Las críticas de David Pérez «Davicine» en el 71 Festival de San Sebastián:
Kalak
Jan huye de sí mismo tras haber sido agredido sexualmente por su padre. Viviendo en Groenlandia con su pequeña familia, ansía formar parte de su cultura abierta y colectivista y convertirse en un Kalak, un «sucio groenlandés».
Escrita por Isabella Eklöf, Sissel Dalsgaard Thomsen y Kim Leine, y dirigida por Isabella Eklöf, Kalak está protagonizada por Asta August, Emil Johnsen, Soren Hellerup, Hans Jukku Noahsen y Connie Kristoffersen. La película se presenta en España en la Sección Oficial de la 71 edición del Festival de San Sebastián.
Tras escribir Border, nos sorprende de nuevo con Kalak
Isabella Eklöf (Suecia. 1978), graduada como directora en la Escuela Nacional de Cine Danesa en 2011, debutó en 2018 con su primer largometraje, Holiday, con el que compitió en Sundance y ganó el Grand Prix en el Festival New Horizons de Polonia. Como guionista, ha coescrito el guion de Border (Ali Abbasi, 2018), ganadora del Premio Un Certain Regard en el Festival de Cannes. También ha trabajado en televisión, dirigiendo episodios para las series The Servant, de Apple TV, e Industry, de HBO.
Kalak es su segundo largometraje, y su título proviene de un término groenlandés que puede significar algo bueno o algo malo, tal cual dejan claro desde el principio de la película al decírselo al protagonista. Habitualmente se emplea en Groelandia con cierta connotación despectiva para decir “sucio groelandés”, aunque en rigor quiere decir “auténticamente groelandés”, que es a lo que aspira el protagonista, Jan.
Temas conocidos desde perspectivas diferentes
Eklöf nos presenta múltiples historias dentro de su película, basada en un libro autobiográfico de Kim Leine, pero sobre todo lo que destaca es su capacidad para presentar temas tratados anteriormente desde una perspectiva distinta. Por un lado tenemos una historia de integración, de alguien que quiere integrarse como cualquier nativo en una pequeña comunidad en Groelandia; por otra parte, una historia de olvido, de dejar atrás un pasado familiar como consecuencia de abusos sufridos durante su infancia; también nos encontramos una historia de conflictos matrimoniales, donde el protagonista parece dirigir a pique su matrimonio por su comportamiento desapegado y promiscuo; por último, una historia de sometimiento sexual, el que sufren resignadas muchas mujeres en las pequeñas comunidades groelandesas, pero se puede extrapolar a cualquier parte.
Prácticamente todas las tensiones de la película surgen del pasado y presente de Jan, interpretado por el actor noruego Emil Johnsen, un papel de gran complejidad sacado adelante con gran naturalidad y una capacidad sorprendente para adaptarse a las situaciones, mostrándose vulnerable ante sus recuerdos, y duro y frío cuando toma las riendas de su vida sexual, siendo dos de las facetas de su vida que acaban siempre ante la misma pregunta: “¿Se me puede amar si he sido abusado?”. Habitualmente en este tipo de películas, los motivos del sufrido pasado del protagonista se revelan al final, pero en Kalak queda todo claro desde la misma escena inicial, cuando el adolescente Jan es abusado sexualmente por su padre pedófilo Ole (interpretado por Søren Hellerup), en una escena muy directa y explícita, dejando constancia de los motivos y el alcance del trauma del protagonista.
Johnsen está acompañado por muchos intérpretes groenlandeses, entre los que cabe destacar Berda Larsen, quien interpreta también un complejo personaje que ha debido rehacer su vida a pesar de los traumas del pasado, lo que hace con gran naturalidad siendo una mujer que por desgracia ha vivido las experiencias mostradas en pantalla.
Al igual que el reparto es importante, no menos relevante es la localización donde tiene lugar gran parte de la película, rodada en la costa oeste de Groelandia, un paisaje hermoso pero austero, donde la historia original tiene lugar, lo que permite a la directora empaparse aún más de las emociones y sentimientos de las mujeres nativas, pudiendo dotar de mayor fidelidad a las historias de estas mujeres en pantalla. De esta zona son muchos de los actores de la película, que no son profesionales en su mayoría al ser residentes de estos fríos parajes.
En resumen, Kalak es una película que exige mucho del espectador, llevando las emociones a flor de piel, mientras cuenta una historia cuyo recuerdo nos dará escalofríos pero no solo por su gélida localización.
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Kalak
