Las críticas de Daniel Farriol:
Olvido
Olvido es un thriller dramático español que está dirigido por Inés París (La noche que mi madre mató a mi padre, Miguel y William) y cuenta con un guion de Fermín Palacios. La historia transcurre en Valencia, en el año de la gran riada, tras hallarse entre el barro los cadáveres de jóvenes que no han muerto ahogados. Una joven periodista iniciará una peligrosa investigación junto a un sargento de la policía local para esclarecer qué oscura conspiración se oculta tras los crímenes y porqué muchos pretenden taparla.
Está protagonizada por María Caballero (The First Omen, Alma), Morgan Blasco (Fishbone, La entrevista), Javier Butler (Novatos, Reset), Jorge Cabrera (Lucas, Unicornios), Carlos Olalla, Magüi Mira, Ramón Ródenas y Jordi Aguilar. La película tuvo su presentación en el marco del Festival Cinema Jove 2023 y puede verse en cines seleccionados gracias a La Dalia Films desde el día 29 de Junio de 2023.
Intriga con potente trasfondo histórico
Olvido es una ambiciosa producción independiente que sitúa la investigación de unos crímenes en el escenario de «la riuà» que asoló Valencia en el año 1957, con todo lo que eso conlleva implícitamente a nivel sociopolítico. La directora Inés París asume el reto y sale airosa gracias a una creíble reconstrucción histórica que saca un enorme partido a sus limitaciones presupuestarias. La trama del filme sigue a Olvido Granell (María Caballero), una joven periodista que trabaja en el periódico «Valencia al día» a las órdenes de su padre, Luis (Carlos Olalla), teniendo que lidiar con la etiqueta de ser la primera mujer en la redacción. Junto a su fotógrafo de confianza, Raúl Arnal (Javier Butler), acude a la desembocadura del río para cubrir la noticia de la Gran Riada, pero lo que allí encuentran entre el barro son varios cadáveres de jóvenes que no parecen haber muerto ahogados.
Se vivían tiempos oscuros en la posguerra con el liderazgo autocrático de la primera etapa del franquismo que, por aquel entonces, estaba sufriendo sus propias guerras internas que acabarían pergeñando el aperturismo internacional coronado con la visita de Eisenhower en 1959 unido al paulatino alejamiento de la influencia nazi. Pero antes, en el año 1957, el país estuvo marcado por las intensas lluvias que provocaron el desbordamiento del río Turia a su paso por la capital valenciana, algo que ocasionaría más de 80 muertos e incalculables daños materiales. Olvido rescata aquellos hechos históricos como marco ideal para construir un thriller criminal que pone en valor el poder de la palabra en la transmisión de la verdad de generación en generación.
Por eso no es baladí la elección del título, nombre de la periodista protagonista que también apela a la necesidad de recuperar nuestro pasado histórico a través de la memoria colectiva.
No es una película sobre «la riuà», es un thriller criminal
Sin embargo, en Olvido, tanto la riada como la convulsa situación política del país funcionan solo como telón de fondo y nunca asumen el verdadero protagonismo de la historia. La película prefiere enfocarse en los entresijos del cine de género a través de la investigación que realiza la periodista protagonista junto a un sargento de la policía, Joaquín Caplliure (Morgan Blasco), tras la extraña desaparición de pruebas relacionadas con unos cadáveres hallados en la cuenca del río. Ambos se meterán en serios problemas al desoír las órdenes de sus superiores, pero por el camino descubrirán una conspiración que tiene ramificaciones en distintos poderes fácticos y que, de manera tangencial, tiene relación con toda la situación política que explicábamos antes.
Por eso hay que dejar claro que, aunque la película comience con imágenes de archivo de la inundación, esta no es una película sobre el desastre de la riada. No se trata, pues, de una de esas historias de supervivencia y superación que tanto gustan al director del periódico donde trabaja Olvido (otra manera de evitar incomodar al régimen). Lo que nos propone Inés París es un thriller oscuro que funciona bajo los códigos habituales de un género que tuvo su auge durante los años 90, pero mediante una ambientación que busca alejarse de los estándares estadounidenses para centrarse en la propia idiosincrasia de nuestro país, es decir, algo similar a lo que hizo Alberto Rodríguez en La isla mínima (2014).
El resultado es irregular, pero siempre atrayente, tan solo se echa en falta una mayor valentía a la hora de integrar todo ese contexto sociopolítico alrededor de la trama criminal que durante su precipitado desenlace deja algunos cabos sueltos precisamente por la falta de concreción en su discurso.
Lo que no se cuenta
La directora Inés París siempre ha estado interesada en retratar temas de igualdad de género, de ahí su trabajo como socia fundadora en CIMA (Asociación de mujeres cineastas y de medios audiovisuales), así que tener como protagonista a una mujer periodista y madre viuda en los años 50, le permite sacar a relucir algunas desigualdades existentes y, de paso, homenajear a las pioneras que iniciaron un camino que aún hoy en día se sigue construyendo. En ese sentido, la película no pretende ser aleccionadora ni discursiva, tan solo muestra cómo eran las cosas.
Por eso, para mi, lo más interesante que tiene Olvido es lo que no se cuenta o, si se prefiere, lo que se cuenta desde la sutileza. La situación política de la España de posguerra mantenía a muchos ciudadanos como «ahogados en vida», así que la riada de Valencia me parece un emplazamiento metafórico excelente para la coexistencia de los personajes. Por ejemplo, la primera imagen que vemos de Olvido en la película es su reflejo invertido en un charco de barro, algo que incide en aquella sensación de ahogamiento para toda una generación de jóvenes que reclamaba en las universidades mayor tolerancia democrática a la hora de expresarse en libertad. Por desgracia, es una situación que vuelve a estar de actualidad con la irrupción de la extrema derecha en las instituciones y la amenaza a algunos derechos sociales adquiridos.
En un momento dado de la película, Olvido le pregunta al Sargento Caplliure: «¿Es usted creyente?; a lo que él responde: «Sí, pero creo más en el mal que en el bien». Olvido nos habla desde la superficie y desde su subtexto sobre cómo los tentáculos del mal asociados a las altas esferas del poder atrapan siempre a los más débiles o con menos recursos económicos.
La búsqueda de la verdad
Pero más allá de todas estas consideraciones sobre el posible subtexto de Olvido, el filme apuesta en primer término por una investigación detectivesca bastante entretenida que mantiene su interés hasta el final gracias a la pareja protagonista interpretada con solvencia por María Caballero y Morgan Blasco. Por encima de las limitaciones presupuestarias o una falta de ritmo dramático en momentos clave, destaca la dirección de producción y el trabajo de escenografía para hacer creíble este regreso al pasado, además de contar con una estupenda fotografía en tonos fríos creada para la ocasión por Javier Alomar.
Olvido es un filme pequeño e independiente que no renuncia a tener ambiciones grandes al recuperar en imágenes un momento histórico clave de nuestro pasado y hacernos reflexionar así sobre el valor de la memoria, la importancia del periodismo de investigación o la eterna lucha por hallar la verdad en un mundo que prefiere ocultarse en la cobardía de la mentira.
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Olvido
