Las críticas de Laura Zurita:
Mayday Club
Un veterano de las fuerzas especiales, una tensa promotora inmobiliaria, una influencer con medio millón de seguidores y un acabado creador digital son enviados a un curso especial para afrontar su miedo a volar. El reto principal del curso incluye participar en un vuelo que va desde Londres a Islandia pero que terminará siendo una terrible experiencia. Perdidos en aquel remoto país, congelados y aterrorizados, entre todos deben encontrar la manera de enfrentarse a sus miedos y trabajar juntos para desplegar las alas… y volar.
Mayday Club está dirigida por Hafsteinn Gunnar Sigurðsson, e interpretada por Timothy Spall, Lydia Leonard, Ella Rumpf, Rob Delaney, Emun Elliott, Gina Bramhill, Sverrir Gudnason y Björn Hlynur Haraldsson. La película se estrena en cines de España el 5 de abril de 2024 de la mano de Vértigo Fims.
Obra interesante de un director con estilo propio
Mayday Club empieza con un grupo de personas con miedo a volar. No es tan anormal sentirse inquieto en un avión, lo que puede resultar muy incómodo, en un mundo donde cada vez más personas viajan cada vez a menudo. Seguramente nos acordaremos de Mayday Club en nuestro próximo vuelo, sobre todo si por un acaso llegamos a tener turbulencias.
Hafsteinn Gunnar Sigurðsson es un director islandés, que hace películas muy personales, y ha llegado a ser muy conocido también fuera de su país. Sigurðsson tiene un estilo distintivo, que combina humor negro, observación aguda de lo cotidiano y una estética visual impresionante para crear películas que son tanto entretenidas como profundamente resonantes. En su filmografía podemos destacar Either Way (2011), Paris of the North (2014) y Under the Tree (2017).
Mayday Club es su primera película hecha en inglés, con vocación internacional. Aunque tenga un estilo más suave y menos agresivo que otras películas suyas, demuestra que también puede crear son acierto fuera de su país natal y con un elenco angloparlante.
En Mayday Club encontramos el humor negro propio del autor, cambiando entre un fino tono irónico y escenas decididamente cáustico. Este humor se manifiesta a través de situaciones chocantes, diálogos mordaces y eventos inesperados que pueden resultar cómicos en su oscuro contexto. La película se centra en la vida cotidiana de sus personajes, encontrando humor y drama en las interacciones diarias y los conflictos mundanos. Esta exploración de lo cotidiano le permite profundizar en la psicología de sus personajes, en parte con empatía, y en parte llevando sus conflictos personales a extremos sorpresivos, pero con cierta coherencia interna.
En la película no sucede nada extraordinario, y el humor no viene de gestos grandilocuentes, sino de una observación sutil y aguda, de sus personas, es solo cuestión de cambiar la mirada para relevar el lado cómico de la realidad.
El cine de Sigurðsson suele presentar ambientes contrastantes, que van desde lo rural y aislado hasta lo urbano y cosmopolita. En la película el ambiente aséptico de los aeropuertos y el lujo minimalista del hotel donde los personajes se alojan contrasta fuertemente con el invierno islandés, donde el poder inclemente de la naturaleza puede hacerse presente sin previo aviso. Estos paisajes invernales de Mayday Club tienen una belleza cruda y primitiva, y dan un poco de miedo.
Mayday Club presenta una cinematografía cuidadosamente compuesta, con planos largos y una paleta de colores que refleja la naturaleza árida y deslumbrante de Islandia. Soon especialmente impresionantes los planos en los que los personajes aparecen pequeños y casi indefensos frente a la nieve, recordándonos de forma sucinta que hay poner los hechos en una perspectiva adecuada.
A través de una narrativa sutil y fluida, Mayday Club invita al espectador a reflexionar sobre temas universales, como el miedo a la soledad, y la manera en la que a veces la vida parece atropellarnos y ponerse en nuestra contra. Es cómico, sí, porque son situaciones reconocibles y muy humanas, y la película es divertida como los espejos deformantes de las ferias, en la que tomamos distancia y nos reconocemos, pero solo un poquito.
Comedia dura y tensa con personajes convincentes
Mayday Club se clasifica como una comedia, pero hay que tener claro que es una comedia muy dura y tensa. A veces es divertida, pero a menudo tenemos la sensación de estar de mirones en situaciones muy comprometidas para las personas, que, en realidad, lo están pasando bastante mal. Hay dramas escondidos bajo la superficie, tanto en la pareja de influencers, en el militar retirado, y en nuestra protagonista, que quiere integrarse en una vida normal a pesar de sus fobias. A pesar de lo agudo y a cáustico de su mirada, el director comunica una imagen muy humana de sus personajes, y conseguimos que nos sintamos identificados con estas personas. A ello contribuyen las actuaciones, contenidas y convincentes, de un reparto bien elegido, entre las que destacan las de destacando Timothy Spall y Lydia Leonard.
Todo esto da un gran valor de entretenimiento a Mayday Club, una obra rápida y sugerente, con un ritmo excelente y las escenas justas y necesarias para que el relato progrese, sin sobre explicar el contenido ni alargar innecesariamente el metraje.
Mayday Club es una comedia muy oscura, con un buen ritmo, excelente fotografía y una visión sutil y penetrante de un director que narra bien su historia, pero parece estar, sobre todo, fascinado y encariñado con sus personajes.
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Mayday club
