Las críticas de Laura Zurita:
Vida perra
Reggie, un border terrier ingenuo y optimista hasta la médula, acaba abandonado en las despiadadas calles de la ciudad por su dueño, Doug, aunque totalmente convencido de que todo ha sido un malentendido y que su adorado compañero de vida nunca se desentendería así de él. Pero cuando se topa con un locuaz y malhablado Boston terrier llamado Bug, un perro vagabundo que adora su libertad y que cree que lo de tener dueño es de perdedores, Reggie por fin se da cuenta de que vivía inmerso en una relación tóxica y empieza a ver a Doug como lo que de verdad es: un tiparraco despreciable y desalmado. Decidido a vengarse Reggie, Bug y los colegas de este -Maggie, una espabilada pastora australiana que se ha visto relegada por el nuevo cachorrito de su ama; y Hunter, un angustiado gran danés que vive estresado por su trabajo como animal de terapia emocional- urden un plan y se embarcan en una épica aventura para ayudar a Reggie a encontrar el camino de vuelta a casa… y hacer que Doug pague por sus actos.
Vida perra está dirigida por Josh Greenbaum, con las voces de Santi Millán, El Monaguillo, Susi Caramelo y Raúl Cimas en la versión española. La película se estrena en España el 22 de septiembre de 2023 de la mano de Universal Pictures International Spain.
Parodia de película de mascotas
El formato de Vida perra sigue de cerca otras películas en las que vemos el mundo desde el punto de vista de las mascotas, más concretamente los perros. Pero en tanto las películas de animales suelen rezumar ternura y buenos sentimientos, desde la emblemática 101 dálmatas (Clyde Geronimi, Hamilton Luske y Wolfgang Reitherman, 1961) hasta Beethoven. Uno más de la familia (Brian Levant, 1992), por citar solo dos, Vida perra es… otra cosa. Es una película para adultos, subida de tono, que no está destinada para llevar a los niños al cine. Parodiando las dulces historias de mascotas bienintencionadas, Vida perra nos presenta un coprotagonista macarra, chulo, gamberro y muy malhablado, que dibuja la vida de mascota abandonada como un paraíso golfo.
Esto es algo que me chocó de entrada, porque los dueños crueles e irresponsables, las mascotas abandonadas y los sufrimientos de estas últimas son un gran problema en España, y me cuesta que se pueda banalizar de esa manera. Tuve que abstraerme de esto para ver la película, y verla como la parodia que es.
Reggie, nuestro protagonista, ama incondicionalmente a su persona, Doug. La manera de la que se retrata al dueño de Reggie, en la que las dulces palabras de Reggie sobre su humano se superponen a la vida real, es hilarante, construyendo escenas que son de lo mejor de la película. Despierta sonrisas que son, al mismo tiempo, algo incómodas, estamos viendo una relación tóxica levemente caricaturizada, tan cercana a la realidad no ya solo con perros, sino entre personas.
Cuando Reggie es abandonado y Bug lo toma bajo sus alas protectoras, comienzan una serie de peripecias de estos dos y sus amigos Maggie y Hunter (este último, un personaje estupendo, probablemente el mejor caracterizado de la película). Peripecias desatinadas, locas, increíbles, desde pizzas gratis hasta setas con trucos, para dar a Reggie su gran deseo, vengarse.
Desinhibida y soez
Vida perra es a veces divertida, francamente hilarante y muy desinhibida. Otros tramos son de humor tan simplón y soez que irrita más que divierte, entre ellos unos episodios de pura escatología que consisten en ver a sujetos en situaciones incómodas. A menudo los chistes se repiten varias veces con pocas variaciones, y pierden un poco de chispa. En conjunto irregular, pero siempre muy gamberra. La película hará que el público al que le guste el humor vulgar, deslenguado y desenfrenado se divierta mucho, y al que no le parecerá más bien indiferente.
Los personajes de Vida perra están bien animados, mezclando con soltura los movimientos reales con los efectos especiales, de tal manera que parecen naturales y espontáneos. Los actores perrunos son adorables, y despiertan nuestra simpatía, aunque a veces sean gamberros a más no poder. Es acción real, pero tiene un cierto aire de animación que le sienta bien.
Vida perra es una película gamberra, cine de adultos levemente disfrazado de película animal. A ratos divertida, a menudos escatológica, está destinada a un público al que le gusta el humor desenfrenado y soez.
¿Qué te ha parecido la película Vida Perra?
Vida Perra
