Las críticas de Daniel Farriol:
Reposo absoluto
Reposo absoluto (Bed Rest) es un filme de terror estadounidense que está escrito y dirigido por Lori Evans Taylor. La historia sigue a un joven matrimonio que se muda a una nueva casa tras quedarse ella embarazada. Tras un accidente doméstico, la mujer recibe la recomendación médica de guardar reposo absoluto en la cama, ya que el anterior bebé de la pareja nació muerto. Los demonios del pasado tomarán forma en la nueva casa y les harán preguntarse si su casa está embrujada o está todo en la cabeza de la mujer.
Está protagonizada por Melissa Barrera (Scream VI, Sigue respirando), Guy Burnet (The Feed, Le Musk), Edie Inksetter (Spiral: Saw, Rabid), Kristen Harris, Erik Athavale, Kristen Sawatzky, Frederick Allen y Lorrie Papadopoulos. La película se ha estrenado en España de la mano de Diamond Films el día 7 de Julio de 2023.
El duelo perinatal como base para una típica película de fantasmas
Reposo absoluto parte de una premisa bastante interesante como es la de retratar a través de lo sobrenatural las consecuencias psicológicas del duelo perinatal y cómo afecta esa experiencia durante un nuevo embarazo. Sin embargo, la guionista y directora Lori Evans Taylor no sabe muy bien qué hacer con ese material tan sensible en sus manos y prefiere decantarse por una rutinaria galería de lugares comunes asociados al subgénero de casas encantadas que desperdicia todas las posibilidades dramáticas y/o psicológicas que tenía la historia inicial.
Julie Rivers (Melissa Barrera) está embarazada y se muda a una nueva casa con su marido Daniel (Guy Burnet), en busca de dejar un trágico pasado atrás. La pérdida de su anterior bebé en el momento del parto desembocó en una fuerte depresión y otros problemas psicológicos que la llevaron incluso a ser internada en un centro psiquiátrico tras sufrir una disociación mental vinculada a delirios alucinatorios. Por suerte, todo eso ya ha pasado y la pareja vuelve a afrontar el futuro con entusiasmo… hasta que un accidente doméstico debido a una caída fortuita por las escaleras provoca en la madre un leve desplazamiento de la placenta y el doctor le aconseja que se mantenga en reposo absoluto durante el resto del embarazo, es decir, los siguientes 56 días.
Esa cuenta atrás se nos irá recordando con rótulos que servirán como separadores de las distintas experiencias paranormales por las que pasará la mujer embarazada al quedarse sola en casa mientras su marido trabaja. Julie comenzará a experimentar inquietantes visiones donde aparece un niño de 4 o 5 años que justo sería la edad que ahora tendría su hijo fallecido…
¿Son reales los fantasmas o producto de la imaginación?
Aunque el guion de Reposo absoluto se vendió a las productoras como una combinación de elementos hitchcockianos, lo cierto es que se aleja bastante de la sutileza del suspense en busca del impacto fácil de los jump scares y jugando con elementos tan básicos como un armario que se abre solo o una cámara vigilabebés que capta las apariciones (pero que no las graba para que así nadie pueda corroborar la historia de la protagonista). La película utiliza el punto de vista de la protagonista que se convierte entonces en una narradora no fiable dado su historial clínico, es un juego habitual para hacer dudar al espectador de si lo que ocurre es real o solo está en su cabeza.
Eso mismo pensará el marido de Julie, un tipo que no se entera de nada y confía más bien poco en todo lo que le cuenta su mujer. Tampoco será de gran ayuda la presencia de una cuidadora, Delmy Walker (Edie Inksetter), un personaje ambiguo que parece ocultar algún secreto consigo y que potenciará el paulatino aislamiento emocional que sufre la mujer embarazada mientras debe permanecer postrada en la cama. La actriz Melissa Barrera consigue transmitir toda la angustia por la que pasa y las dudas sobre su cordura.
El único que parece creerla es el gato, pero es un animal tan independiente que incluso cuando se pone a jugar con una pelotita desde debajo de la cama resulta que no está en la habitación… Y es que, desde la terrorífica Al final de la escalera (Peter Medak, 1980), son muchas las pelis de terror que han jugado con ese mismo elemento para interactuar con los fantasmas.
Una película que pierde el foco
Reposo absoluto es una película de terror genérico con dos partes diferenciadas. La primera transcurre con bastante lentitud para generar la atmósfera sobrenatural adecuada que permita desatarse durante un tercer acto con más acción. Sin embargo, por desgracia, ambos segmentos tienen el mismo problema de falta de personalidad en una película que se arrastra desapasionadamente a través de escenas-cliché del género que otros ya filmaron antes con mayor pericia. Ni los sustos, ni el terror psicológico, ni las presencias fantasmagóricas, logran aportar nada nuevo a la película de Lori Evans Taylor, más allá de su acertado uso de los espejos para la puesta en escena.
Se evidencia cierta influencia del terror gótico británico que se realizaba en los años 60/70 utilizando códigos formales actualizados a los nuevos tiempos (móviles, cámaras…), pero pierde la esencia por el camino debido al excesivo peso que adquiere lo melodramático sin tener la profundidad psicológica necesaria en el perfilado de los personajes. En ese sentido, el final incluye una escena más propia de la candidez de Autopista hacia el cielo que de terror puro, se entiende la intención, pero carece de emoción sincera.
No hace mucho asistí a una charla del director de fotografía José Luis Alcaine donde explicaba que la gran diferencia con el cine actual es que antes no existían los desenfoques. En varias secuencias de esta película tenemos una torpe muestra del uso de ese defecto de foco como si fuera un elemento narrativo, me parece inconcebible que no sean capaces de repetir una toma cuando algo así sucede en un plano donde el desenfoque no tiene una utilidad dramática. Reposo absoluto acaba siendo un pasatiempo ligero para los aficionados más cafeteros de un género en el que muchos se empeñan en repetir viejas fórmulas manidas.
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