Las críticas de Daniel Farriol:
Jeepers Creepers: El renacer
Jeepers Creepers: El renacer (Jeepers Creepers: Reborn) es un filme de terror estadounidense que está dirigido por Timo Vuorensola (97 Minutes, Iron Sky). El guion corre a cargo de Sean-Michael Argo (Salvage Marines, Cleric), basándose en el personaje creado por Victor Salva. La historia nos muestra a una joven pareja que va en busca del mito urbano The Creeper y descubre que es real. Está protagonizada por Sydney Craven (York Witches Society), Imran Adams (Barracuda), Peter Brooke (Proyecto Dinosaurio), Ocean Navarro (Strangers), Matt Barkley, Jarreau Benjamin, Dee Wallace y Gary Graham. La película se ha estrenado en España de la mano de Selecta Vision el día 12 de Mayo de 2023.
La resurrección no autorizada de «The Creeper»
A primera vista Jeepers Creepers: El renacer se nos vende como un reboot del filme de 2001 con el que el californiano Victor Salva inició la terrorífica trilogía sobre un demonio milenario conocido como «The Creeper» que despierta de su letargo cada 23 años para alimentarse durante 23 días de los incautos humanos que pasan cerca de su morada. Sin embargo, en esta cuarta entrega no ha participado su creador y, de hecho, existe una demanda interpuesta por la productora original contra Infinity Films Holdings por haber desarrollado esta secuela sin su consentimiento y sin tener derecho alguno sobre el personaje.
La trama se inicia con una secuencia casi calcada de la primera entrega en la que vemos a una pareja de ancianos (en lugar de los jóvenes universitarios de aquélla) que son acosados por el conductor de un viejo camión durante un viaje por carretera. Tras ser adelantados, pocos kilómetros después serán testigos de cómo el mismo hombre arroja un cuerpo envuelto en una sábana por una gran tubería que hay junto a una iglesia abandonada.
Son 10 minutos bien aprovechados donde el finlandés Timo Vuorensola muestra su mejor versión y consigue crear la tensión esperada. Para ese prometedor (re)inicio el director cuenta además con el carisma de Dee Wallace y Gary Graham, intérpretes que han librado mil batallas dentro del cine de género, pero por desgracia los restantes 78 minutos de película Timo hará honor a su nombre.
Metaficción desaprovechada
Los personajes principales de Jeepers Creepers: El renacer ahondan en el estereotipo del slasher, es decir, son jóvenes descerebrados que los espectadores deseamos sean descuartizados cuanto antes para dejar de escuchar las chorradas que sueltan por la boca. Me viene a la cabeza cuando uno de ellos se tropieza con el cadáver de un compañero que ha desaparecido 5 segundos antes y dice «todavía está fresco» como si fuera una merluza. Otro momento culminante es cuando alguien suelta un «Fuck You, Hollywood!», tal vez, una indirecta sarcástica a la demanda judicial antes referida (aunque dudo mucho de la capacidad del guionista para incorporar ese tipo de bromas a su historia).
La pareja protagonista la conforman Laine (Sydney Craven) y Chase (Imran Adams) que han emprendido un viaje por carretera a través del sur profundo para acudir a la «Horror Hound», una especie de convención festiva que concentra a múltiples fanáticos disfrazados que veneran cerveza en mano a criminales mediáticos y/o asesinos míticos del cine de terror. Tal y como sucedía en El ciempiés humano 2 (Tom Six, 2011) o en la reciente La matanza de Texas (David Blue Garcia, 2022), por citar dos ejemplos, la leyenda de «The Creeper» se convertirá aquí en un ejercicio de metaficción donde Chase cree en la existencia del ser mitológico ficticio al mismo tiempo que se declara fan de las películas de Victor Salva. Laine, por el contrario, es una chica escéptica que no parece demasiado interesada en las charlas de su novio y está más preocupada por su incipiente embarazo.
Timo Vuorensola no encuentra la utilidad de ese lenguaje autorreferencial para proponer algo interesante que vaya más allá de una escena bastante estúpida donde la protagonista se disfraza con el atuendo de diversos personajes míticos del género.
Cine de explotación sin nadie al volante
Y cuándo creíamos que no podía ir a peor Jeepers Creepers: El renacer lo consigue con creces al presentarnos a un grupo de cineastas/youtubers (igualmente descerebrados) que pretenden grabar uno de sus programas en el interior de una casa que hay junto al cementerio. Muy original. A eso hay que sumarle la presencia de unos lugareños que pertenecen a un culto «creeperiano» (que no tiene nada que ver con comer crepes) o que, para más inri, la protagonista comenzará a tener extrañas visiones sobre su futuro, otra trampa inmunda del guionista, muy original también. La cuestión es rellenar minutos copiando todo lo posible a referentes cinematográficos ochenteros y noventeros sin tener que pagar royalties por hacerlo como ya hemos visto antes.
La falta de presupuesto se evidencia en muertes poco creativas, una fotografía digital horrorosa o algunos efectos visuales de baratillo que ni siquiera provocan risa. Todo es flácido a lo largo de esta resurrección inmunda y putrefacta del demonio melómano que suele matar escuchando el «Jeepers Creepers» de Harry Warren y Johnny Mercer, aunque en plena desvergüenza saqueadora aquí escucha «Hungry Eyes» de Ian Livingstone (supongo), un tema country-jazz similar compuesto para la ocasión con letra escrita por el propio director.
Jeepers Creepers: El renacer es cine de explotación sin gracia, con las luces apagadas y nadie al volante. Un despropósito aburridísimo que pondrá de bastante mala leche a los verdaderos admiradores de la saga de Victor Salva. Lo increíble es que un subproducto de estas características llegue a los cines cuando peliculones recientes del género se tienen que conformar con ser distribuidos directamente a plataformas. ¡Qué venga «The Creeper» a poner orden!
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Jeepers Creepers: El renacer
