domingo, abril 28, 2024

Crítica de ‘Sala de profesores’: El colegio como campo de batalla

Las críticas de José F. Pérez Pertejo:
Sala de profesores

Ilker Çatak, director alemán de evidente ascendencia turca en su nombre y apellido, dirige su cuarto largometraje en esta Sala de profesores que se convirtió en la gran triunfadora de los premios Lola del cine alemán (equivalentes a los Óscar, Goya, César… en Alemania) pasando por encima de uno de los grandes éxitos recientes del cine germánico, la hinchadísima Sin novedad en el frente que se alzó, el pasado año, con el Óscar a la mejor película internacional entre otros muchos premios. Este año, la seleccionada para el Óscar por Alemania ha sido Sala de profesores y también ha sido nominada al Óscar. ¿Cómo puede ser que dos películas del mismo año en los premios alemanes compitan por el Óscar en dos años diferentes? Pues cosas de las fechas de estreno y de los diferentes criterios de inclusión en unos u otros premios… no tratemos de entenderlo todo.

Sala de profesores es, incuestionablemente, otro tipo de cine más pegado a la realidad aunque algunas licencias dramáticas puedan hacerla resultar un poco excesiva en algunos momentos. La acción nos sitúa en un colegio de secundaria el día que comienza una nueva profesora sustituta, Carla Nowak (Leonie Benesch), tan idealista como inexperta en el manejo de las complejas situaciones que se le van a presentar. El colegio es cualquier cosa menos una balsa de aceite, al parecer llevan una temporada produciéndose robos tanto en las aulas como en la sala de profesores y la directora lo ha convertido poco menos que en un estado policial en el que los interrogatorios están a la orden del día fomentando, incluso, la delación entre compañeros o dando por buenas las sospechas sin pruebas.

Sala de profesores

A medida que las cosas se van calentando más de la cuenta, Carla, auténtica protagonista del film, intentará jugar sus propias cartas con mejor voluntad que acierto y acabará complicándose la existencia a sí misma y crispando, más aún, el ambiente del colegio.

El robo (prácticamente incitado por ella misma) que sufre la propia Carla, los medios que ha utilizado para descubrir al culpable y la ligereza con la que acusa a quien, a todas luces, parece culpable, desencadenarán la tormenta perfecta en la que alumnos, padres y profesores entrarán en permanente conflicto sin que nadie, absolutamente nadie, haga las cosas bien.

Con estos ingredientes, Ilker Çatak escribe (junto a Johannes Duncker) un guion cargado de personajes ambivalentes y dilemas éticos que dirige con pulso firme, dando tensión dramática al metraje con un montaje electrizante y una muy inquietante banda sonora de Marvin Miller con los que mantiene al espectador con la continua sensación de que algo está a punto de pasar.

Y este es uno de los grandes méritos del film, la creación de un ambiente tenso y claustrofóbico (la cámara apenas sale del colegio en toda la película) en el que, además de los citados montaje y música, se suma la gradual incorporación de personajes y situaciones que complican las cosas cada vez más. La entrevista a Carla y su tergiversación por parte de los responsables de la revista del colegio (aprendices del peor periodismo posible) es un buen ejemplo de esto. Como lo es el hecho de que el joven Oskar (Leonard Stettnisch), un buen chico y brillante alumno al que las circunstancias colocan en el epicentro del conflicto decida tomarse la justicia por su mano.

La poderosísima interpretación de Leonie Benesch contribuye también a darle nervio al film, su rostro es capaz de modular todos los estados de ánimo posibles y crea un personaje alejado de todos los arquetipos vistos en los muchos dramas escolares que se han realizado a lo largo de la historia del cine. También Çatak se aparta de estos modelos planteando un film que ni juzga a sus personajes ni pontifica con discurso alguno. Presenta a los personajes, expone sus acciones y deja que todo siga el curso natural que siguen las cosas cuando la convivencia se maneja con reproches, gritos, amenazas e incluso golpes. Aunque estamos ante un drama escolar, la sensación, a menudo, es que nos encontramos ante un thriller policial en el que no está claro quiénes son los héroes ni quienes los villanos.

Aunque como se apuntó al principio, algunas situaciones pueden resultar excesivas, la película no pierde credibilidad en ningún momento y mantiene al espectador en un permanente estado de tensión. Sala de profesores es una de esas películas que invitan a acalorados debates a la salida del cine.  Cada situación plantea un dilema ético que admite opiniones encontradas. Cada personaje tiene un posicionamiento cuestionable pero comprensible.

Sala de profesores

8

Puntuación

8.0/10

2 COMENTARIOS

  1. Personalmente me desilusionó esta peli. La sentí exagerada y forzada en varios sentidos. Algunos elementos que al principio me resultaban de los más valiosos (como la banda sonora) fueron, a mi parecer, explotados a un punto que los vuelve efectistas y superficiales. Me dejó un gusto bastante amargo luego de verla.

  2. SALA DE PROFESORES
    Fallos en el sistema colectivo
    Quizá el espectador se acerque a esta sala, a este claustro de profesores, recordando la temática de “La clase” de Canet o el “Hoy empieza todo”, o “La ola” (todos con camisa blanca identificativa) de…, más cuando en boca de los profesores el profesorado no necesita…, y cuando en boca de todos los padres el profesorado necesita… Pues no; aunque sí. Ahí quedan los peligros de los totalitarismos políticos entre las víctimas de los hogares desestructurados. Además, ante tanta vacuidad en las salas de proyección puede sonar la flauta. Añadamos que el personaje central-Carla- figura como polaca, y que tanto el director como el guionista se educaron en Estambul. Si Carla, la idealista profesora, es un personaje estirado que se atraganta al espectador, también los profes, uno por uno, repelen en cuanto a educadores de los que son reflejo. Prejuicios raciales, bullying, grado de adultez personal o colectivo, madurez relativa, tratar a los menores como adultos y como iguales, olvido de la aplicación del ”si natura non dat…” son aspectos que se van desgranando
    ¿Es una crítica sobre si es acertada la estructura del sistema escolar? ¿Son aceptables los métodos coercitivos de la investigación del colegio? Los detalles se dan intercalados entre los diálogos. Como, ejemplo, la cultura turca de cortar las piernas al hijo ladrón, que dice el chofer. Convivencia imposible de culturas, convivencia forzada, intereses encontrados. Todos prestos a defenderse con el ataque como mejor estrategia de defensa. Los padres, los profesores, los alumnos, el colegio… Un microcosmos con un lenguaje apropiado para cada cultura y con reparos; porque con términos como igualdad, libertad, prensa sin censura… pero olvidando sus motivos y efectos; ni verdad ni mentira para nadie, siempre depende del prisma con que se mira. Película muy recomendable. Cine bien realizado, bien interpretado. Problema actual el que muestra. Las soluciones están en el compromiso de cada quien. Haz tu opinión.

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