Las críticas de Laura Zurita:
La restauración (The Restoration)
La trama gira en torno a Marcia, una joven inglesa de 32 años que reside en Madrid con su hijo, esposo y hermano, desempeñando el papel de restauradora de pintura en el Museo Nacional. Su búsqueda incansable por alcanzar sus sueños y su afán perfeccionista la definen en su día a día. La narrativa toma un giro inesperado cuando Marcia decide dejar de esperar y emprende la búsqueda de su esposo desaparecido. Este viaje la lleva a explorar no solo los rincones más majestuosos de Madrid, sino también los recovecos más profundos de su propia memoria.
The Restoration está dirigida por David M. Mateo con un guion de Laura de Dios. El reparto cuanta con la debutante Lana Aubrey, Ben Temple, Sonia Almarcha, Jack Forsyth-Noble, Dylan Torrell y Monti Castiñeiras. La película se ha estrenado en Cineteca el 22 de marzo de 2024.
Creada para ser reflexionada y compartida
The Restoration es una creación conjunta de Laura de Dios y David M. Mateo, su guionista y su director, respectivamente. Ambos defienden la idea de que una película debe ser producto del diálogo entre sus creadores y el público. En este sentido, los autores proponen y los espectadores terminan las películas durante y después de su visionado.
Por eso, The Restoration puede resultar inquietante y lleva al espectador a un continuo nivel de frustración. Los espectadores estamos acostumbrados a que en las películas haya un cierto nivel de suspense, que se vayan dando pistas, y que en el climax, todo se aclare y las piezas construyan una imagen total, o casi, y sepamos qué hemos estado viendo todo este tiempo. The Restoration es distinta. La película nos va entregando retazos de una vida, la de Marcia, ambientes, conversaciones, como pequeñas piezas de información. Al principio vemos a Marcia en una tarde de verano con su hijo y su hermano menor, tras una visita al río Limia (no en vano, un río que la leyenda quiere que los romanos identificaran con el Lethes, el río del olvido). Al llegar a casa, Marcia mira con sorpresa el mueble del recibidor, donde falta algo. A partir de entonces, Marcia parece estar esperando a su marido, que ha desaparecido.
Hay algo extraño en la melancolía de Marcia, en su actitud casi fatalista ante la desaparición de su esposo. La imagen de su vida que nos transmite The Restoration se basa en apuntes esquemáticos, de tal forma que resulta casi abstracta. Es angloparlante, pero vive en Madrid y trabaja en la restauración de un cuadro en el Museo del Prado. La película está rodada en dos idiomas: el inglés en el seno de la familia y el español en los espacios públicos. Ambos idiomas confluyen y conviven, como lo hacen en la mente de Marcia. La mujer no parece tener ni amigos ni actividades privadas. Su vida son su trabajo y su familia, y unos paseos misteriosos por Madrid sin ninguna meta en concreto. Las personas aparecen en una especie de geometría espiral, como en líneas de vida coetáneas y tangentes, ni idénticas ni separadas.
The Restoration está llena de sugestiones y resonancias, de repeticiones y de respuestas que no corresponden con los interrogantes. Es como un rompecabezas, y no estamos seguros de si tenemos todas las piezas o si encajan. Los creadores hacen que el público comparta la confusión y la desazón de Marcia, que no parece saber qué le está pasando. Al final, Marcia parece haber encontrado alguna respuesta, pero esta no se explicita al espectador, que tendrá que reconstruir la historia.
The Restoration es sugestiva, casi críptica, un relato con más secretos que explicaciones. Los creadores han definido y plantado la información que consideran necesaria para entender el enigma de la vida de Marcia y solo necesita concentración y reflexión. Hay que estar muy atento a todas las pistas, almacenarlas aunque no las entendamos. Es una película para ver de forma concentrada, una buena ocasión para una tertulia donde compartir experiencias y opiniones, para que todos los mensajes contenidos en el texto salgan a la luz.
La debutante Lana Aubrey es un hallazgo
La banda sonora original compuesta por Hugo Race, combinada con un cuidado diseño de sonido es, como tantas cosas en The Restoration, desconcertante. Cambios en el marco acústico indican sucesos inesperados que provocan desazón, y no necesariamente porque sean sobrenaturales.
The Restoration está rodada como un estilo muy personal, como una narración al tiempo cotidiana y abstracta, que flota en un escenario que a veces se acerca al realismo, pero la mayor parte del tiempo estamos en una frontera entre la realidad y el sueño, o el delirio. Hay fragmentos de diálogo que se repiten o son evocados, preguntas que nos llevan al núcleo mismo de nuestra concepción de la vida, el tiempo y la permanencia.
Esa sugerencia de abstracción se refleja también en la ambientación de The Restoration. Todo sucede en unos pocos metros cuadrados, salvo las inmersiones en el río Limia. Especialmente impresionantes son las escenas rodadas en el Museo del Prado, de una opulencia arrebatadora. El director elige señalar, entre las obras señeras que se muestran, unos cuadros con escenas mitológicas, que nos dan pistas importantes sobre lo que está sucediendo.
Lana Aubrey es Marcia, alta, seria, elegante. Es el primer trabajo de la actriz, y lo que le puede faltar en técnica lo suple con una naturalidad notable, y una presencia escénica en la que se conjugan la fuerza y una extraordinaria fragilidad. La actriz no habla español, y sus líneas las entrega de forma fonética, lo que hace con una sorprendente precisión, transmitiendo exactamente el sentimiento que tiene que transmitir.
The Restoration es un debut de un director con una concepción muy personal de la cinematografía, que presenta una serie de piezas, una atmósfera y unos personajes, y ayuda al espectador a encontrar su camino en el material. Es exigente e incluso excluyente, pero crea un mundo lleno de sugerencias y resonancias, que da mucho que pensar y reflexionar.
¿Qué te ha parecido la película The Restoration?
The restoration
Existe una explicación que hila todos los acontecimientos de la película 🙂
Claro que sí, y quizás más de una. Pero no voy a ser yo quien la ponga en una crítica, siendo la intención del director que el espectador la encuentre.
Muchas gracias por leernos y por comentar.