Las críticas de Laura Zurita:
Todos los nombres de Dios
Tras un atentado, Santi es tomado como rehén por Hamza, el único terrorista superviviente. Un giro inesperado intercambia los papeles y Santi se convierte en una bomba humana caminando por la Gran Vía de Madrid con un chaleco cargado con explosivos. Los servicios de inteligencia, emergencia e incluso los medios de comunicación, unirán fuerzas para salvarle la vida en un impresionante despliegue de medios con consecuencias inesperadas. Todos los nombres de Dios está dirigida por Daniel Calparsoro, e interpretada por Luis Tosar, Patricia Vico, Inma Cuesta, Nourdin Batán, Fernando Cayo, Lucas Nabor, Joan Solé y Roberto Enríquez. La película se estrena el 15 de septiembre del 2023 de la mano de Tripictures.
Drama humano en forma de un sólido thriller
Luis Tosar es un estupendo actor que nos ha regalado muchos personajes inolvidables y muy diversos, desde el épico preso de Celda 211 al retorcido portero de Mientras duermes, por citar solo un par de ellos. En Todos los nombres de Dios es un hombre anónimo, un taxista que hace el turno de noche. Nos lo encontramos cansado y muy somnoliento, ya de camino a casa, cuando estallan unas bombas en el aeropuerto de Barajas. Resulta ser un atentado islamista, llevado acabo por terroristas suicidas, en el que Santiago se ve envuelto muy en contra de su voluntad.
Empieza así un sólido thriller, filmado con nervio y sentido del ritmo. Las escenas de acción están rodadas con la pericia y el sentido visual que caracterizan al Calparsoro. Llama la atención lo fotogénico que se ve Madrid en Todos los nombres de Dios, ya sean las imágenes panorámicas, que muestran una ciudad moderna y llena de vida, o las imágenes de los barrios populares donde viven los protagonistas. Especialmente impactantes son las escenas de Santiago caminando por el renovado edificio de Correos, sede del Ayuntamiento, o por la emblemática Gran Vía, que se convierte en un camino fabuloso, sufriente y casi interminable en manos de Calparsoro.
Para que un thriller funcione adecuadamente es importante que nos interesen los personajes y lo que les acaece, y esa dimensión humana es el punto más fuerte de Todos los nombres de Dios. Bajo la forma de una película de acción vemos desarrollarse un profundo drama humano. Un drama sobre la pérdida, el duelo y la pena, que importa tanto o más que el episodio de la bomba y presta a esta película una profundidad que la distingue de otros productos más superficiales y menos interesantes.
Película coral
Los personajes están bien dibujados, haciendo de Todos los nombres de Dios una película coral en la cual cada personaje tiene su momento, y muchos matices. Santiago y su familia son creíbles, tanto en su día a día como en su comportamiento en momentos críticos. El terrorista suicida no es solamente un asesino, sino también un hombre joven que se debate entre el fanatismo, la violencia y el miedo, en tanto sus jefes se mantienen cautelosamente al margen del peligro. Una escena memorable es aquella en la que se describe el horror de los atentados terroristas sobre las víctimas civiles, a los que les cuesta comprender cómo se han visto sumidos en un infierno en una fracción de segundo, sin comerlo ni beberlo. La descripción de la acción policial es más escueta y esquemática, y es quizás la menos sólida y la que requiere que ejerzamos la suspensión de la incredulidad en algún momento.
La tensión en Todos los nombres de Dios va de menos a más, con un tiempo pausado al principio, que va aumentando conforme transcurre la acción, terminando con una narración que exprime los nervios del espectador en tiempo real. La música, ausente en largos tramos, va acompañando a la tensión en un crescendo que se transforma en puro sentimiento en un epílogo lleno de significados. Todos los nombres de Dios termina con una clara referencia a los 99 nombres de Dios en la tradición musulmana, que da título a la película, por cierto un título impactante y fácil de recordar, que seguro llame la atención de muchos espectadores.
Luis Tosar está estupendo en su papel de víctima, mientras el mundo se carga en sus hombros inopinadamente, lo que paradójicamente le permite enfrentarse a un dolor más intimo y escondido. También está soberbia Patricia Vico como Laura, su esposa y compañera, que aun con sus pocas líneas de texto nos deja ver todo un panorama de emociones y sentimientos. Inma Cuesta parece quizás demasiado joven para su papel, pero lo defiende con bravura, y le transmite una humanidad que es necesaria para entender cómo se comporta.
Todos los nombres de Dios es un solido thriller que debe buena parte de su interés a personajes bien dibujados y un profundo y verosímil drama humano. La película está rodada con perfidia y buen sentido del ritmo, y es una excelente opción para el público que busca entretenimiento de calidad.