Las críticas de Daniel Farriol:
Mírame
Mírame es un filme mexicano de terror que está dirigido por Pavel Cantú, que también co escribe el guion junto a Luisa Iglesias, Ernesto Murguía y Verónica Ángeles. La historia nos muestra a un adolescente que, tras la muerte de su padre, se muda a casa de su abuela, cerca de los canales de Xochimilco. Allí comenzará una investigación relacionada con la desaparición de una alumna de su misma escuela que se le aparece en visiones para pedirle ayuda.
Está protagonizada por Axel Alpuche, Regina Reynoso (Huachicolero, Ahí te encargo), Leticia Huijara (El viaje de Keta, Días de invierno), Alejandro Puente, Darío T. Pie, Antonio Monroy, Claudia Razzi y Carmen Delgado. La película puede verse en plataformas como Movistar+, Amazon, Rakuten TV o Filmin.
El proceso del duelo a través de lo paranormal
Mírame es un modesto filme de terror que está dirigido por el debutante Pavel Cantú y cuya historia está ambientada en la cuenca del valle de México, concretamente en las chinampas del Lago de Xochimilco. Hasta allí se traslada el joven Lalo (Axel Alpuche), un adolescente que acaba de perder a su padre y que debe irse a vivir con una abuela que apenas conoce, Elena (Leticia Huijara), lo que llevará al chico a reconectarse con la propia infancia de su padre cuando vivió en esa misma casa. Su proceso de duelo interno junto a la siempre dificultosa adaptación a un nuevo entorno y a una nueva escuela, se verán interrumpidos cuando el chico comience a padecer unas extrañas visiones que parecen estar relacionadas con una estudiante desaparecida.
Recibirá el apoyo de Rana (Regina Reynoso), una impetuosa compañera de clase con la que entablará pronto amistad, y ambos se embarcarán en una peligrosa investigación con la idea de descubrir porqué esas perturbadoras presencias sobrenaturales le han escogido a él para advertirle de un posible crimen cometido en ese lugar. La película comienza con la frase «enfrentar lo desconocido puede ser aterrador, pero no se puede vivir de otra forma», de ese modo, la experiencia vital de crecimiento de Lalo a través de la aceptación de la muerte de su padre confluirá con la superación de otros miedos más abstractos que derivarán en una historia de terror genérico poco imaginativo y con un desarrollo argumental bastante previsible.
Drama iniciático y terror genérico
Es de agradecer que Mírame no abuse de los lugares comunes del subgénero de casas encantadas (la peli empieza con la típica escena de mudanza) y traslade lo espectral a parajes exteriores de Xochimilco o al interior de la escuela para dotarla así de un mayor dinamismo escénico. De todas formas, no es demasiado original el uso del agua como hilo conductor en las apariciones para vertebrar la relación criminal existente entre el pasado y la actualidad, aunque aquí tenga sentido dada la elección de la localización de los canales antes mencionada.
La película irá avanzando en una combinación del coming of age juvenil, el terror clásico de fantasmas en busca de venganza y una investigación que recuerda a las aventuras del cine familiar que se hacia en los años 80, sin embargo, el resultado es bastante desigual y poco llamativo. El director nunca logra recrear una atmósfera ambiental que cause pavor en el espectador, cayendo en la tendencia actual del género donde se confunde dar mayor profundidad psicológica a los personajes con relegar el terror a un segundo plano respecto al drama humano. Curiosamente, en este caso, la película de Pavel Cantú funciona mejor cuanto menos explícito es lo sobrenatural.
No explora las leyendas de los canales de Xochimilco
Mírame es un película pequeña y de bajo presupuesto que resulta estimable en su propuesta, pero que no logra reavivar la tradición del terror mexicano heredado de autores como Chano Urueta, Rafael Baledón, Federico Curiel, Carlos Enrique Taboada o, más recientemente, Guillermo del Toro. La película de Pavel Cantú asume como propios los códigos formulaicos del cine de género estadounidense, quizás, con un enfoque más telenovelesco en la resolución de algunos enigmas.
Eso sí, el filme se deja ver sin problemas y ofrecerá un pasatiempo ligero a cualquier buen aficionado del género, pero considero que se desaprovecha la oportunidad para diferenciarse de otras películas de temática similar si hubiera sabido enfocarse en las leyendas locales de los canales de Xochimilco, que las hay, para que la historia adquiriese así una identidad propia mucho más original de la lograda en el resultado final.
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