Las críticas de Laura Zurita:
Oppenheimer
En tiempos de guerra, el brillante físico estadounidense Julius Robert Oppenheimer (Cillian Murphy), al frente del proyecto Manhattan, lidera los ensayos nucleares para construir la bomba atómica para su país. Impactado por su poder destructivo, Oppenheimer se cuestiona las consecuencias morales de su creación. Desde entonces y durante el resto de su vida, se opondría firmemente al uso de armas nucleares.
Oppenheimer está co-escrita y dirigida por Christopher Nolan e interpretada por Cillian Murphy (J. Robert Oppenheimer), Emily Blunt (Katherine Oppenheimer), Matt Damon (Leslie Groves), Florence Pugh (Jean Tatlock), Robert Downey Jr. (Lewis Strauss), Rami Malek (David Hill), Benny Safdie (Edward Teller), Michael Angarano (Robert Serber), Josh Hartnett (Ernest Lawrence) y Kenneth Branagh (Niels Bohr). La película se estrena en España el 20 de julio de 2023 de la mano de Universal Pictures España.
La obra de un maestro
Christopher Nolan es, sin duda, uno de los grandes directores vivos. Sus títulos han hecho historia del cine, desde su inolvidable debut en Memento, pasando por Insomnia, El caballero oscuro, Origen, Interestellar, la impresionante Dunkerque y Tenet, tan denostada en su día, pero a la que el tiempo está poniendo en su propio y destacado lugar. Nolan ha demostrado su capacidad de mantener su capacidad de sorprender y una mirada personal e innovadora de rodar películas de autor manteniendo su sello propio, aunque trabaje con los todopoderosos grandes estudios.
Nolan ha rodado Oppenheimer usando la tecnología IMAX, y recomienda ver la película es este formato. El resultado es extraordinaria, deslumbrante, proporcionando al espectador un espectáculo total, una fiesta de imagen y sonido, aunque Oppenheimer es mucho más que solo técnica. A veces Nolan se hace barroco hasta el exceso, abrumando al espectador al tratar de explicar todos los detalles, pero son pocos momentos, un defecto menor que no desluce el extraordinario resultado de conjunto.
Desde el punto de vista narrativo, Oppenheimer no es un biopic al uso. La película se centra en el periodo de la vida de Julius Robert Oppenheimer en la que contribuye a crear y dirige el Proyecto Manhattan, y la investigación a la que fue sometido posteriormente. Es tanto el retrato de un hombre fuera de serie, del proyecto Manhattan, unos de los secretos mejor guardados de la historia, y del contexto histórico en que transcurre la persecución a un científico de pensamiento independiente. Muestra de manera sobrecogedora cómo la paranoia del macartismo se infiltraba en todas las esferas de la vida, con penosas consecuencias en la vida de miles de personas, tanto en la esfera científica como vemos en Oppenheimer, o en el mundo de la cultura, como ya vimos en la estupenda Trumbo. Dicho sea de paso, este proceso fue una reacción sorprendentemente desagradecida a un hombre que contribuyó como pocos a ganar la segunda guerra mundial, tan injusta como lo fue la manera de la que se trató a Turing en el Reino Unido, como nos muestra The Imitation Game (Descifrando Enigma).
La lucha interior de Julius Robert Oppenheimer, cuando se da cuenta cabal de lo mortal y terrible que son las bombas que ha ayudado a crear, y los dilemas morales que dieron lugar a su lucha posterior para regular el uso de bombas atómicas, están narradas de manera sobria y discreta, pero intensa. Oppenheimer está lejos de los retratos refulgentes de héroes monolíticos e infalibles, y, por eso mismo, el espectador se involucra en la acción. Por ende, se nos invita a la reflexión y al pensamiento crítico, lo que se agradece en un panorama cinematográfico que, salvo excepciones, queda desoladoramente plano.
Excelente trabajo técnico
En Oppenheimer, Nolan ha decidido centrarse en efectos visuales clásicos, en lugar de centrarse en efectos digitales. El resultado es impresionante, y encaja a la perfección en la estética de la película, que evoca de manera efectiva y minuciosa la atmósfera de la época que retrata. El trabajo de ambientación, maquillaje y vestuario está cuidado al detalle, desde las oficinas llenas de papeles hasta los ensayos de las bombas, en los que todo se hacía manualmente y los participantes ignoraban las fueras que se iban a desatar. La caracterización de los actores es impecable, y se consigue un parecido extraordinario a los personajes, como puede comprobarse viendo fotografías de la época. Hasta la banda sonora, que recoge grabaciones analógicas, suena a años 50.
Nolan, como director de actores, es conocido por sacar lo mejor de los intérpretes con los que trabaja, como es el caso de Oppenheimer. Julius Robert Oppenheimer se retrata no como un héroe épico y monolítico, sino como un ser humano con luces y sombras. Es brillante, íntegro, idealista, pero también arrogante, mujeriego y ambicioso. Cillian Murphy hace un trabajo magistral, lleno de matices, metiéndose en la piel de un personaje complejo y atormentado y dejando ver un extraordinario paisaje de matices. Su mirada es siempre clara y brillante, aunque a veces atravesada de arrepentimiento o amargura.
El resto del reparto hace también un gran trabajo, desde Florence Pugh, siempre perfecta, encarnando a una psicóloga inteligente, sensible e inestable, Matt Dammon, que no busca glamour ni protagonismo, pero se come la pantalla con su sola presencia, tan metido en su papel que cuesta reconocerlo. También destacan Kennet Branagh, que da un recital de interpretación como un Bohr digno y lleno de sabiduría y un Rami Malek que, en una escena corta pero estupenda, muestra brillantemente cuán versátil y contundente sus interpretaciones pueden ser.
Oppenheimer es una obra prodigiosa, visualmente potente, minuciosamente documentada y magistralmente dirigida e interpretada. La recomendamos encarecidamente al ser una película excepcional, que merece verse en pantalla grande para poder disfrutarla en su plenitud.
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Oppenheimer
