Las críticas de Laura Zurita:
La extorsión
Alejandro, piloto de avión, esconde un secreto. Cuando los agentes del Servicio de Inteligencia lo descubren, le chantajean. Alejandro se verá sumergido en un universo de intriga y corrupción que le pondrá a él y a sus seres queridos en peligro, mientras intenta escapar con vida, sin importar el precio.
La extorsión está dirigida por Martino Zaidelis con un guion de Emanuel Diez. En el reparto tenemos a Guillermo Francella, Pablo Rago, Andrea Frigerio, Alberto Ajaka, Guillermo Arengo, Carlos Portaluppi, Mónica Villa, Juan Lo Sasso, Joselo Bella y Osvaldo Djeredjian. La película se estrena en España el 8 de marzo de 2024 de la mano de A Contacorriente Films.
Sólida película de suspense
La cinematografía argentina es prolífica y vigorosa, y ha dado obras mayores dentro de varios géneros. Entre las obras de suspense en los últimos años hemos visto obras tan magníficas, como El secreto de sus ojos (Juan José Campanella, 2009), Retratos salvajes, (Damián Szifron, 2014), El Clan (Pablo Trapero, 2015) y Paulina (Santiago Mitre, 2015), por citar solo unas pocas. Aun siendo obras muy diferentes, todos ellas tienen en común un excelente guion y sólidas interpretaciones, personajes humanos y falibles, haber recibido muy buenas críticas y hecho muy buena taquilla en su país y en el nuestro.
La obra que nos ocupa, La extorsión, es el segundo largometraje de Martín Zaidelis, un director, escritor y productor argentino que alcanzó un éxito comercial con su película anterior, La Reloca (2011). La extorsión ha tenido una excelente acogida comercial en Argentina, y al verla se entiende por qué. La obra está bien rodada, muy bien interpretada y tiene un guion ágil y de buen tono.
La extorsión tiene resonancias de obras tan conocidas como El hombre que sabía demasiado (Alfred Hitchcock, 1956) o Con la muerte en los talones (Alfred Hitchcock, 1959). No es casualidad que ambas películas sean obras del maestro Hitchcock, que es una gran referencia para La extorsión, tanto en su concepto del suspense como en el manejo de los tiempos y el lenguaje visual.
En La extorsión, al igual que estas, en un comienzo encontramos a nuestro protagonista, un hombre normal (lo que no significa mediocre). Alejandro Petrossián está contento con su vida; Le gusta su trabajo, su mujer, su casa en un buen barrio, y se acerca alegre y despreocupadamente a su edad de jubilación. Un buen día, sin embargo, alguien lo somete a un chantaje sobre un punto gris de su vida, nada realmente terrible, pero que podría tener consecuencias graves para él. Subsecuentemente y siguiendo las convenciones del género, Alejandro se ve envuelto en una trama cuyas consecuencias no puede prever. El discreto favor que le piden al principio se va complicando, y, conforme se ve más y más involucrado, le cuesta ver quién es quién. Como en las buenas películas de espías, el protagonista se ve envuelto en un juego en el que no está claro ni el tablero, ni las reglas, ni quiénes son los buenos y quiénes los malos, o si en realidad alguien es lo uno o lo otro.
El texto de La extorsión tiene giros que nos hacen cambiar la visión de lo que sucede, algunos de ellos un tanto desilusionados y con un punto de cinismo. El guion progresa y define bien a los caracteres, haciendo que cada uno de ellos tenga su registro y su carácter. Tras un inicio en el que el suspense se intercala con un sanísimo sentido del humor, la última tercera parte nos acerca a algunas realidades oscuras, muy presentes en la sociedad argentina y no desconocidas entre nosotros, como la corrupción o la fuerza relativa de las instituciones legales y los grupos de presión. A partir de este momento, La extorsión adopta un tono más serio y la película se acerca a un tono de crítica social, pero sin perder su agilidad ni su suspense.
La extorsión, como muchas películas de suspense, se articula alrededor de un McGuffin, que en este caso es más interesante y creíble que en otras. La extorsión funciona igual de bien se sepa cuál es el McGuffin o no, salvo que una idea que la película nos entrega nos sirve para encadenar una dimensión que ayudará al desenlace. El final es certero, afilado, consecuente, y su último giro, que no hay que perderse, nos sorprende poco antes de los títulos de crédito.
Así, estamos ante una película policíaca de corte clásico, y sigue muchas convenciones del género, pero tiene ciertos puntos que la diferencian y la hacen atractiva y cercana. En esta película se trata que los policías tengan características cuasi-superheroicas, ni de espectaculares persecuciones de automóviles, o enormes (y carísimos) efectos especiales. La extorsión está ambientada en Argentina, un país con muchos puntos en común con el nuestro, y no se asume que cualquiera tenga acceso a montones de armas ni resuena el personaje del justiciero, cuya moral está por encima de las normas sociales.
Personajes bien definidos y defendidos
La extorsión tiene un buen ritmo, aunque a veces la continuidad se ralentiza un poco y haya pasajes más calmados. Pero en general, el director consigue contar su historia de manera depurada, sin irse por las ramas, introduciendo los elementos justos para hacer avanzar la historia y evitando las sobre-explicaciones y la introducción de elementos de carácter sobrehumano o casi sobrenatural. Los personajes son profundamente humanos, y sus actos son verosímiles, y algunos de ellos, por desgracia, probables.
Los personajes, bien definidos en el texto, están además encarnados por actores sólidos y bien conocidos. Alejandro (un estupendo Guillermo Francella) lleva sobre sus hombros el peso de la película, y maneja a la perfección su papel de hombre inteligente al que las circunstancias desbordan. Carolina Guerrero (Andrea Frigerio), su esposa, y su mejor amigo Mario Adana (Carlos Portaluppi), lo acompañan y complementan con una química evidente. Saavedra (Pablo Rago) es una figura oscura y misteriosa, que funciona extremadamente bien, señalando una persona que ha llegado muy alto en una agencia poderosa y opaca, sin parecerse en lo más mínimo a James Bond. Su carácter frío y su ambigüedad, su aguda inteligencia y escasos escrúpulos, todo está perfectamente delimitado con pocas líneas de texto y es el personaje más interesante de la película, aunque no el más simpático.
La extorsión es una propuesta sólida, una película de suspense bien rodada, bien escrita y bien interpretada. Tiene algún fallo de ritmo, pero su sentido común, la manera en la que la acción fluye y sus excelentes interpretaciones le dan un gran valor como cine de entretenimiento de calidad.
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