Las críticas de David Pérez «Davicine»:
Ciclo Seijun Suzuki:
Detective Bureau 23 -Go to Hell Bastards! (1963)
El intrépido detective Tajima (Jô Shishido) deberá ayudar a la policía de Tokyo infiltrándose en un grupo yakuza que ha robado un cargamento de armas de fuego del ejército americano. Para ello, tramará un plan para rescatar al único testigo que la policía capturó en la escena del crimen, a quien esperan cientos de matones a la salida de la comisaría. Restaurado por todo lo alto, Detective Bureau 23 -Go to Hell, Bastard! es un thriller japonés con altas dosis de tiros y patadas que supuso uno de los trabajos clave de Seijun Suzuki con el que satirizó y redefinió el género policial japonés.
Dirigida por Seijun Suzuki, con guion de Iwao Yamazaki y Haruhiko Ôyabu, Detective Bureau 23 -Go to Hell, Bastard! está protagonizada por Jô Shishido, Tamio Kawaji, Reiko Sasamori, Nobuo Kaneko, Kinzô Shin, Naomi Hoshi, Asao Sano, Kotoe Hatsui y Hiroshi Hijikata. Con motivo del centenario del nacimiento de este director, Filmin ha añadido a su catálogo una docena de sus largometrajes, entre los que se puede ver actualmente esta película.
Una obra emblemática de Suzuki
Sin llegar al nivel de genialidad estética y formal, ni siquiera de locura visual, de sus películas más relevantes, estamos realmente ante una obra emblemática del estilo de Seijun Suzuki. En plena época en la que colaboraba con Nikkatsu para realizar películas de bajo presupuesto y rápida realización, en 1963 Suzuki estrenaba Detective Bureau 23 -Go to Hell, Bastard! (1963), un thriller policíaco destinado claramente a los más jóvenes que eran consumidores de este género en esa época, y en el que el cineasta encontró cierta libertad para salirse de los estándares que tenían las películas del género pero manteniendo una coherencia para evitar tener problemas con el estudio. Es curioso que Nikkatsu tardara tantos años en darse cuenta que las películas de Suzuki eran un auténtico delirio y quizás excesivamente salvajes para el público normal al que querían fueran destinadas.
Como buena película clásica de gángsters, el cineasta usa sus estructuras y estereotipos, pero para acabar dándoles la vuelta de vez en cuando, y es que, como en otras de sus películas posteriores, Suzuki decide romper los escenarios arquetípicos y presentarnos personajes que actúan y reaccionan como no se veía en otras películas de la época. Lejos de esa atmósfera de las películas de yakuzas en las que los criminales tenían un toque hasta heróico y rudo, Suzuki los convierte en personajes algo tontorrones y completamente viles, personajes sedientos de sangre que actúan por impulsos sin pensar en las consecuencias, pero todo ello sin llegar a la parodia. Aunque en años posteriores otros cineastas sacaran lo peor de los criminales a relucir, el estilo de Suzuki hace que lo veamos con su visión colorista, delirante y pop.
Un héroe elegante, tranquilo y viril
Seijun Suzuki ha colaborado en muchas ocasiones con el actor Jô Shishido a lo largo de su carrera, y aquí de nuevo le cede todo el protagonismo como el héroe elegante y viril que debe resolver los problemas que otros no pueden, una presencia hipnótica marcada por su extraño físico y las ya famosas mejillas hinchadas. Al más puro estilo James Bond nos es presentado este personaje en su primera aparición, demostrando posteriormente que estamos ante un héroe indestructible de los que siguen acaparando las películas actuales.
En contra de lo que pudiera parecer a primera vista, este personaje tranquilo cuando alrededor de él todo es un desorden, acaba siendo un auténtico agente del caos que se mete en la yakuza para destruirla desde dentro. Gracias a su compleja misión, tenemos asegurada acción en la película, una acción que funciona de maravilla, como no podía ser de otra manera en el cine de Suzuki, repleta de escenas estilizadas y adrenalínicas cuyas bases quedan asentadas desde los propios títulos de crédito iniciales.
No falta nada del tan reconocido estilo Suzuki en los personajes ni las escenas de acción, y la puesta en escena de nuevo resulta elegante a la par que sorprendente, con encuadres locos, composición de planos atípicos y un toque pop que queda patente especialmente en las escenas en el cabaret, todo ello con movimientos de cámara atractivos y una partitura magnífica.
En resumen, Detective Bureau 23 -Go to Hell, Bastard! no es la mejor película de Suzuki, pero si es una buena forma de adentrarse en su filmografía dado que con ella sembró la semilla que nos daría posteriormente algunos de sus mejores títulos, siendo algo que hay que valorar positivamente.
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Detective Bureau 23 -Go to Hell, Bastard!
