Las críticas de David Pérez «Davicine» en la 68 SEMINCI:
Animal
Kalia, madre soltera, lleva más de una década como animadora de un hotel al que Eva, con veinte años y procedente de Polonia, acaba de llegar para desempeñar el mismo trabajo. Sus historias se entrelazan en Animal, ganadora del Premio a la mejor interpretación en Locarno y exploración de la rutina de coreografías, bingo y alcohol que constituye la jornada de los empleados de un todo incluido en el archipiélago heleno que Sofia Exarchou filma bajo la deslumbrante y multicolor luz de unos focos que alumbran una frenética noche de la marmota.
Escrita y dirigida por Sofia Exarchou, Animal está protagonizada por Dimitra Vlagopoulou, Flomaria Papadaki, Ahilleas Hariskos y Voodoo Jürgens, entre otros. La película se presentó en el Festival de Sundance 2023 y se ha presentado a nivel nacional en la 68 Seminci.
Un verano todo incluido
El primer largometraje de Sofia Exarchou, Park (2016), fue ampliamente aclamado tras su estreno en los festivales de Toronto y San Sebastián, donde ganó el Premio Nuevos Directores, y en su nueva película vemos cómo los hoteles todo incluido son la máquina turística griega y sus animadores son los trabajadores que brindan entretenimiento, pero nos plantea una interesante pregunta sobre todo lo que rodea esta faceta turística: ¿Qué significa tener que ponerse el mismo disfraz, interpretar los mismos papeles y entregar todos los días con la misma energía y sonrisas?
Vivimos una época en la que no son pocas las películas ambientadas en centros turísticos de los que incluyen de todo, formando casi un subgénero cinematográfico que ha dado grandes sorpresas recientemente. Sofia Exarchou recoge el testigo y arranca su historia con la temporada veraniega y la recepción tanto de animadores como de clientes en una isla griega, girando la acción alrededor de los trabajadores del hotel Mirage. En un ambiente donde la decadencia parece haber empapado cada rincón del hotel, estos animadores deben trabajar exhaustivamente en la creación de espectáculos escénicos que ofrezcan la ilusión de pasar un buen rato a los turistas allí presentes.
Cruces de caminos sin rumbo
He de admitir que nunca he sido demasiado fan de los hoteles y cruceros con todo incluido, aunque respeto que haya gente de todas las edades que acudan a estas ofertas turísticas para desconectar completamente. Dentro de estas opciones de vacaciones hay todo tipo de hoteles, y Animal se centra en uno donde la decadencia parece estar presente, y el ambiente no es precisamente el más festivo de todos. Las historias de los trabajadores ya presentes con los nuevos fichajes se cruzan como carreteras sin rumbo que poco pueden hacer para cambiar su destino.
El mundo del espectáculo nunca ha estado tan en boca de todos como ahora, con la huelga de actores en Hollywood, y si allí mismo vemos como actores que trabajan en series con millones de espectadores deben tener un segundo trabajo, qué no tendrán que hacer para sobrevivir los personajes de Animal, de quienes sabemos que trabajan en el mejor hotel de la zona pero viven en pésimas condiciones y se apresuran a intentar conseguir un trabajo extra por las noches para no vivir tan ahogados. Como dejan claras las historias de cada uno de ellos al presentarse, no están allí por ser su sueño trabajar en un resort, sino que todos son artistas (de teatro, de circo, de musicales,…) que buscan cualquier medio para hacer lo que aman y poder actuar.
Una mujer mirando al pasado y sin futuro
Al frente de la historia central tenemos a la bailarina Kalia, interpretada por Dimitra Vlagopoulou, quien ha estado haciendo este mismo trabajo desde hace años, intentando mantener la sonrisa mientras canta para una escasa cantidad de turistas. Este trabajo la permite mantenerse a duras penas económicamente pero también ser otra persona durante unos instantes, consiguiendo salir de su triste existencia durante las actuaciones en las que simula ser una estrella de la música. En su camino se cruzará un espíritu afín, la de la joven e inexperta Eva, interpretada por Flomaria Papadaki, a quien vemos claramente (tanto ella como los espectadores) como una versión joven y con ilusiones de la propia Kalia, cuyo futuro no le depara nada mejor y de quien no se dice explícitamente por qué terminó trabajando en este hotel, pero se pueden sacar conclusiones con las pistas que nos van dejando.
Kalia, sintiendo que ha encontrado a un yo más joven, toma a Eva bajo su ala, y la introduce en un mundo de consumo excesivo de alcohol, sexo casual y fiestas sin fin, donde cada noche termina al amanecer y con una resaca difícil de aguantar pero que le facilita seguir adelante. Las historias de estas dos mujeres y el resto de animadores es mostrado casi a modo de documental, siguiendo de cerca los pasos de todos ellos en su día a día, tan de cerca que vemos aún más reforzada la tristeza que marca la vida de todos ellos y los polvorientos alojamientos en los que residen mientras esperan volver a actuar en el siguiente turno de trabajo. Esa oscuridad y tristeza que impregna cada escena viene aderezada con pequeños toques de humor negro en algunas escenas que implican a los turistas a quienes animan, pero la sensación apesadumbrada que baña cada plano es tan marcada que nos provoca una pena que durará incluso tras su visionado.
Presentada a nivel nacional en la 68 Seminci, Animal es una película sencilla y desoladora pero altamente efectiva, capaz de reflejar el dolor de sus personajes y trasladarnos la tristeza de sus vidas mientras son incapaces de encontrar una salida a la oscuridad de su día a día, consiguiendo conmover con sus tristes historias y sus brillantes actrices.