Las críticas de David Pérez «Davicine» en el 76 Festival de Locarno:
Stepne
Ambientada en medio de impresionantes paisajes invernales ucranianos y sentimientos emergentes de alienación entre las personas en una sociedad postsoviética, Stepne es la historia de Anatoliy, un hombre que regresa a casa para cuidar de su madre moribunda. Un encuentro con su hermano y una mujer que ama le hace reflexionar sobre las decisiones que tomó en el camino. Y justo antes de su muerte, la madre le habla a Anatoliy sobre un tesoro… Dirigida por Maryna Vroda, Stepne está escrita por Vroda junto a Kirill Schuvalov, y cuenta en su reparto con Oleksandr Maksiakov, Nina Antonova, Oleg Primogenov y Radmila Shchogolieva. La película ha podido verse en la Sección Concurso Internacional del Locarno Film Festival 2023.
Pasado y presente de un país en guerra
Nacida en 1982 en Ucrania, Maryna Vroda se graduó en dirección en la Universidad Nacional de Teatro, Cinematografía y Televisión IK Karpenko-Kary de Kiev. En 2011 su cortometraje Cross ganó la Palma de Oro en Cannes, y tras varios trabajos más en el mundo del cortometraje, Stepne es su primer largometraje, con el que trata el tema de la desaparición, la partida y la separación de algo valioso.
Es obvio que desde hace tiempo Ucrania está siendo noticia a nivel mundial por los recientes acontecimientos bélicos en los que se ha visto involucrada, pero Marina Vroda ha optado por capturar el pasado y el presente en esta historia familiar que nos lleva hasta el sombrío e inhóspito pueblo donde Anatoly (Oleksandr Maksiakov) ha regresado a casa para cuidar de su moribunda madre (Nina Antonova), gravemente enferma y cuyos recuerdos se están desvaneciendo. El frío paralizante, la escasez de alimentos y la complicada relación con sus vecinos hacen muy difícil la tarea de Anatoly, quien a su vez intenta desesperadamente convencer a su hermano (Oleg Primogenov) de la urgencia de una visita.
Los habitantes de mayor edad de la zona nos presentan historias del dolor del pasado, un dolor presente en la actualidad, que sirve de triste retrato de la identidad ucraniana pero en la que su resiliencia no solo es admirable sino también aporta un toque de humor que suaviza la pena que podríamos sentir con esta historia de supervivencia.
Cuando el tiempo se congela
Retratar lo que acontece en un páramo ucraniano invernal donde el tiempo parece haberse detenido solo se logra a través de un ritmo pausado y escenas que paladean cada plano, casi congelado, siendo una propuesta visual que refuerza la imagen que tenemos de estos supervivientes de un pasado soviético para quienes parece que la historia hace tiempo los olvidó.
Los acontecimientos presentes son imposibles de dejar de lado, aunque no es la misión de Vroda ponerlos al frente de la historia. Anatoliy y su hermano se despiden de su madre con recuerdos del pasado, viejas historias que no se olvidan del hambre y el frío que han pasado, de las tensiones políticas y la dura vida que ha dejado su huella en los rostros tallados de los ancianos de la zona, quienes conocen la felicidad a través de canciones melancólicas y y un buen vaso de vodka.
Stepne es el pausado y escalofriante debut en el largometraje de Maryna Vroda, con cierto aire documental, con el que nos presenta el dolor del pasado en un país donde aún a día de hoy siguen sufriendo penurias, y lo hace a través de una puesta en escena fría, con un ritmo lento y una sensación melancólica que, a pesar de lo que nos cuenta, nos deja una gran sensación de paz.