en montajes paralelos, casi al borde de la percepción, teñidos de rojo sangre en más de un sentido.
Sangre en los labios tiene un estilo y un lenguaje propios, con influencias diversas, entre las que se puede nombrar Thelma y Louise (Ridley Scott, 1991), con protagonistas que huyen de una vida mediocre y que, por afecto y por solidaridad, terminan metidas en una situación cada vez más complicada y marginal. A Drive (Nicolas Winding Refn, 2011) la evoca por su estética, el sentimiento de fatalidad y la motivación de la venganza. Y con películas de perdedores como Cowboy de medianoche (John Schlesinger, 1969) o Taxi driver (Martin Scorsese, 1976), comparte el ambiente, triste y desesperanzado.
Final psicodélico que no termina de funcionar
El punto más débil de Sangre en los labios es su final, en el que se introducen elementos psicodélicos y fantásticos, que no funcionan y no son necesarios. Desluce una película que ha mantenido el ritmo y el interés durante casi toda su duración. Probablemente, la directora tenga una buena explicación para este final, pero si hay que explicar algo en una película, es que ese elemento no funciona de forma intuitiva, lo que le resta calidad a la película.
En cuanto al reparto, Kristen Stewart sigue demostrando que es una excelente actriz, además de tomar decisiones inteligentes a la hora de trabajar, ya que elige papeles arriesgados e interesantes. Aquí interpreta a Lou, una mujer introvertida y atormentada, con un trabajo humilde en el gimnasio de su padre. Lou sonríe muy rara vez, es distante y desagradable, y tiene todo el aspecto de una perdedora.
A su lado, Katy O’Brian interpreta a Jack, que no tiene una vida mucho mejor, y va por la vida malviviendo como una vagabunda sin techo, mientras espera que se cumpla el sueño de su vida: ganar un concurso de musculación. La actriz tiene un físico verdaderamente imponente, una femineidad sensual, exuberante y sólida que encaja a la perfección con su personaje. En papeles más cortos en Sangre en los labios tenemos, por ejemplo, a Ted Harris con un personaje secundario, pero muy importante y que da realmente grima, con una imagen que produce desasosiego y desconfianza. También destaca Anna Baryshnikov (Daisy) en un papel que podía parecer ingrato tanto desde el punto de vista estético como de personalidad, pero que maneja de forma intensa, poniendo de relieve su talento.
Sangre en los labios es una película con una atmósfera poderosa y personajes complejos. A pesar de un final discutible, es una obra que vale la pena ver por las excelentes actuaciones de sus protagonistas, la impronta de una directora que ha encontrado su propia voz y una estética singular.
¿Qué te ha parecido la película Sangre en los labios?
Sangre en los labios
Excelente crítica. Muchas gracias
Muchas gracias por leernos y por tu comentario. Anima mucho saber que os interesa lo que escribimos.