Con la Espiga de Honor a Blanca Portillo, la Semana Internacional de Cine de Valladolid (Seminci) ha aplaudido la versatilidad de una actriz que cuenta con el beneplácito de la crítica y el público por su prolífico trabajo tanto en los escenarios como en la gran pantalla.
La actriz, galardonada con el Goya por Maixabel (2021), de Iciar Bollain, Premio a la mejor interpretación femenina en Cannes por Volver (2006), de Pedro Almodóvar, y Concha de Plata en San Sebastián por Siete mesas de billar francés (2007), de Gracia Querejeta, ha recibido hoy la Espiga de Honor con la que la 68 Seminci reconoce una trayectoria repleta de éxitos tanto sobre los escenarios como detrás de la pantalla.
Portillo se ha convertido en un nombre imprescindible del panorama interpretativo nacional, con el aval añadido en el campo escénico de sus cinco premios MAX o el reciente Premio Corral de Comedias del Festival Internacional de Teatro Clásicos de Almagro. Emocionada, la intérprete, protagonista de Teresa, la última película de Paula Ortiz cuyo estreno mundial ha tenido lugar también hoy en la Sección Oficial, fuera de concurso, ha recibido el premio a manos de Asier Exteandia, quien se ha referido a ella como uno de sus «referentes más importantes». La actriz ha declarado: «No sé si lo que he hecho merece esto, pero sé que he puesto la vida y el corazón en ello».
Portillo ha recordado las veces que ha pisado las tablas del Teatro Calderón con distintas obras y ha definido el galardón como «un abrazo» que recibe «inmensamente feliz y honrada». Su compañero de reparto en Teresa le ha entregado el reconocimiento a quien sitúa como uno de sus «referentes» más importantes también en el ámbito personal, ensalzando:
Es muy impresionante ver a alguien a tu lado trabajando que pone por delante su profesión y el amor a su profesión que a sí misma. He visto a Blanca poner en riesgo su vida emocional, su vida económica, su físico por sacar adelante los personajes que le tocaba hacer.
La periodista Marta Medina, presentadora de la Gala del Cine Español en la que se ha entregado la Espiga de Honor, ha recordado los méritos de la «todoterreno» Blanca Portillo y sus cuatro décadas «haciéndonos soñar y entender mejor el mundo». La actriz ha avanzado por el patio de butacas del Teatro Calderón para recoger la Espiga al ritmo de «Losing My Religion» de R.E.M. y de varios minutos de aplausos con el público en pie.