Las críticas de Laura Zurita:
Cata de vinos
Jacques está divorciado y dirige una pequeña bodega al borde de la quiebra. Hortense, decidida a no quedarse sola e involucrada en actividades de voluntariado, entra un día en su tienda y decide apuntarse a un taller de cata.
Cata de vinos está dirigida por Ivan Calbérac e interpretada por Bernard Campan, Eric Viellard, Geneviève Mnich, Isabelle Carré, Mounir Amamra, Olivier Claverie, Pierre Bénézit y Raphaël Thierry. La película se estrena en España el 28 d ejulio de 2023 de la mano de A Contracorriente Films.
Sobre vinos y soledades
Ivan Calbérac adapta su obra de teatro Cata de vinos a la gran pantalla. Es una comedia romántica sencilla y optimista, con el vino como telón de fondo, con una pareja protagonista entrañable.
Jacques es un comerciante de vinos que conoce bien su oficio y quizás demasiado bien las bondades de su mercancía. Como tantos otros, no considera que el vino tenga nada que ver con la salud, ni es consciente de que, en su oficio, el alcoholismo es un riesgo laboral. El diálogo con su médico, cuando empieza a hablar de sus costumbres, es muy realista, y puede recordarnos a alguien que conocemos, porque el alcoholismo cotidiano es bastante invisible, aunque sumamente peligroso.
Por otro lado está Hortense, que también ama su oficio, en su caso el de ser matrona. En su ida, llena de religiosidad, voluntariados y buenas obras, falta algo, y busca una cata como manera de abrirse a la vida. Hace ya tiempo que el cine ha descubierto que las historias de amor entre gente que ya no está en la primera juventud tienen su público y dan mucho juego. Como en casi todas las comedias románticas, chico conoce a chica y suena la música. Salvo que los protagonistas ya están en plena madurez, y cada uno de ellos lleva en sus espaldas toda una vida, con buenos y malos momentos. Se agradece que la película tenga un tono realista y deje claro que no se trata solamente de ser felices y comer perdices, sino que también hay un mundo alrededor de los protagonistas y un pasado que no puede ignorarse.
Buena química en la pareja protagonista
La primera parte de la película tiene un tono de humor entrañable, y culmina en una divertidísima escena de cata. El tono se va haciendo cada vez más serio, aunque sin perder el optimismo. Mientras la línea principal con los dos protagonistas funciona impecablemente, hay una trama secundaria con un empleado de la tienda que aunque le da mucha vida a la primera mitad de la película, en la segunda mitad se difumina y se resuelve mal. La dirección es sencilla y convencional, y cuida mucho que no se note el origen teatral de la obra.
La pareja protagonista tiene una excelente química. Bernard Campan está estupendo en su papel de hombre al que la edad empieza a condicionar, y despierta a la realidad de su vida y de la necesidad de cambiar. Isabelle Carré convence en su mezcla de timidez y encanto, pero también capacidad pata tomar decisiones propias. Los secundarios cumplen con solvencia con sus papeles, pero no están tan bien dibujados, aparecen para servir a la acción y poco más.
Cata de vinos es una película tierna y optimista, que empieza con un tono de humor que se va haciendo más serio en su segunda parte, en la que se acerca a temas como la pérdida y el alcoholismo.